Opinión

Los silencios del Macba

Abre por fin la exposición de Sergi Aguilar, otro episodio significativo de la crisis del museo que ahora se amplía con los resultados electorales

Mientras no se constituye el nuevo Consistorio, el Macba en crisis recompone en silencio sus piezas. Otorga plenos poderes al gerente (único cargo que no ha conocido nunca destitución ni dimisión, exclusivas al parecer de directores y equipos artísticos). Espera el concurso internacional ya convocado para la nueva dirección. Y abre hoy, por fin, la retrospectiva de Sergi Aguilar (Barcelona, 1946). En silencio o casi.

Hombre de cultura eminente y discreto, colectivo, generoso, Sergi Aguilar ha sido uno de los pocos pegamentos de la escena artística oficial de Barcelona. Desde los años de...

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Mientras no se constituye el nuevo Consistorio, el Macba en crisis recompone en silencio sus piezas. Otorga plenos poderes al gerente (único cargo que no ha conocido nunca destitución ni dimisión, exclusivas al parecer de directores y equipos artísticos). Espera el concurso internacional ya convocado para la nueva dirección. Y abre hoy, por fin, la retrospectiva de Sergi Aguilar (Barcelona, 1946). En silencio o casi.

Hombre de cultura eminente y discreto, colectivo, generoso, Sergi Aguilar ha sido uno de los pocos pegamentos de la escena artística oficial de Barcelona. Desde los años de creación del ICUB municipal socialista, desde el asociacionismo profesional de artistas, convulsionados cuando el Fòrum los desalojó del Poblenou, y ahora también desde la dirección de la Fundación Suñol, tan atenta a los artistas locales y en particular a los jóvenes. Aguilar ha trabajado más por Barcelona que por su propia obra, digamos. Pues incluso a un artista así la crisis del Macba ha estado a punto de costarle la exposición que hoy se abre por fin, la primera que interpreta su larga trayectoria.

La crisis del Macba no está aún resuelta, más bien se amplía con los resultados electorales a la Casa Gran. No que se agrave, se amplía. Ya veremos cómo van las cosas, puede que sea tiempo de ganar el interés del personal, olímpicamente ajeno. El silencio ciudadano tiene la virtud de constatar que esto de los museos sólo importa a los del oficio y beneficio, y por eso mismo, por el dinero público en juego antes y ahora, la auditoría ciudadana se habrá de interesar tarde o temprano. También está pendiente del nuevo gobierno barcelonés la comunidad artística oficial, bien cohesionada en la fidelidad al museo. Cosas de madona Historia. El siglo XX empezó con el artista de espaldas al museo y ha terminado con el artista bien aferrado al museo.

Las imágenes cambian hoy de foco, se renuevan, algunas retornan. Hace días que va, este proceso de las imágenes, solo que ahora se intensifica. Madona Historia dice también que una cosa es la comunidad artística oficial y otra la creación. Si artistas oficiales, reconocidos por los medios, pueden publicar artículos sobre la exposición La bestia y el soberano sin verla o comentan sólo una obra, la que causó la crisis, aislada, sin relación con la exposición, poco parece que pueda hablarse de creatividad en las esferas artísticas oficiales.

Cuesta así creer en la creación dentro de la colosal Institución Arte configurada a finales de siglo y decadente desde la crisis general de 2007

No sé qué dirían estos artistas si se aplica la misma receta a una exposición suya. Aunque entrar, lo que se dice entrar, en un debate público sobre la crisis del Macba, pocos artistas lo han hecho. Su silencio es elocuente, ¿de qué? ¿Tal vez de la inexistencia de comunidad artística en los límites oficiales?

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Cuesta así creer en la creación dentro de la colosal Institución Arte configurada a finales de siglo y decadente desde la crisis general de 2007. Una burbuja más. Pero eso, sigue diciendo madona Historia, sólo quiere decir eso: que la creación, la creatividad, quizá esté en otra parte. En los márgenes, fuera, en cualquier lugar excepto dentro.

El silencio es norma asimismo en el trono de tres patas del Macba (Ayuntamiento, Conselleria de Cultura y la privada Fundació Macba) y sus influyentes círculos. En esta crisis, han cerrado filas como un sólo hombre. Ni por uno de los que sería plausible pensar que es de los suyos, Sergi Aguilar, ha movido ficha. No ha dicho nada tampoco de la caída del programa de una muestra, reducida pero que habría sido significativa, en la Capella del Macba, de Jaume Plensa, a quien tampoco el Macba ha dedicado una exposición, y mira que Plensa está ampliamente reconocido y es un escultor muy dotado para el arte público pero que bien poco tiene en las calles de Barcelona.

Aquí tenemos, por fin, a Sergi Aguilar en el Macba, en una exposición que no se dice retrospectiva pero que de alguna forma lo es. Es una exposición del curador como intérprete, Valentín Roma. Vale la pena recordarlo porque su nombre ha caído de los créditos. Fue defenestrado como conservador jefe del Macba justo en medio de este proyecto. Aguilar y Roma han trabajado al alimón en la propuesta, una mirada limpia a un artista del arte local que otros curadores e historiadores desatienden.

El título es Reverso/Anverso. 1972-2015. A madona Historia le gustará, que también de eso va la crisis del Macba que, por azar o por necesidad, sigue enseñando las vergüenzas. Cruz y cara, de cara o de espaldas.

Mercè Ibarz es escritora y profesora de la UPF

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