El proyecto Mahou-Calderón queda en el aire hasta la próxima legislatura

El Atlético de Madrid, FCC y el Ayuntamiento han de llegar a un acuerdo que lo haga viable

Madrid -
Simulación gráfica realizada por el Ayuntamiento de Madrid del proyecto Mahou-Calderón.

El proyecto de derribo del estadio Vicente Calderón y la construcción de rascacielos en la zona que ocupa, queda pendiente del nuevo Gobierno local que salga de las urnas el 24 de mayo. El plan urbanístico que el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y el Atlético de Madrid firmaron en 2012 fue tumbado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid el pasado 13 de abril, por segunda vez en tres años. El plan actual, ...

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El proyecto de derribo del estadio Vicente Calderón y la construcción de rascacielos en la zona que ocupa, queda pendiente del nuevo Gobierno local que salga de las urnas el 24 de mayo. El plan urbanístico que el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y el Atlético de Madrid firmaron en 2012 fue tumbado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid el pasado 13 de abril, por segunda vez en tres años. El plan actual, modificado en julio de 2014, está pendiente de que las tres partes firmen un acuerdo que lo haga económicamente viable.

La operación permitirá a la constructora FCC levantar ocho bloques de viviendas de 22 pisos, dos rascacielos de 36 alturas y un parque. El club de fútbol será realojado en el estadio de La Peineta, en el barrio de San Blas. La M-30 será soterrada en su paso por la zona. El plan urbanístico queda en el aire hasta que entre el nuevo Gobierno local. La sentencia del 13 de abril no lo anula —porque solo se valoró el plan de 2012—, pero incluye varios puntos que lo paralizarían. El punto clave es la Ley del Suelo aprobada por la Comunidad de Madrid, presidida por Esperanza Aguirre (PP), en 2007. La normativa impide construir edificios de más de cuatro alturas en todo el territorio autonómico.

FCC considera que "si se limitan las alturas", el inicio del proyecto "es imposible". La agrupación de vecinos de la zona apuesta por mejorar los dos centros de educación pública del barrio y por construir un centro de mayores. Además, aseguran que presentaron la denuncia que tumbó el plan de 2012, "porque no se tuvo en cuenta a Mahou —cuya fábrica ya fue demolida en la parte colindante con el estadio— y porque la altura de los rascacielos dejaría sin luz a las viviendas que ya existen en la zona".

Sergio Lillo es alumno de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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