TV-3: nueva cara, viejos conflictos

La plantilla amenaza con una huelga indefinida tras la renovación del Telenotícies

No es oro todo lo que reluce en TV-3. La cadena está de enhorabuena, con el estreno del nuevo plató del Telenotícies, presentado con un gran despliegue, y los buenos índices de audiencia: cerró 2013 líder, por cuarto año consecutivo. Pero la salud de la que goza en pantalla tapa una inestabilidad interna que se arrastra desde hace meses: la conflictividad laboral y los problemas económicos.

El día 16, Toni Cruanyes estrenaba el nuevo plató y formato del Telenotícies. Una renovación que ha costado 1,5 millones de euros, en gran parte sufragados por un emplazamiento publicitario en el rel...

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No es oro todo lo que reluce en TV-3. La cadena está de enhorabuena, con el estreno del nuevo plató del Telenotícies, presentado con un gran despliegue, y los buenos índices de audiencia: cerró 2013 líder, por cuarto año consecutivo. Pero la salud de la que goza en pantalla tapa una inestabilidad interna que se arrastra desde hace meses: la conflictividad laboral y los problemas económicos.

El día 16, Toni Cruanyes estrenaba el nuevo plató y formato del Telenotícies. Una renovación que ha costado 1,5 millones de euros, en gran parte sufragados por un emplazamiento publicitario en el reloj que se ve segundos antes de que empiecen las noticias. El estreno estuvo amenazado por una huelga de los trabajadores, que finalmente retiraron la protesta para preparar una acción contundente: una huelga indefinida.

La asamblea de trabajadores acordó el pasado día 15 convocar huelga de 12 horas para este lunes y una de 24 para el jueves. En paralelo, esta semana el comité de empresa está gestionando la petición de convocar una huelga indefinida: “Tenemos que definir unos objetivos, qué circunstancias se deben dar para desconvocarla, si creamos un fondo de resistencia…”, apunta Núria Amat, portavoz del comité de empresa. Los trabajadores de Catalunya Ràdio también plantean idéntica acción para presionar a la dirección de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), que por el momento prefiere no pronunciarse sobre el asunto.

La asamblea acordó el pasado día 15 convocar huelga de 12 horas para este lunes y una de 24 para el jueves

La conflictividad laboral permanece pese a que el pasado agosto las plantillas de los dos medios públicos y los gestores pactaron un ERE de 225 trabajadores. Las cláusulas que se han arrastrado del acuerdo son las que mantienen los problemas: empresa y trabajadores se comprometieron a pactar una reducción salarial para plasmarla en el convenio colectivo, cuya caducidad es el día 31 de enero de este mes. Pero las negociaciones siguen enrocadas. La CCMA quiere reducir el salario de los trabajadores equiparando las categorías profesionales a las del sector sanidad, una medida que su presidente, Brauli Duart, no ha llegado a concretar nunca en público. Según las cuentas de la CCMA, la parte que se debía reducir de toda la masa salarial son 15 millones de euros. “No podemos aceptar las pretensiones que tiene la dirección en este momento, no podemos asumir una nueva baja salarial cuando desde 2010 se nos ha bajado un 35% el sueldo”, lamenta Amat. Las condiciones del comité de TV-3 para enterrar su amenaza de huelga indefinida pasan por alargar la vigencia del convenio para tener más margen de negociación y suavizar las pretensiones salariales.

La dirección de la CCMA justifica la rebaja salarial para ajustar sus presupuestos. Pese a los recortes, la Corporación ha vuelto a cerrar 2013 con déficit: 11 millones de euros, a los que debe sumar 15 millones más correspondientes a la reducción salarial, que no pudo computar en el cierre del último ejercicio. Ello lastra todavía más la disponibilidad presupuestaria de la CCMA: en 2014, su presupuesto es de 293,1 millones, un 35% menos de lo que disponía en 2010. “El descenso de ingresos es abismal”, destacan fuentes de la corporación, que apuntan que el objetivo de Duart es “mantener la viabilidad” de los medios sin afectar a su calidad.

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El malestar de los trabajadores también se explica por otras medidas de ajuste, como la privatización del Departamento Comercial. El comité de empresa ve en la externalización un intento de “hacer más pequeña TV-3”.

La próxima semana será decisiva. Los meses de conflictividad laboral han abierto una herida entre los gestores y los empleados, que se han quejado en numerosas ocasiones de las malas formas de Duart en las negociaciones. Amat, portavoz de los trabajadores, es muy clara: “La herida no se cerrará hasta que los que han venido a hacer pequeña esta casa no estén despedidos. Solo se recuperará el clima que teníamos antes cuando tengamos una dirección que no venga a externalizar”. La nueva cara en TV-3 no esconde los viejos conflictos.

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