El 99% de aspirantes a regentar el albergue de Prat de Comte renuncia

Más de 700 familias enviaron al Ayuntamiento su candidatura a dirigir la instalación

El Ayuntamiento archiva solicitudes de ocupación. Josep Lluís Sellart

En Prat de Comte la riada quedó en riachuelo. El alud de peticiones que más de 700 familias hicieron llegar hace un par de meses al Ayuntamiento de este pequeño pueblo, 164 habitantes, de la Terra Alta para optar a hacerse con la gestión del albergue municipal ha encogido notablemente cuando el proceso se ha formalizado. El alcalde, Joan Josep Malràs, el secretario municipal, un concejal y dos técnicos de la Diputación de Tarragona llegados en tareas de refuerzo se encerraron hoy en el Consist...

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En Prat de Comte la riada quedó en riachuelo. El alud de peticiones que más de 700 familias hicieron llegar hace un par de meses al Ayuntamiento de este pequeño pueblo, 164 habitantes, de la Terra Alta para optar a hacerse con la gestión del albergue municipal ha encogido notablemente cuando el proceso se ha formalizado. El alcalde, Joan Josep Malràs, el secretario municipal, un concejal y dos técnicos de la Diputación de Tarragona llegados en tareas de refuerzo se encerraron hoy en el Consistorio para seleccionar al candidato ideal para encargarse de Ca la Jepa, la casa de hospedaje con capacidad para 60 personas y que desde hace años permanece cerrada a cal y canto. Sobre la mesa tenían tan sólo seis expedientes donde elegir.

Dado por sentado que el objetivo marcado desde el inicio ha sido encontrar a familias con hijos para evitar que la falta de alumnos termine cerrar la escuela del pueblo, el pliego de condiciones planteado por el Ayuntamiento ponía pocas limitaciones a los candidatos a hacerse con el albergue. "Pueden participar en este procedimiento todas las personas físicas o jurídicas, españolas o extranjeras, que tengan plena capacidad de obrar", decía el redactado. Pero las exigencias económicas del concurso sí han sido un espeso filtro para muchos de los aspirantes. En el articulado de las bases se hacía constar la necesidad de acreditar "solvencia económica, financiera y técnica o profesional". En otro punto se habla de prestar "una garantía de 3.000 euros", ya sea en forma de dinero en efectivo, valores o avales, que no será restituida hasta la finalización del contrato. Un contrato de alquiler que, a razón de 250 euros mensuales durante los dos primeros ejercicios y de hasta 450 euros a partir del cuarto, se fija por un periodo de cuatro años y prorrogable hasta un máximo de diez.

Malràs manifiesta que los requisitos monetarios no han sido un factor determinante sino que achaca la criba al hecho que "mucha gente que se interesó buscaba algo más sencillo. Cuando vieron las dimensiones del albergue se asustaron". Pasado el efecto llamada inicial que provocó la oferta de empleo para repoblar el pueblo, entre la vecindad de Prat de Comte ya se temía que muchos de los que inicialmente se habían sentido atraídos por la propuesta terminarían por perder interés. Las exigencias económicas que hace el Consistorio junto con la necesidad de entregar un proyecto que avale la viabilidad económica y empresarial del albergue municipal han sido bromuro puro para un 99% de los candidatos."Lo normal es esto, lo extraño es que nos contactaran hasta desde México para mostrar interés" dicen los vecinos. El alcalde no suelta prenda sobre el nuevo adjudicatario porque alega que aún falta la ratificación del pleno municipal para que sea oficial. "Hay que ser muy escrupulosos", advierte. Tan solo concede que "la elección no ha sido fácil porque nos han llegado proyectos muy interesantes".

La gestión del albergue siempre se ha presentado como el principal activo municipal para atraer nuevas familias pero a Prat de Comte aún le quedan cartas por jugar. Entre esta semana y la próxima se publica el anuncio para adjudicar la agrotienda del pueblo, que además es oficina de turismo del parque natural dels Ports, y también se darán a conocer los requisitos para poder hacerse cargo de la explotación comercial del popular aguardiente de Prat. "Con esto vamos a tener muchos más interesados, porque no es tan complicado como llevar un albergue" pronostican en el Consistorio.

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