‘Avatar’ y Japón hechizan en las fiestas de Gràcia

Las calles decoradas intentan minimizar los destrozos de la lluvia

Turistas y locales visitan ayer la decorada calle de Progrés.MASSIMILIANO MINOCRI

Dos calles colmaron este sábado gran parte de la atención de los miles de barceloneses y turistas que disfrutaron del primer día de las 18 calles engalanadas por la Fiesta Mayor de Gràcia. Se trata de Verdi y Progrés, las mismas vías que el año pasado se enfrentaron en un tête à tête por el premio a la más bella. Este año, Verdi ha optado por viajar al lejano oriente y recrear un hermoso jardín japonés, sobrevolado por un momental dragón multicolor. Progrés, por su parte, ha buscado inspiración en la ciencia ficción y ha hecho su versión de Pandora, el verde y brillante planeta de Ava...

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Dos calles colmaron este sábado gran parte de la atención de los miles de barceloneses y turistas que disfrutaron del primer día de las 18 calles engalanadas por la Fiesta Mayor de Gràcia. Se trata de Verdi y Progrés, las mismas vías que el año pasado se enfrentaron en un tête à tête por el premio a la más bella. Este año, Verdi ha optado por viajar al lejano oriente y recrear un hermoso jardín japonés, sobrevolado por un momental dragón multicolor. Progrés, por su parte, ha buscado inspiración en la ciencia ficción y ha hecho su versión de Pandora, el verde y brillante planeta de Avatar, la película de James Cameron que se llevó cuatro Oscar en 2010. La calle ganadora se conocerá este lunes, en una ceremonia que comenzará a las seis de la tarde.

Los llamamientos al civismo y al cuidado de los decorados que por estos días engalanan las calles del distrito de Gràcia hacen parte del ritual festivo. Es sentido común: robar o dañar una de estas laboriosas creaciones equivale a destrozarle el alma a un vecino que ha dedicado horas —y cariño— a su fabricación. Pero este año ha sido la lluvia la que ha puesto más en riesgo la vida ya de por sí bien efímera de los decorados.

Miles de personas aprovecharon la media mañana para recorrer las calles y disfrutar de la programación ante los malos pronósticos de la tarde. A las nueve de la mañana, cuando todo tenía que estar listo, ya caía un chaparrón que hacía que muchos vecinos corrieran a cubrir con plásticos las figuras hechas en su mayoría de papel periódico, cajas de huevo, plástico pintado y alambre.

Las gotas resbalaban por las mazorcas que cuelgan del techo que cubre la calle de Tordera, convertida en una gran granja a lo americano. En Travessera de Sant Antoni, que compite por segunda vez después de años de ausencia, la vista de la gran Torre Eiffel y el Moulin Rouge con la lluvia lograban trasladar al visitante a un París otoñal.

Como es costumbre, las quinelas empiezan a poner a las calles de Verdi y de Progrés como las grandes favoritas para llevarse el premio a la más bella. Es el mismo escenario que se ha visto en los últimos años. Apuestan por el maximalismo: Verdi viaja a Japón y Progrés mira al cine, con Avatar. El jefe de Perill, que este año se estrena, ni pensaba en los premios. "Es bonito participar", decía con su acento brasileño.

"No vamos a ganar. Pero arriba estaremos", dijo una de las vecinas de Puigmartí, convertida en un castillo medieval custodiado por muñecos de Playmobil. La melancolía por la infancia como siempre está presente en Gràcia. En Fraternitat, a muchos, las miles de plantas carnívoras les hacían sentirse como Mario Bros en el popular videojuego. Más allá del palmarés, todos compartían la preocupación por la lluvia. "Fue muy duro trabajar, cubriendo las figuras a cada momento", decía una vecina de Progrés. Y es que para evitar los años, hasta Dino, el dinosaurio de Los Picapiedras de Luis Antunez, se puso el chubasquero.

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