Un ‘thriller’ romántico a ritmo de Whitney Houston

'El Guardaespaldas' se convierte en un musical que rinde tributo a la diva estadounidense

Un momento de la obra musical 'El Guardaespaldas'.NACHO ARIAS

El Guardaespaldas se estrenó en el teatro Adelphi de Londres en diciembre de 2012, casi un año después de la muerte de Whitney Houston. La producción, que trae a las tablas la película homónima de 1992, protagonizada por Kevin Costner y la propia Houston, ya estaba en marcha cuando el equipo se enteró de su desaparición. El espectáculo se convirtió entonces en un homenaje póstumo a una de las grandes...

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El Guardaespaldas se estrenó en el teatro Adelphi de Londres en diciembre de 2012, casi un año después de la muerte de Whitney Houston. La producción, que trae a las tablas la película homónima de 1992, protagonizada por Kevin Costner y la propia Houston, ya estaba en marcha cuando el equipo se enteró de su desaparición. El espectáculo se convirtió entonces en un homenaje póstumo a una de las grandes divas del pop americano. Llenó durante dos temporadas y después viajó por todo el mundo. Ahora llega al renovado teatro Coliseum de Madrid (Gran Vía, 78, entradas desde 24 euros) de la mano de Stage, la productora de El Rey León.

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El Guardaespaldas es perfecto para combinarlo con la historia de Disney, creemos que se enfocan a públicos diferentes”, apunta Nano Olives, uno de sus productores. El espectáculo, que cuenta la historia de un exagente del servicio secreto estadounidense encargado de proteger a una caprichosa diva del pop y su relación sentimental, contiene los grandes éxitos de la cantante de Nueva Jersey: de One moment in time a Million Dollar Bill, perteneciente al último álbum que publicó en vida, pasando por la enérgica I wanna dance with somebody y la mítica I will always love you. Todos en su versión original en inglés y con música en directo, mientras que el texto es en castellano.

Las canciones reflejan los sentimientos de la protagonista, la diva Rachel Marron, dentro y fuera del escenario. Sobre las tablas interpreta éxitos como Queen of the night como si se tratara de un concierto pop. “Utilizamos la misma tecnología que en los conciertos. De hecho, hay quien lo ha comparado con uno de Beyoncé”, asegura Olives.

El objetivo de todos los focos en escena —y del acosador obsesionado con ella, responsable de que contraten un nuevo guardaespaldas— es la actriz mexicana Fela Domínguez. No fue fácil dar con la ejecutante perfecta. El casting supuso un reto para el equipo liderado por la directora holandesa Carline Brouwer, por cuyas manos pasó en 2015 la producción holandesa de El Guardaespaldas, de donde provienen la escenografía y el vestuario de Madrid. “Nos costaba encontrar una artista capaz de interpretar y de cantar portentosamente las 11 canciones de Houston, porque requieren una gran resistencia vocal”. Finalmente, posaron sus ojos en la protagonista de El Rey León en México, una veinteañera curtida en los escenarios junto a grandes estrellas latinoamericanas.

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“Fela es una maravilla, nos dejó boquiabiertos desde el primer ensayo”, afirma Maxi Iglesias, que se alterna en el papel de guardaespaldas con Iván Sánchez. Un personaje que ni canta ni baila y se mantiene al margen de la parafernalia en la que la luz desempeña un papel especial. Los espacios, precisamente, se crean a partir de paneles de luz gigantes. “Es muy difícil recrear los escenarios de la película físicamente, por eso las pantallas leds nos ayudan a darles forma y sobre todo a dar a las inolvidables canciones de Whitney Houston la espectacularidad que se merecen”, concluye Olives.

Dos hombres y un disparo

Para Maxi Iglesias, el astro televisivo, es su primera obra de teatro. Para Iván Sánchez, con quien se alternará en el papel de Frank Farmer, el guardaespaldas que recibe un tiro para proteger a la diva, es su primer musical. “Tenía ganas de experimentar este tipo de espectáculo”, afirma Sánchez. Ellos ni cantan ni bailan, pero no lo necesitan para este personaje que queda al margen de la explosión de sonido, imagen y expresión corporal de la producción. “Cuesta mantener la actitud de tipo duro entre tanta música y baile”, confiesa Iglesias.

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