Los ‘comunes’ confían en abrir una brecha y en ser decisivos

Colau da por agotado el procés y afirma que la política de bloques "no da más de sí"

Con las encuestas en contra, que los alejan de las posiciones de salida, y conscientes de que les perjudica la dinámica plebiscitaria, los comunes afrontan el 21-D con el ánimo de al menos ser decisivos y de lograr algo casi imposible: ser una suerte de rompehielos en una dinámica de bloques cada vez más enconada. Fundado en abril, Catalunya en Comú es consciente de que la campaña le llega antes de hora y se ha propuesto tener la llave de la gobernabilidad.. "El procés se ha agotado. No estamos aquí...

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Con las encuestas en contra, que los alejan de las posiciones de salida, y conscientes de que les perjudica la dinámica plebiscitaria, los comunes afrontan el 21-D con el ánimo de al menos ser decisivos y de lograr algo casi imposible: ser una suerte de rompehielos en una dinámica de bloques cada vez más enconada. Fundado en abril, Catalunya en Comú es consciente de que la campaña le llega antes de hora y se ha propuesto tener la llave de la gobernabilidad.. "El procés se ha agotado. No estamos aquí para rascar cuatro o 100 votos. Estamos aquí porque creemos que hay una mayoría social y la política de bloques no más de sí", auguró la alcaldesa Ada Colau.

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La CUP sufrió en 2015 una enorme presión para saber si investía o no a Artur Mas y los comunes auguran que probablemente les toque asumir ese papel en esta ocasión. Es un mal menor si se cumplen los vaticinios de sus malos resultados pero no es precisamente un rol cómodo. El independentismo le acusa de una falsa equidistancia retratada en su lema —“Ni 155 ni DUI”— y PP, PSC y Ciudadanos de hacer juego al secesionismo presentando este lunes, en vísperas de la campaña, un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la intervención del Govern.

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Las elecciones serán una prueba de fuego para un espacio que de la mano de Xavier Domènech ganó las dos últimas elecciones generales y que ahora se estrenará en unas autonómicas. En su primera campaña reivindicó el grupo propio —ya no lo reclaman— y siguen enarbolando la bandera del referéndum como salida más sensata al conflicto aunque con un incierto futuro ante la oposición férrea del PP, PSC y Ciudadanos. Sus tarjetas de presentación es ahora una ley de claridad sobre esa consulta y una hacienda propia.

En un sereno e íntimo acto en La Farga, en L'Hospitalet, ante unas 300 personas, Colau arrancó su intervención lamentando que Oriol Junqueras, Joaquim Forn y los dos Jordis sigan en prisión. Su tono fue muy distinto al de hace tres semanas cuando pidió su libertad pero también para que dieran explicaciones por lo sucedido. "No soy independentista pero estoy radicalmente en contra del abuso de la prisión preventiva. No la quiero para nadie", dijo lamentando una situación de "crueldad y venganza".

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Domènech admitió que "tienen la llave" y subrayó que el procés haya roto "la armonía" social en Cataluña. El cabeza de lista denunció que haya niños que estudian en barracones, que nueve de cada 10 jóvenes tengan contratos temporales; que las mujeres siguen cobrando el 25% menos que los hombres o que se recorten las pensiones.Y no perdió la ocasión de calificar de "inadmisible" que Inés Arrimadas y Marta Rovira en un debate en televisión que no supieran el domingo el índice de paro en Cataluña o el número de mujeres asesinadas en Cataluña.

La pregunta del millón será a quien investirán un hipotético empate —rechazan las vías unilaterales de unos y el inmovilismo de otros— y probablemente no la despejarán hasta el final. Quedarán después los equilibrios: Pablo Iglesias tendrá una escasa presencia en la campaña. No a todos los comunes les gustó que culpara  al independentismo de contribuir a "despertar el fascismo".

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