Unos juicios de novela

El escritor, guionista y director de cine propone asistir a un juicio público "para ver lo mejor y lo peor del ser humano", teatro en el María Guerrero o un atardecer en la plaza de Gabriel Miró

El novelista y director de cine Roberto Santiago en las puertas de la Audiencia Provincial de Madrid. Kike Para

1. Audiencia Provincial de Madrid. No elijo este sitio por el continente, sino por el contenido. Aquí sucede una de las partes más importantes de mi novela Ana (Editorial Planeta), y aquí he pasado más de dos años viendo juicios. Aunque pueda sonar raro, recomiendo a todo el mundo, al menos como experiencia, que asista a algún juicio de audiencia pública: en ellos se puede ver lo mejor y lo peor del ser humano en directo. (Calle de Santiago de Compostela, 96).

2. La terraza del abuelo. Para mí es la mejor que hay para picar, tomar una copa, comer o cena...

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1. Audiencia Provincial de Madrid. No elijo este sitio por el continente, sino por el contenido. Aquí sucede una de las partes más importantes de mi novela Ana (Editorial Planeta), y aquí he pasado más de dos años viendo juicios. Aunque pueda sonar raro, recomiendo a todo el mundo, al menos como experiencia, que asista a algún juicio de audiencia pública: en ellos se puede ver lo mejor y lo peor del ser humano en directo. (Calle de Santiago de Compostela, 96).

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2. La terraza del abuelo. Para mí es la mejor que hay para picar, tomar una copa, comer o cenar. Me parece que es de las pocas terrazas con un entorno verde dentro de Madrid y se come de maravilla la carne, el pescado, el rabo de toro… Es muy madrileño, pero a la vez está en una zona con mucha vegetación. (Parque Juan de la Cosa, calle Potosí).

3. Teatro María Guerrero. Lo veo como uno de los pocos escenarios clásicos que quedan en Madrid. También lo elijo porque en él vi Oleanna, de David Mamet, con Santiago Ramos y Blanca Portillo interpretando a los dos personajes principales. Siempre digo que es la mejor función que he visto en mi vida, y a mí me hizo decidirme a escribir teatro. (Calle de Tamayo y Baus, 4).

4. Parque de Berlín. Allí pasé mi juventud y tengo muchas historias de primeros amores. Además es un parque muy literario. Una de mis novelas favoritas, La soledad era esto, de Juan José Millás, tiene una parte que ocurre ahí. También viví una anécdota increíble cuando trajeron al parque los trozos del muro de Berlín, que aún están ahí. Cuando llegaron los pedazos vi, junto con otras personas que estaban por allí, a varios operarios limpiando y borrando las pintadas históricas del Muro porque no sabían lo que eran. Otros viandantes y yo se lo explicamos y les dijimos que pararan, pero no se lo creían. Se montó una muy buena.

5. Plaza de Gabriel Miró. Es uno de mis lugares favoritos para ver el atardecer en Madrid. A nivel personal pasé allí algunas de mis mejores tardes. Recuerdo estar con Aitana Sánchez Gijón e idear en ella el primer corto de mi vida, Ruleta, que me trajo mucha suerte.

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6. La Torre de Madrid. Un edificio muy cinematográfico, en el que vivieron personajes como Luis Buñuel o Javier Bardem. Yo también habité en él cinco años, en el piso 18, y los primeros meses recuerdo levantarme y ver cómo amanecía el sol en la Gran Vía, que es uno de los mayores espectáculos que se pueden ver en Madrid. (Plaza de España).

7. Heladería Freddo Freddo. Una de las más antiguas de Madrid. La elijo porque sus helados y batidos son maravillosos y porque en ella pasé, entre los 15 y los 18 años, tardes y tardes tirándole los tejos a las chicas que salían del colegio María Virgen del Sagrado Corazón, que está enfrente. (Calle de Padre Damián, 15).

8. Cine Capitol. Hay poquísimos cines que siguen vivos en el centro de Madrid, en plena Gran Vía, y este es uno de ellos. Ahí vi Tiburón, siendo muy pequeño, aunque tuve las manos tapándome los ojos todo el tiempo. Es una de las experiencias cinematográficas de mi vida. (Gran Vía, 41).

9. Café Moderno. Creo que es maravilloso para tomar un café o una copa, y además lo recomiendo porque su anfitriona hace actividades, desde festivales de cortos a certámenes de vídeos amateur, que están muy bien. Son para aficionados, pero también muy divertidos. (Plaza de las Comendadoras).

10. Campo de fútbol Puerta Bonita. En él rodamos durante un verano El penalti más largo del mundo, y gracias al dinero de la película pudieron remodelar los vestuarios y poner una pequeña grada. Esos meses fueron los mejores que pasé en Madrid en mi con calor. (Canódromo de Madrid).

Del cine a la literatura

Roberto Santiago (Madrid, 1968) acaba de publicar su primera novela para adultos, Ana. Antes alcanzó el éxito con la saga infantil 'Los Futbolísimos' (más de un millón de ejemplares vendidos) y con la dirección y guion de varias películas.

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