El periplo del santo grial

L'Almodí exhibe hasta junio una muestra inédita que descubre la trayectoria seguida por el que desde hace siglos se conoce como el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia

Valencia -
Vicent Pons, con el Santo Cáliz al fondo, en una imagen de archivo.JORDI VICENT

Los amantes de la historia tienen desde hoy una cita en el museo de L’Almodí. La sala acoge la exposición Els Camins del Grial, una muestra inédita que descubre la trayectoria seguida por el que desde hace siglos se conoce como el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia. La muestra estará abierta al público hasta junio. 

Se trata de la primera muestra dedicada a uno de los objetos de culto que ha propiciado una mayor producción literaria, musical y artística. Una muestra que, en palabras de la alcaldesa, “supone un acontecimiento histórico con el que el Ayuntamiento da un nuevo ...

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Los amantes de la historia tienen desde hoy una cita en el museo de L’Almodí. La sala acoge la exposición Els Camins del Grial, una muestra inédita que descubre la trayectoria seguida por el que desde hace siglos se conoce como el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia. La muestra estará abierta al público hasta junio. 

Se trata de la primera muestra dedicada a uno de los objetos de culto que ha propiciado una mayor producción literaria, musical y artística. Una muestra que, en palabras de la alcaldesa, “supone un acontecimiento histórico con el que el Ayuntamiento da un nuevo paso para reivindicar el protagonismo de Valencia como ciudad que custodia la reliquia más venerada y también la más buscada de la historia, sobre la que tanto se ha escrito e investigado”.

Els Camins del Grial narra la trayectoria seguida por el Santo Cáliz desde el momento de la Santa Cena en Jerusalén, hasta su llegada a Valencia -hace más de 570 años-. Pero, además, la muestra supone la antesala de la celebración, este 2015, del primer Año Santo Jubilar en Valencia, tal como ha establecido la Santa Sede para conmemorar la custodia, por parte de nuestra ciudad, de la copa que, según señala la tradición, fue la utilizada por Jesucristo en la Última Cena. El 18 de marzo de 1437 llegó a la Catedral de Valencia el Relicario de los Reyes de Aragón, en el que figuraba el Santo Cáliz.

La iniciativa municipal forma parte de la campaña de promoción de Valencia como “Ciudad del Grial”, en la que ya se han llevado a cabo algunas acciones, como el Congreso Internacional celebrado en 2008, o la publicación titulada Valencia, Ciudad del grial, ambos de reconocido nivel científico.

La exposición se articula en tres grandes áreas temáticas: “De Jerusalén a Valencia”, “Las reliquias”, y una tercera dedicada a la plasmación del Grial en el mundo moderno y en el arte.

El primer bloque se divide en varios apartados específicos dedicados a La Santa Cena, el Santo Cáliz en Roma, el Santo Cáliz en Huesca, el Santo Cáliz en los Pirineos, el Grial en los siglos medievales, el Santo Cáliz en Zaragoza, el Santo Cáliz en Barcelona, y el Santo Cáliz en Valencia.

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El segundo bloque está dedicado al mundo de las “reliquias”, considerando el Santo Cáliz la culminación de todas ellas. Aquí se dedica un apartado al relicario de la Catedral de Valencia, otra al Santo Cáliz como elemento central de la Exposición, y un tercero sobre las tipologías de los cálices a lo largo de la historia.

El tercer bloque recrea la historia del Santo Grial en los tiempos modernos, haciendo hincapié en las repercusiones que tuvo en el arte de la época, a partir del renacimiento y la pintura de los Maçip (Vicente Maçip y su hijo Juan de Juanes).

Todas las secciones de la exposición están ilustradas por una amplia tipología de piezas seleccionadas (orfebrería, pintura, documentos, música…). Además, se reserva un apartado específico a hecho de que la leyenda del Santo Grial sirviera de inspiración al compositor Richard Wagner para componer su ópera Parsifal.

La base científica del contenido de la muestra procede de dos fuentes: la que se basa en tradiciones y leyendas, y una segunda a partir de San Juan de la Peña (siglo XIV), con documentación escrita.

“Els Camins del Grial” también recoge los avatares seguidos por la reliquia durante la Guerra Civil 1936-1939 y las salidas habidas fuera de la catedral por tierras de Aragón en 1959. De hecho, en los últimos años el Santo Cáliz, ha salido en dos momentos de la catedral, con ocasión de las visitas a Valencia de los papas Juan Pablo II, en 1982, y Benedicto XVI en 2006, con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias.

La muestra ha sido posible gracias a la colaboración de numerosas entidades, como el Arzobispado de Valencia, la Catedral, la Cofradía del Santo Cáliz, la Hermandad del Santo Cáliz, el Museo de Bellas Artes, la Diputación Provincial, el Colegio Imperial de los Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer, el Círculo Recreativo Militar Rey Juan Carlos I, la Diócesis de Segorbe, Castellón y Tortosa, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Archivo de la Corona de Aragón, la Basílica de San Lorenzo de Huesca, el Palacio de la Aljafería de Zaragoza, el Museo del Prado o la Fundación Lázaro Galdiano.

Fondos históricos, escultóricos, fotográficos y documentales de todas estas instituciones podrán ser contemplados con un despliegue audiovisual en distintos puntos de L’Almodí, en una muestra de la que es comisario el catedrático de Historia Medieval José Hinojosa.

Els Camins del Grial permanecerá abierta hasta la festividad del Corpus (4 de junio). Con el acceso a la muestra, gratuita, se entregará otra entrada, también gratuita, a la capilla del Santo Cáliz, donde permanece depositada la reliquia.

Valencia alberga el Santo Cáliz desde hace 578 años. El 18 de marzo de 1437 ingresaba en la catedral de Valencia el relicario de los reyes de Aragón, en el que desde 1399 figuraba el Santo Cáliz de la Última Cena, conservado por entonces en el monasterio pirenaico de San Juan de la Peña. El Santo Cáliz quedó depositado en la Catedral de nuestra ciudad por orden de Alfonso el Magnánimo.

Durante la guerra de la Independencia, entre 1809 y 1813, fue llevado por Alicante e Ibiza hasta Palma de Mallorca, huyendo de los invasores napoleónicos. En el año 1916, fue finalmente instalado en la antigua Sala Capitular, habilitada como Capilla del Santo Cáliz.

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