Carlos Fabra, un preso con honores

Los vecinos de Villahermosa del Río, un pequeño pueblo del interior de Castellón, no recuerdan desde cuándo su plaza principal se llama de Carlos Fabra Carreras, pero sí que ese día se montó “una buena fiesta”. Corría el año 2006 y la Agencia Tributaria ya había denunciado al expresidente de la Diputación y del PP en la provincia por fraude fiscal. Era la época de los homenajes y las muestras de apoyo y el alcalde, Luis Rubio, también del PP, decidió cam...

Los vecinos de Villahermosa del Río, un pequeño pueblo del interior de Castellón, no recuerdan desde cuándo su plaza principal se llama de Carlos Fabra Carreras, pero sí que ese día se montó “una buena fiesta”. Corría el año 2006 y la Agencia Tributaria ya había denunciado al expresidente de la Diputación y del PP en la provincia por fraude fiscal. Era la época de los homenajes y las muestras de apoyo y el alcalde, Luis Rubio, también del PP, decidió cambiar el nombre de la que hasta entonces era la plaza de José Antonio. Al peculiar bautizo acudió el propio Fabra.

Es sábado a mediodía y en una parte de la plaza pasa el rato al sol un grupo de mayores. Citar a Carlos Fabra y a la plaza es tabú. “¿Les gustaría que se cambiara el nombre tras su ingreso en prisión?”. La pregunta es respondida con gestos de indiferencia. “Nos es igual, ha hecho mucho por este pueblo”, se arranca uno. Ninguno critica que se mantenga este honor a un condenado por cuatro fraudes fiscales cometidos durante su época de presidente provincial todopoderoso. En otro lugar dle pueblo, un grupo de mujeres sí quiere que se retire (les cuesta decirlo abiertamente) y que Villahermosa del Río deje de ser el único pueblo de la provincia de Castellón que tiene a Carlos Fabra en el callejero. Pero lo dicen pidiendo silencio: “A mí no me nombres. ¿Teme represalias? Hombre claro”.

El alcalde que honró así a quien entonces era todopoderoso en Castellón es Luis Rubio. Gobierna el pueblo desde 1991 de forma ininterrumpida y es diputado provincial desde el año 1995 (salvo en la legislatura de 2003 a 2007). En las últimas elecciones el 91,4% de los electores le votaron a él. Los siete puestos del Ayuntamiento son para el PP. “Aquí son todos muy conservadores, nadie va a decir nada en contra de la plaza, yo cuando vi la placa le hubiera tirado un bote de pintura”, se queja una vecina que se define como la 'hippie' del pueblo y votante de Esquerra Unida. “Hay hasta un bar con la imagen de Franco”, asegura. Otros recuerdan cómo se quedó la iglesia vacía el día en que tomaba la comunión el hijo de un socialista.

El ingreso en prisión del exmandatario para cumplir la condena de cuatro años de cárcel por cuatro fraudes de casi 700.000 euros ha disparado las peticiones de los grupos de oposición para que se borren estos reconocimientos y aumentado las críticas a su permanencia. “Es un insulto a los vecinos”, dijo esta semana el coportavoz de la Coalició Compomís en Castellón, Carles Mulet, sobre la plaza.

Su nombre permanece en decenas de placas conmemorativas de obras e inauguraciones que se reparten por toda la provincia. El pasado mes de junio, el alcalde de Benlloch, Ángel Ribés, del PSPV-PSOE, ordenó arrancar tres placas donde aparecía el nombre de Carlos Fabra tras su condena. La misma medida se aprobó en L’Alcora, municipio gobernado por el PP en minoría.

Pero ningún consistorio más ha seguido hasta ahora sus pasos. El PSPV-PSOE de Borriol ha presentado una moción que se debatirá en el pleno de este mes para que el alcalde popular quite todas las distinciones a políticos condenados que estén en lugares públicos. El Ayuntamiento de Segorbe rechazó recientemente ejecutar esta propuesta. El portavoz socialista en la Diputación, Francesc Colomer, pidió además retirar el cuadro de Carlos Fabra que cuelga en el palacio. Su sucesor, Javier Moliner, defendió su persistencia como la del resto de presidentes. “Ni quitaré el de nadie ni pondré el mío”, dijo.