Condenado a 17 años y nueve meses un violador reincidente

La Audiencia Provincial de Madrid le impone, además, 10 años de libertad vigilada

En julio de 2012, Blanca vivió la peor noche de su vida. Esa madrugada acababa de entrar en el portal de su casa cuando se percató de la presencia de Manuel G. H., de 55 años y con varios años de cárcel a sus espaldas por delitos de violación. Había entrado justo detrás. Blanca creyó que era un vecino de la finca y le preguntó si subía en el ascensor. Pero su agresor sacó un cuchillo de sierra y le exigió entonces que le diera todos sus objetos de valor. Aterrada, le entregó los 30 euros que llevaba encima y su tarjeta de crédito. Tras lo cual, Manuel abusó sexualmente de ella.

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En julio de 2012, Blanca vivió la peor noche de su vida. Esa madrugada acababa de entrar en el portal de su casa cuando se percató de la presencia de Manuel G. H., de 55 años y con varios años de cárcel a sus espaldas por delitos de violación. Había entrado justo detrás. Blanca creyó que era un vecino de la finca y le preguntó si subía en el ascensor. Pero su agresor sacó un cuchillo de sierra y le exigió entonces que le diera todos sus objetos de valor. Aterrada, le entregó los 30 euros que llevaba encima y su tarjeta de crédito. Tras lo cual, Manuel abusó sexualmente de ella.

Por estos hechos, la Audiencia Provincial de Madrid le ha condenado a 17 años y nueve meses de prisión. Se le acusa de un delito de agresión sexual y otro de robo con violencia e intimidación; ambos con el agravante de reincidencia. Por lo que también se le ha impuesto la medida de 10 años de libertad vigilada. Asimismo, el acusado tendrá que indemnizar a su víctima con 18.000 euros.

La sentencia considera probado que el cuatro de julio de 2012 Manuel abordó a Blanca en el portal de su casa y abusó de ella. Después de robarle a punta de cuchillo, el acusado le desabrochó el sujetador y le ordenó que hiciera lo mismo con su pantalón. Tras someterla a diversos tocamientos, Manuel la agarró del cuello y la obligó a hacerle una felación. "Si no te la voy a meter", le amenazó. La mujer pidió auxilio y el procesado huyó. Antes, eso sí, se llevó también el móvil de su víctima. 

La Policía le detuvo momentos después en las inmediaciones del lugar. Llevaba encima el cuchillo con el que había amenazado a la mujer y también el teléfono que le había robado. Como consecuencia de la agresión, Blanca sufrió erosiones en el muslo y en la rodilla izquierda además de estrés postraumático de carácter crónico, que precisa de intervención psicológica, con fobia a los hombres, temor a salir a la calle sola y crisis de ansiedad. Su agresor había cumplido 21 días antes su última pena por agresión sexual.

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