La policía de la Xunta busca quién filtró un incidente de uno de sus jefes

Un inspector se enfrentó a la Guardia Civil tras ser sorprendido con un tasa de alcohol excesivo al volante de un coche oficial camuflado

La publicación de que uno de los miembros de la cúpula de la policía autonómica mantuvo un altercado con la Guardia Civil, tras ser sorprendido ebrio cuando conducía un coche oficial camuflado, ha provocado un notable revuelo en el cuerpo de seguridad de la Xunta. Sobre todo porque el libro de registros de la policía fue manipulado para ocultar el incidente, que tuvo que ser consignado en ese parte general de incidencias después de que la Guardia Civil llamase a la comisaría autonómica para identificar al infractor y reclamar que alguien acudiese a retirar el vehículo.

 Este periódico p...

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La publicación de que uno de los miembros de la cúpula de la policía autonómica mantuvo un altercado con la Guardia Civil, tras ser sorprendido ebrio cuando conducía un coche oficial camuflado, ha provocado un notable revuelo en el cuerpo de seguridad de la Xunta. Sobre todo porque el libro de registros de la policía fue manipulado para ocultar el incidente, que tuvo que ser consignado en ese parte general de incidencias después de que la Guardia Civil llamase a la comisaría autonómica para identificar al infractor y reclamar que alguien acudiese a retirar el vehículo.

 Este periódico publicó los hechos ilustrados con una fotografía del libro de registros manipulado mediante líquido borrador. Desde entonces, según el sindicato Unión Federal de Policía (UFP), “tanto el comisario jefe como su segundo” están “empeñados en adjudicar a alguien la fotografía del libro”. El responsable gallego de la UFP, Miguel Ángel González, asegura que estas indagaciones internas se han desarrollado “sin reparar en métodos ni formalidades legales”.

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“A los funcionarios que no son de su confianza”, relata el dirigente sindical, “les sorprende en el servicio y, como si de otros tiempos se tratara, les introduce en el despacho y les toma declaración como testigos, pero acusándoles directamente de haber realizado dicha fotografía e intimidándoles con preguntas tales como si está dispuesto a entregar su teléfono móvil particular a los servicios secretos de la DGP [Dirección General de Policía]“. La UFP considera que esta actitud “vulnera todas las garantías jurídicas constitucionales de los policías” y critica que sus mandos no investiguen, sin embargo, cómo y quién manipuló un registro oficial de la comisaría.

El incidente se produjo el pasado 15 de noviembre en el puente de A Rocha, a la entrada de Santiago. El inspector, número tres en el escalafón de la policía autonómica, había utilizado un coche oficial camuflado para un desplazamiento particular fuera de la ciudad, acompañado de otro agente. A las tres de la madrugada, fue parado por un control de la Guardia Civil. Según fuentes policiales, el inspector, con malos modos, trató de oponerse a que le realizasen la prueba de alcoholemia. Pero la Guardia Civil insistió hasta comprobar que la tasa de alcohol era tres veces superior al máximo permitido.

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