Un ideario chino
Todo en la obra '4 y 5' resulta hipnótico, de engranaje perfecto
Una China pujante en lo artístico corre en un vertiginoso presente a la par que se exhibe como la segunda economía mundial (y con pronósticos de llegar más pronto que tarde a ser la primera), tratando de colocarse en lugar prominente a nivel global; así han surgido nuevos teatros y expresiones, nombres propios y conjuntos.
El ballet en el gigante asiático hace apenas un cuarto de siglo (o menos) se ceñía a las grandes compañías académicas formateadas desde el maoísmo en el ámbito escolástico y estético aportado por la influencia soviética desde los años cincuenta del siglo pasado.
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Una China pujante en lo artístico corre en un vertiginoso presente a la par que se exhibe como la segunda economía mundial (y con pronósticos de llegar más pronto que tarde a ser la primera), tratando de colocarse en lugar prominente a nivel global; así han surgido nuevos teatros y expresiones, nombres propios y conjuntos.
El ballet en el gigante asiático hace apenas un cuarto de siglo (o menos) se ceñía a las grandes compañías académicas formateadas desde el maoísmo en el ámbito escolástico y estético aportado por la influencia soviética desde los años cincuenta del siglo pasado.
4 Y 5
Compañía Tao Dance Theater. Coreografía, escenografía y vestuario: Tao Ye; música: Xiao He; luces: Ma Yue; trajes: Duan Ni. Teatros del Canal (Sala verde). Hasta el 22 de noviembre.
Jin Xing fue una pionera de la nueva danza China y cuando la entrevisté en 2006 para EL PAÍS dijo: “Puedo ser la estatua de la libertad de China”. Metafóricamente, Tao Ye y toda su generación, están escalando dentro de esa estatua simbólica de expresión abierta a nuevos horizontes, saltando los escalones de tres en tres, ganando tiempo. A pesar de que el tempo chino no es el tempo español, el ideario del coreógrafo cala.
Cuán lejos, cuán cerca está la danza oriental moderna de los sistemas codificados occidentales; esto ahora se está estudiando pormenorizadamente. En Tao Ye está sobre todo la estilización del tai-chi, con un algo de contacto y hasta un reelaborado ritual plástico de corte sintoista, pero también hay un poderoso control sobre la rítmica (a veces endemoniada de difícil). Y tanto en 4 como en 5 el vestuario es un factor inteligente, móvil, que contribuye a la seducción del público.
Todo resulta hipnótico, de engranaje perfecto. En la primera, con el obsesivo del ensemble a cuatro, en la segunda con la organicidad de un cuerpo único (compuesto por cinco) a través de ese traje-piel, que es extensión de la forma animada. Digno de verse este riguroso trabajo.