Más (y nueva) madera para el Velòdrom d'Horta

La pista de ciclismo de Barcelona cambia el pavimento tres décadas después de su inauguración

La rehabilitación del velódromo tiene un presupuesto de algo más de dos millones de euros. Joan Sánchez

La madera Doussier Alzelia, de Camerún, es muy buena para un velódromo como el de Horta, en Barcelona. Tiene una gran densidad, se mueve poco y resiste bien la vida en el exterior. Pero no hay velódromo que cien años dure, y al de Barcelona le tocaba mudar de piel después de 30 años. Las obras para cambiar la pista comenzaron en noviembre y no acabarán hasta mayo. Estos días hay una extraña tranquilidad en la instalación. Inversamente proporcional a las ganas de volver a rodar, escuchar el emocionante sonido de la madera y sentirla a través del manillar.

Es un trabajo lento y de precisi...

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La madera Doussier Alzelia, de Camerún, es muy buena para un velódromo como el de Horta, en Barcelona. Tiene una gran densidad, se mueve poco y resiste bien la vida en el exterior. Pero no hay velódromo que cien años dure, y al de Barcelona le tocaba mudar de piel después de 30 años. Las obras para cambiar la pista comenzaron en noviembre y no acabarán hasta mayo. Estos días hay una extraña tranquilidad en la instalación. Inversamente proporcional a las ganas de volver a rodar, escuchar el emocionante sonido de la madera y sentirla a través del manillar.

Es un trabajo lento y de precisión. Primero ha requerido reparar las costillas –las tripas de la pista se parecen a las de un barco-- para nivelarlas de nuevo a la perfección; y luego vestir la pista. Listón a listón. ¡Hay miles! Y no hay margen de error: un milímetro en la parte baja del peralte puede traducirse en un metro de desastre en lo alto. Lo explica el director de la instalación, Manel Herrando. Un trabajo de especialistas que ha llevado a veteranos del oficio a repetir: profesionales que en 1984 montaron la primera pista están ahora al cargo de la segunda.

Quedan pocos velódromos de madera exteriores de la edad del de Barcelona. Cuando se construyó en 1984 la UCI solo homologaba las pistas abiertas, pero años más tarde las hizo cubrir. Supervisado por el especialista Herbert Schumman, la pista de Barcelona es de las más rápidas del mundo. Sobre sus listones se han batido varios récords. La clave: los peraltes, con una inclinación de hasta 42 grados. De vértigo.

Además de las ganas de pedalear por el nuevo velódromo de los 300 ciclistas que cada semana acuden a Horta, Herrando explica que la nueva madera atraerá a equipos internacionales. Si ya acudían a Barcelona para entrenar, ahora lo pedirán todavía más.

Las obras de rehabilitación del velódromo tienen un presupuesto de algo más de dos millones de euros y además de la nueva pista del velódromo supondrán hacer un nuevo circuito de BMX que sea homologable para competiciones internacionales.

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