La policía denuncia a una prostituta en Marconi

El colectivo Hetaira dedicado a la defensa de las trabajadoras del sexo denunció ayer que agentes del Cuerpo Nacional de Policía denunciaron la semana pasada a una mujer que ejercía la prostitución en el polígono de Marconi (Villaverde). Esta asociación criticó la actitud de la Delegación del Gobierno en Madrid de acosar a las mujeres en lugar de solo a los clientes como anunció la responsable de este departamento el pasado viernes, tras la reunión de la Consejo Local de Seguridad.

Fuentes...

El colectivo Hetaira dedicado a la defensa de las trabajadoras del sexo denunció ayer que agentes del Cuerpo Nacional de Policía denunciaron la semana pasada a una mujer que ejercía la prostitución en el polígono de Marconi (Villaverde). Esta asociación criticó la actitud de la Delegación del Gobierno en Madrid de acosar a las mujeres en lugar de solo a los clientes como anunció la responsable de este departamento el pasado viernes, tras la reunión de la Consejo Local de Seguridad.

Fuentes de la Delegación del Gobierno aseguran que tan solo se ha denunciado por parte de agentes de la Brigada Provincial de Extranjería a la mujer y que todavía no se ha recibido el acta levantada por el agente en la propia delegación. Esto hace que todavía se desconozca si realmente se va a tramitar el expediente sancionador y, por tanto, no se ha fijado la cuantía de la sanción. Esta puede oscilar entre 100 y 600 euros, según este departamento gubernamental.

Hetaira acusa a la policía y a la Delegación del Gobierno de “criminalizar y penalizar al colectivo de personas que ejercen la prostitución en los espacios públicos”. El colectivo ya advirtió que, si se perseguía al cliente que acudía a las mujeres que estaban en la calle, también iban a ser multadas por estar en la calle. En concreto, la policía le aplicó el artículo 37.5 de la Ley de Seguridad Ciudadana, la llamada Ley Mordaza, que prohíbe “la exhibición obscena de su cuerpo desnudo para ejercer la prostitución”.

“Todo esto se traduce en persecución y acoso hacia las mujeres y se empeoran las condiciones en que se ejerce esta actividad”, critica el colectivo Hetaira.