Millonarios en el museo

El Gordo deja 64 millones de euros a la plantilla del Museo de Cera de Madrid

Madrid -
los trabajadores del Museo de Cera celebran el Gordo. Kike Para

“Somos el Museo de Cera más rico del mundo”, tronaba Gonzalo Presa, responsable de comunicación de la versión madrileña del famoso Madame Tussauds londinense. Sus 34 trabajadores se han llevado 64 millones de euros gracias a 160 décimos del Gordo (13437). Y a David, el joven empleado encargado de elegir el número que la empresa compraría esta Navidad: “Lo hice al azar, solo quería que terminara en 7, porque ese día es el cu...

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“Somos el Museo de Cera más rico del mundo”, tronaba Gonzalo Presa, responsable de comunicación de la versión madrileña del famoso Madame Tussauds londinense. Sus 34 trabajadores se han llevado 64 millones de euros gracias a 160 décimos del Gordo (13437). Y a David, el joven empleado encargado de elegir el número que la empresa compraría esta Navidad: “Lo hice al azar, solo quería que terminara en 7, porque ese día es el cumpleaños de mi novia”. Él lleva, casualidad, siete años trabajando en las oficinas del museo. “No creía mucho en esto… ahora creeré”, dice sonriendo.

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Lola fue la que dio la voz de alarma al recibir la primera llamada. “Primero no me lo creía, pero luego lo miramos en Internet. Y mi marido ayer me decía: ‘Mañana, el día de la salud’. ¡Pues mira!”. Hay cuatro personas que van a estar muy agradecidas a esta menuda oficinista: ella, como otros compañeros, ha comprado para regalar entre la familia. Los 3.000 euros que la plantilla del museo se ha gastado esta Navidad han llegado también a otros comercios del Centro Colón. “Siempre compramos y repartimos entre los vecinos de aquí”, explica José Antonio. Aunque este antiguo empleado de mantenimiento se jubiló hace unos años, sigue adquiriendo Lotería con sus excompañeros. “Y menos mal”, resopla.

Los trabajadores dejaron ayer de lado los figurines de cera para centrarse en el champán y en hacer números, bajo la sorpresa de los vecinos de oficinas. Mientras unos calculaban hipotecas y viajes, Noemí trataba de localizar a su madre por teléfono: “¡Mamá, que me ha tocado el Gordo!¡Que nos traemos a la abuela!”. Visiblemente emocionada, esta joven empleada del museo soñaba con hacer venir a su abuela desde Guinea, de donde es originaria su madre. “Si es cuestión de dinero, se viene”, aseguraba, resplandeciente, antes de fundirse en un abrazo con el resto de los compañeros. Por una vez, en el Museo de Cera nadie prestaba atención a las réplicas de los famosos. Allí había millonarios de verdad.

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