PP y Ciudadanos protagonizan un tenso debate por los impuestos

La presidenta se queja de que la oposición es un “tripartito”

Ignacio Aguado interviene en el debate del estado de la región.Kike Para

“Debate, ¿qué debate?”, se preguntaban los diputados en los pasillos de la Asamblea de Madrid durante la larga réplica de Cristina Cifuentes a los portavoces del resto de los grupos políticos: cuatro horas y media en dos intervenciones, la primera de tres horas y media. “Se ha convertido en un monólogo vacío”, afirmaban.

El formato del debate permite que la presidenta responda sin límite de tiempo, mientras que los portavoces de los grupos cuentan con un primer turno de media hora y posteriormente otro de 15 minutos. Todos ellos, excepto el representante del PP, reprocharon a Cifuentes ...

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“Debate, ¿qué debate?”, se preguntaban los diputados en los pasillos de la Asamblea de Madrid durante la larga réplica de Cristina Cifuentes a los portavoces del resto de los grupos políticos: cuatro horas y media en dos intervenciones, la primera de tres horas y media. “Se ha convertido en un monólogo vacío”, afirmaban.

El formato del debate permite que la presidenta responda sin límite de tiempo, mientras que los portavoces de los grupos cuentan con un primer turno de media hora y posteriormente otro de 15 minutos. Todos ellos, excepto el representante del PP, reprocharon a Cifuentes la duración de su comparecencia.

Además, la presidenta no respondió a cada portavoz por separado, sino de forma conjunta, dando lugar a una intervención extensa y tediosa. Cifuentes justificó su decisión en que considera a la oposición (PSOE, Podemos y Ciudadanos) como “un tripartito que funciona como un bloque y como un elemento de bloqueo”. “No tienen un programa común”, afirmó, “pero lo que es evidente es que se entienden entre sí muy bien”.

Ángel Gabilondo, portavoz del PSOE, replicó que si eso fuera así Cifuentes “no estaría en el gobierno y no estarían aprobados los presupuestos”. La presidenta los sacó adelante gracias a los votos de Ciudadanos. Y pronunció a continuación una advertencia: “Vamos a acabar haciéndonos amigos”.

El PP luce lazos con la bandera española

La presidenta regional, Cristina Cifuentes, y los diputados de su grupo parlamentario acudieron ayer a la segunda jornada del debate con las solapas adornadas con lazos con los colores de la bandera española, “como muestra de apoyo a la nación, la Constitución y el Estado de derecho ante el desafío independentista catalán”, dijeron. El portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado, les reprochó que “España no se defiende con un pin, sino no haciendo amnistías fiscales a los que roban a los españoles, como al señor Pujol”.

Todos los portavoces, excepto el del PP, han reprochado a la presidenta no haber contestado a nada a pesar del tiempo que empleó en la tribuna. Tanto fue así, que Gabilondo le dijo: “Aquí no venimos a ver cómo estamos o como nos sentimos emocionalmente, lo interesante es ver cuáles son nuestras formas de gobernar”.

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Ignacio Aguado inició el turno de intervenciones con palabras muy duras hacia Cifuentes. El portavoz de Ciudadanos describió la larga réplica de la presidenta regional a los grupos políticos de “esperpéntica”.

Uno de los principales puntos de fricción entre ambos se encuentra en la gestión de los impuestos de la región. Aguado reiteró su petición de que se baje el tramo autonómico del IRPF, porque considera que los datos macroeconómicos lo permiten y que es necesario devolver a la sociedad el esfuerzo que ha realizado en los años de crisis.

Pero Cifuentes no está dispuesta a ceder, como dejó claro en su intervención. Aunque la bajada de impuestos está reflejada en su programa electoral, dijo que en este momento “sería irresponsable” llevarla a cabo, porque primero hay que conocer la reducción que va a efectuar el Gobierno central. Aguado recordó a la presidenta que en 2015 prometió disminuir el tributo en un punto o punto y medio en los dos años siguientes. El resto de los grupos se sumaron a las críticas en cuanto a a financiación, aunque sin abrazar la tesis de Ciudadanos.

Gabilondo considera que la política fiscal y de ingresos actual es “injusta”. “Para convertir Madrid en la comunidad que queremos, es necesario destinar recursos”, aclaró. Como prueba, esgrimió que según la liquidación del presupuesto de ingresos de 2016, el Gobierno ha dejado de percibir en torno a 1.000 millones de euros. Y la mayor parte de esa desviación se debe a que se ha recaudado menos en los impuestos propios, como el de Transmisiones Patrimoniales Onerosas y el de Actos Jurídicos Documentados. Por lo tanto, es necesaria una mejor gestión.

En esa discusión, Podemos pidió una subida de impuestos no generalizada, porque “hace falta que paguen más los que más tienen”. La portavoz del grupo, Lorena Ruiz-Huerta, considera que la política fiscal de los populares de impuestos bajos es electoralista y no económica. En este sentido, propuso recuperar los impuestos de Patrimonio y Sucesiones, que supondrían 3.000 millones anuales.

El problema, según Podemos, es que la deuda pública alcanzó 31.667 millones de euros el 31 de marzo de 2017 porque el PP acude al endeudamiento para tapar los agujeros. “Critican ustedes el populismo, pero aquí muestran hasta qué punto lo practican”, acusó.

Cifuentes replicó que hace “caso omiso a las ofensas” y que agradece las críticas cuando son constructivas, algo que, afirmó, le había resultado complicado encontrar. “Según ustedes, en esta comunidad no se hace nada bien, excepto Ciudadanos, que cuando algo se hace bien es gracias a ellos”, señaló.

La corrupción que atenaza al PP provocó las críticas, como ya es habitual, de los grupos políticos. Aguado le dijo a la presidenta regional que, a pesar de ser leales al PP, los diputados de Ciudadanos nunca serán “cómplices de su pasado ni de sus recortes ni de toda la corrupción que se ha generado en su partido”.

Gabilondo recriminó a Cifuentes su “obsesión” desde el inicio de esta legislatura por “extender un velo sobre el pasado de su partido”, en cuanto a su deseo de no ser vinculada con gobiernos anteriores, aunque fueran del PP. “Pero, señora presidenta, el presente se ha forjado sobre ese pasado y hay no poco que esclarecer”, añadió. La presidenta le respondió mostrando su orgullo por pertenecer al PP desde hace más de 25 años. Un pasado que, recalcó Gabilondo, está siendo analizado por la UCO de la Guardia Civil y la justicia. “Nadie mejor para esclarecer la verdad y para que algún día los madrileños puedan resarcirse del daño causado a esta Comunidad”, concluyó.

Cataluña se coló de lleno en el debate madrileño. Cifuentes unió una réplica a Podemos con el proceso soberanista en Cataluña. “No cabe un mayor grado de corrupción”, dijo, que el de Podemos. Esta afirmación la hizo tras criticar a la portavoz y a algunos diputados de este grupo por haber acudido a una manifestación para defender “a los que estaban intentando dar un golpe de Estado en Cataluña”.

En este sentido, el representante socialista inició su intervención indicando que ante la “preocupante situación, hemos de recordar que la democracia se garantiza con el cumplimiento de la ley. Y ha de hacerse con prudencia y proporcionalidad”. También manifestó su “afecto al pueblo catalán”.

“Las aspiraciones han de canalizarse de forma legal y democrática: para ello se ha de desconvocar el referéndum ilegal”, afirmó antes de continuar con su comparecencia. Toda la Cámara autonómica, excepto la bancada de Podemos, aplaudió sus palabras.

Dos consejerías en el punto de mira

La Educación y la Sanidad fueron dos de las áreas que más confrontación provocaron en el debate del estado de la Región. La oposición reprochó a Cifuentes que hace muchos anuncios de marketing, pero sin que lleguen a ninguna parte. También subrayó que la atención a los pacientes es con demasiada frecuencia insatisfactoria, con demoras en las citas con el médico de cabecera, en cirugía, en pruebas diagnósticas, en consultas a especialistas. La oposición enumeró los problemas a los que se han enfrentado los centros educativos al inicio del curso, al no haber finalizado las obras. Gabilondo subrayó que la comunidad educativa no apoya el proyecto de Cifuentes.

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