Una ‘mosso’ a la juez: “No nos gusta que nos hagan fotos mientras trabajamos”

La imputada temió que imágenes del ‘caso Raval’ acabaran en manos de antisistemas

Elisenda G. recogía la denuncia de un ciudadano cuando escuchó “33” [refuerzos] por la emisora. Aunque “tenía que haber pedido permiso” para abandonar la comisaría, la agente se dirigió a la calle de Aurora, en el Raval. Allí vio cómo cinco compañeros “reducían” a un hombre, Juan Andrés Benítez, que murió horas después en el hospital. Elisenda G. ha declarado hoy como imputada por las presuntas coacciones a una vecina que grabó, con su teléfono móvil, parte de la actuación policial.

La imputada ha afirmado que, cuando llegó al Raval, vio “llorando” a una compañera que había sido agredid...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Elisenda G. recogía la denuncia de un ciudadano cuando escuchó “33” [refuerzos] por la emisora. Aunque “tenía que haber pedido permiso” para abandonar la comisaría, la agente se dirigió a la calle de Aurora, en el Raval. Allí vio cómo cinco compañeros “reducían” a un hombre, Juan Andrés Benítez, que murió horas después en el hospital. Elisenda G. ha declarado hoy como imputada por las presuntas coacciones a una vecina que grabó, con su teléfono móvil, parte de la actuación policial.

La imputada ha afirmado que, cuando llegó al Raval, vio “llorando” a una compañera que había sido agredida por el empresario del Gayxample y se quejaba de que “le dolían las cervicales”. Cuando iba a avisar a la ambulancia, “les tiraron una piedra o algo desde arriba”, según la declaración de la agente, a la que ha tenido acceso EL PAÍS. Elisenda G. ha añadido que acudió entonces a una de las fincas para “evitar que tiraran más cosas”. Una vecina del segundo piso le abrió la puerta. La mosso tuvo la “intuición” de que no era “la que le había tirado el objeto”. Y observó que tenía un móvil.

La agente, imputada por coacciones y obstrucción a la justicia, ha admitido  que preguntó a la mujer “qué estaba haciendo con el móvil en el balcón” y, también, “si había hecho alguna foto”. A preguntas de la juez que investiga el caso Raval, la agente ha explicado que le hizo la pregunta “porque a los Mossos no les gusta que les hagan las fotos mientras trabajan”. Y ha matizado —no lo verbalizó ante la vecina— que su temor no es que hicieran fotos, sino que “las colgaran en Youtube y que luego las utilizaran grupos antisistema”. En ningún momento, ha precisado, le pidió que las borrara, sino que “ella misma” se ofreció a eliminarlas. Su declaración coincide, en lo esencial, con la que prestó la vecina, Caroline C. La testigo aseveró que borró las imágenes “por la presencia policial” y porque tomarlas atentaba contra su ética personal. Pero negó haberse sentido presionada.

¿Por qué la mosso no impidió que la mujer borrara fotos y vídeos que podían arrojar luz sobre lo que, hasta ese momento, era un incidente de seguridad pública? Porque “para ella era una actuación más” y “no sabía lo que estaba pasando en la calle” ni era consciente de que se estuvieran borrando pruebas de algún delito, ha contestado a la fiscal. Ni siquiera supo, ha añadido, si la vecina borraba las fotos “porque no comprobó el móvil” y porque la llamó su jefe para que regresara a comisaría. La agente ha reiterado que, “en ese momento, no pensó que lo que estaba grabando fuera útil para algo”. Y ha agregado que “no quería que circularan sus caras por internet”. “El perfil de la señora tampoco era de las que cuelgan vídeos en internet, pero nunca se sabe si se los puede pasar a alguien que sí lo haga”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En