20 años de cárcel al hombre que mató a su expareja en Guadassuar

El asesino asestó 27 puñaladas a su víctima “con alevosía y ensañamiento”

Valencia -

José Julián García, de 52 años, había cortado con su novia. Pero seguía viéndola. Intercambiaba mensajes, llamadas. La noche del 3 de febrero de 2012 acudió a su casa de la localidad valenciana de Guadassuar. Ella le abrió la puerta. Caminaron hasta la cocina. Poco tardaron en enzarzarse en una inflamada discusión cara a cara. El hombre echó mano de un cuchillo jamonero. Y le propinó 27 puñaladas. Una de ellas atravesó su hígado. El asesino se entregó al día siguiente acompañado de su hermano en el cuartel de la Guardia Civil de la vecina Carlet.

La sección quinta de la Audiencia de Val...

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José Julián García, de 52 años, había cortado con su novia. Pero seguía viéndola. Intercambiaba mensajes, llamadas. La noche del 3 de febrero de 2012 acudió a su casa de la localidad valenciana de Guadassuar. Ella le abrió la puerta. Caminaron hasta la cocina. Poco tardaron en enzarzarse en una inflamada discusión cara a cara. El hombre echó mano de un cuchillo jamonero. Y le propinó 27 puñaladas. Una de ellas atravesó su hígado. El asesino se entregó al día siguiente acompañado de su hermano en el cuartel de la Guardia Civil de la vecina Carlet.

La sección quinta de la Audiencia de Valencia, con el veredicto de los nueve miembros de un jurado popular, ha condenado este viernes a 20 años de prisión al acusado por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento. La pena recoge el agravante del parentesco y el atenuante de la confesión. La sentencia obliga a pagar 120.747 euros de indemnización al hijo de la víctima, de 21 años. Y 9.288 euros a la madre. El fiscal solicitaba 23 años de cárcel.

El asesino permanecía en prisión provisional desde el crimen. Los informes forenses revelaron que causó a su expareja 27 heridas en la cara, el cuello, el hombro, el tronco y las manos. La víctima intentó reducir sin éxito con las manos la agresión. Uno de los tres cuchillos utilizados por el agresor fue un jamonero de 25 centímetros.

El asesino intentó demostrar durante el juicio que su expareja le agredió primero. El jurado no le creyó. Tampoco pudo convencer al tribunal popular de que actuó bajo los efectos del alcohol y las drogas.

La sentencia confirma el “desprecio a la dignidad de la persona” del culpable. El asesino no había maltratado antes a su pareja, según el hijo de la víctima. La sentencia cita al Supremo para describir el fenómeno de la violencia repentina entre parejas como “alevosía convivencial”. En 2012 la violencia de género se cobró 12 vidas en la Comunidad Valenciana. Elisa fue la primera.

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