Demasiado fácil después de matar

Los expresos de ETA reivindican su objetivo político sin la mínima autocrítica del pasado terrorista

La amnesia selectiva se ha apoderado de los expresos de ETA. Solo así puede entenderse que en su reencuentro con la sociedad civil vasca hayan aprovechado la proyección mediática de un acto singular permitido por la justicia para reivindicar sus objetivos políticos de siempre y la defensa de sus compañeros encarcelados sin ofrecer, una vez más, la mínima autocrítica del profundo dolor causado. Qué gran ocasión, por ejemplo, ha perdido Kubati antes de ir a comer de disculparse...

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La amnesia selectiva se ha apoderado de los expresos de ETA. Solo así puede entenderse que en su reencuentro con la sociedad civil vasca hayan aprovechado la proyección mediática de un acto singular permitido por la justicia para reivindicar sus objetivos políticos de siempre y la defensa de sus compañeros encarcelados sin ofrecer, una vez más, la mínima autocrítica del profundo dolor causado. Qué gran ocasión, por ejemplo, ha perdido Kubati antes de ir a comer de disculparse  públicamente por haber apretado el gatillo cuando decidió acabar con la vida de Yoyes, ante los ojos de su pequeño hijo,sencillamente porque era una adelantada a su tiempo y prefería la política que la goma 2 cuando se trataba de superar las diferencias.

Tras su estrepitoso fracaso revolucionario que se resume en la aceptación de la ley y de la renuncia a la violencia, a los exetarras reunidos en Durango les ha resultado imposible pedir perdón más allá del recurso fácil a esas fórmulas alambicadas de su lenguaje que habla del "daño multilateral". Bajo esta ambigüedad tan criticada será muy dificil propiciar una mínima sensibilidad compartida en la búsqueda de una necesaria reconcoliciación y, sobre todo, alejará por mucho tiempo la adopción de medidas penitenciarias más ajustadas a Derecho. Mensajes tan poco comprometidos jamás conmoverán a Madrid.

Expertos como el resto del entorno abertzale en alentar mediáticamente escenarios que auguran decisiones estratégicas, los expresos han sabido adornar el acto de una expectación que, sin embargo, apenas ha superado el interés del último y significativo comunicado de la cúpula del EPPK, al que han pertenecido hasta su salida de la cárcel tras la derogación de la doctrina Parot. Han sido incapaces de ir un palmo más allá ni siquiera, una vez libres, han osado comprometer a lo que queda de dirección de ETA para reclamar que dé paso que se le viene exigiendo desde hace demasiado tiempo,

En sus exigencias, se ha dejado entrever un desmedido afán por la búsqueda de soluciones urgentes a quienes cumplen condena por su paso terrorista. ¿Qué hay de lo mío? han venido a exigir en nombre de los etarras presos sin que mediara un mínimo reconocimiento de la sangre derramada durante tantos años de sinrazón terrorista. Sin más compromisos por su parte, así es imposible avanzar en la sensibilización de quien tiene la última palabra para atender estas exigencias.

Por contra, deberían ser bien recibidas las proclamas que han realizado en favor de las vías políticas para la defensa de los objetivos identitarios como el inevitable derecho a decidir. Lo han hecho en la línea marcada hace dos años por la izquierda soberanista para asegurarse su supervivencia en el debate político e institucional. Precisamente este tipo de pronunciamientos aportan a los dirigentes radicales un mayor respaldo evidente, aunque sin responder a las exigencias éticas de un pueblo  que disfruta ahora de un ámbito de paz, pero que no está dispuesto a pasar página de manera tan fácil como puede desprenderse del acto más simbólico que trascendente de los etarras en Durango.

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