Ricart comenzó a trabajar en prisión tras la ‘doctrina Parot’

El recluso también colaboró en el comedor del penal y realizó tareas de limpieza

Miguel Ricart durante el juicio. Mayo de 1997.RAMÓN ESPINOSA

El único condenado por el triple crimen de las niñas de Alcàsser (Valencia), Miguel Ricart Tárrega, entró en la cárcel hace dos décadas. Sin embargo, no fue hasta hace dos años y once meses cuando tuvo su primer empleo remunerado en un penal y con alta en la Seguridad Social. El recluso comenzó a trabajar en prisión tras conocer que su excarcelación, fijada inicialmente para mayo de 2011, se retrasaría doce años (2023) tras la aplicación de la doctrina Parot. Los trabajos desempeñados por Ricart en prisión han sido de baja cualificación.

Ricart cotizó por primera vez en la cárc...

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El único condenado por el triple crimen de las niñas de Alcàsser (Valencia), Miguel Ricart Tárrega, entró en la cárcel hace dos décadas. Sin embargo, no fue hasta hace dos años y once meses cuando tuvo su primer empleo remunerado en un penal y con alta en la Seguridad Social. El recluso comenzó a trabajar en prisión tras conocer que su excarcelación, fijada inicialmente para mayo de 2011, se retrasaría doce años (2023) tras la aplicación de la doctrina Parot. Los trabajos desempeñados por Ricart en prisión han sido de baja cualificación.

Ricart cotizó por primera vez en la cárcel en enero de 2011. Percibió 225,5 euros mensuales durante 2012, según fuentes consultadas por EL PAÍS. Fue el salario por sus labores para empresas externas. El recluso también colaboró en el comedor del penal y realizó tareas de limpieza aunque por estas labores no habría cobrado, según la abogada Luisa Ramón, de la acusación popular que ejerce la Asociación Clara Campoamor.

Ricart, El Rubio, de 44 años, tenía el pasado agosto 642 días cotizados a la Seguridad Social. Antes de entrar en prisión por el crimen de Alcàsser, trabajó hasta 1991 en dos tiendas de muebles, una de ellas en Alfafar, y en un concesionario de automóviles de Benetússer. En ninguno de sus empleos aguanto más de siete meses.

Ricart fue condenado a 170 años por secuestro, violación y asesinato de las tres adolescentes con el Código Penal de 1973. Este ordenamiento fijaba un tope de 30 años de estancia en prisión y permitía la reducción de un día de condena por cada dos de trabajo. “Como no había empleo para todos los presos se aplicaba automáticamente la redención ordinaria”, explica el catedrático de Derecho Penal de la Universitat de València José Luis González Cussac. “Puede que Miguel Ricart comenzase a trabajar por aburrimiento al descubrir que pasaría más tiempo en la cárcel [por la aplicación de la doctrina Parot]”, añade el profesor.

Tras la anulación de la doctrina Parot por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo, la Audiencia de Valencia se reunirá a partir de esta semana para decidir la excarcelación de El Rubio.

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