Un arte de “muy señor mío”

Marta Costa Planas reinterpreta viejas cartas comerciales en sorprendentes ‘collages’

Marta Costa Planas, con sus obras, en la galería barcelonesa Moraina.Juan Barbosa

Nadie hubiera dicho que Correspondencia mercantil práctica, un libro de 1931 que recoge diferentes ejemplos de viejas cartas comerciales, pudiera ser materia prima artística. Nadie excepto Marta Costa Planas, una joven creadora que ha convertido 11 de esas cartas llenas de fórmulas estereotipadas en sorprendes collages que reinterpretan desde la contemporaneidad la amarillenta correspondencia y que se exponen hasta el día 17 en la galería Moraina (calle de la Verge, 1, cerca del CCCB).

Las misivas arrancadas del libro son deliciosas en su artificiosa y engolada formali...

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Nadie hubiera dicho que Correspondencia mercantil práctica, un libro de 1931 que recoge diferentes ejemplos de viejas cartas comerciales, pudiera ser materia prima artística. Nadie excepto Marta Costa Planas, una joven creadora que ha convertido 11 de esas cartas llenas de fórmulas estereotipadas en sorprendes collages que reinterpretan desde la contemporaneidad la amarillenta correspondencia y que se exponen hasta el día 17 en la galería Moraina (calle de la Verge, 1, cerca del CCCB).

Las misivas arrancadas del libro son deliciosas en su artificiosa y engolada formalidad. Lucen todas en su parte superior los bonitos anagramas de las empresas que las enviaron y su encabezamiento es invariablemente una cortesía del tipo “muy señor mío”, “muy señores nuestros”, “muy señor nuestro” o incluso “muy señor mío y amigo”. Tras pasar por las manos de la artista, las cartas, enmarcadas y pegadas sobre papel manila, aparecen invadidas por imágenes ajenas, extraños personajes y motivos. La de productos farmacéuticos Lezcano y Cº está rodeada de serpientes, plantas y extraños zoomorfos. La de tejidos La Pilarica ha sido tomada por una Virgen María con sombrilla que enseña los pechos, y una jirafa. La de Gabriel Coloreu (“fábrica de dulces, grajeas y peladillas estilo francés y suizo”), dirigida a la dulcería La Colmena de Astorga —y cuyo contenido es en realidad, paradójicamente, una agria reclamación de fondos—, está surcada de mariposas y la preside un hombre elefante coronado de coral rojo.

“Las cartas me atrajeron instantáneamente”, explica Costa Planas (Barcelona, 1984), que ha comisariado varias exposiciones y bautizado ésta, la primera suya, Vis-à-vis. “Me fascinó el contraste entre el lenguaje, con esos formulismos en desuso hoy, que nos parecen tan pomposos, y la relación de poder que hay en el subtexto, pues en realidad las cartas contienen una exigencia que no es para nada amable”.

La artista ha visto, pues, “grietas” en el texto y ha intervenido en ellas para reinterpretar las cartas y “tender puentes hacia temas que nos interesan hoy a nosotros”.

Los collages incluyen hilos, “para manifestar las tensiones” presentes en las cartas.

Procedente del campo de las Humanidades, la Historia del Arte y la Filosofía, Costa Planas —que firma muy evocadoramente como Marta de los Pájaros por un proyecto que realizó con aves de cerámica— señala en su obra más influencias literarias que plásticas así como el “sotobosque de folclore y mitología” . Los títulos de los collages, como Tu luz no es mi luz, que alude al interés de la autora por los místicos, especialmente el maestro Eckhart, dan fe de ello.

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