Un gestor sin relación con el mundo de la ópera toma las riendas del Liceo

Roger Guasch asume el cargo en el momento más crítico del coliseo barcelonés

Roger Guasch.Teatre Liceo

Roger Guasch tomó ayer las riendas del Liceo de Barcelona con un encargo claro: poner orden en las finanzas y buscar dinero de debajo de las piedras, si hace falta. Guasch, ingeniero químico que en 2011 asumió la dirección del grupo de la mutua La Alianza, sustituye a Joan Francesc Marco, que salió del Liceo el pasado mes de julio. Y lo hace en el momento más crítico que ha vivido la institución musical: sin director artístico, puesto que Joan Matabosch se incorpora en enero de 2014 al Teatro Real de Madrid; con la anunciada marcha del director del coro, José Luis Basso, para la siguiente temp...

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Roger Guasch tomó ayer las riendas del Liceo de Barcelona con un encargo claro: poner orden en las finanzas y buscar dinero de debajo de las piedras, si hace falta. Guasch, ingeniero químico que en 2011 asumió la dirección del grupo de la mutua La Alianza, sustituye a Joan Francesc Marco, que salió del Liceo el pasado mes de julio. Y lo hace en el momento más crítico que ha vivido la institución musical: sin director artístico, puesto que Joan Matabosch se incorpora en enero de 2014 al Teatro Real de Madrid; con la anunciada marcha del director del coro, José Luis Basso, para la siguiente temporada, y en números rojos. Al déficit del cierre del ejercicio 2011/2012 de 653.000 euros hay que sumar un préstamo de seis millones de euros de 2012 y una nueva póliza de crédito de 5.750.000 que se cerrará ahora. Un panorama que preocupa en círculos liceísticos y al propio cuerpo artístico, que temen que el teatro deje de estar en la primera división de los coliseos operísticos de Europa.

Guasch, de 47 años y nacido en Barcelona, ya se hizo una idea ayer mismo de lo que se va a encontrar en un teatro que atraviesa una complicada situación financiera por la caída de las subvenciones públicas del Ministerio de Cultura —de 12 a 6,5 millones desde 2007— y la Generalitat —de 11 millones a 8— por un lado, y la de los ingresos de la actividad artística y de mecenazgo, por otro. Una disminución que ha provocado una rebaja en los presupuestos de sus temporadas de cerca de 20 millones de euros en seis años.

La junta del patronato del Liceo encargó al nuevo director un plan estratégico en un plazo de tres meses que establezca “los costes e ingresos de las propias actividades artísticas, las medidas de ahorro y los incrementos de las aportaciones futuras de las Administraciones y el programa de mecenazgo del teatro”. Todo ello en un intento de recuperar la normalidad artística para la temporada 2014/2015 que pasará por la anulación del ERE temporal previsto para julio de 2014 —se ejecutó el acordado para septiembre—, según puntualizó el presidente del patronato, Joaquim Molins.

El perfil de Guasch de “ejecutivo y gestor” es el más idóneo para afrontar la actual situación, entienden los patronos. Llega tras liderar una reconversión tranquila en La Alianza —que en el año 2001 estaba al borde del concurso de acreedores—, donde ha ganado prestigio como buen gestor y buen ejecutivo. No tiene experiencia en el mundo de la ópera, ni como profesional ni como aficionado, pero tanto Molins como el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, aseguran que no se pedía experiencia en el mundo artístico.

Tanto el Ministerio de Cultura como la Generalitat se comprometieron a un incremento “futuro” de sus aportaciones pero sin poner cifras. Salvo Molins, que dijo que el Liceo debía volver a los estándares de 2007 —con un presupuesto de 59 millones—, pero solo con 45 “y sin perder calidad”.

Ni idea de ópera

JAVIER PÉREZ SENZ

Roger Guasch, ingeniero químico por el Instituto Químic de Sarrià llega al Liceo tras liderar una reconversión tranquila en la mutualidad L’Aliança —en 2001 estaba al borde del concurso de acreedores tras más de 20 años de desastrosa gestión—, donde ha ganado prestigio como buen gestor y ejecutivo, las dos cualidades que buscaba el presidente del patronato del Liceo Joaquim Molins. Nada más ser nombrado interventor por la consejería de Economia y Finanzas en el proceso de L’Aliança negoció el aplazamiento de los pagos a proveedores, la venta de las secciones que generaban más pérdidas y un duro ajuste de personal, conducido con mano firme. ¿Pasará lo mismo en el Liceo?

Con masters en dirección de empresas en Iese y Esade, es hombre de equipo, afable y accesible. Quienes han trabajado en su equipo, dicen que valora la eficacia y que no escurre el bulto en las negociaciones con los sindicatos. Sin afiliación política, es poco amigo de consignas y enchufes. Le gusta formar equipos contando con los trabajadores de la casa tras eliminar gastos supérfluos y cargos innecesarios.

No tiene experiencia en el mundo de la ópera, ni como profesional ni como aficionado, pero tanto Molins como el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, aseguran que no se pedía experiencia en el mundo artístico sino solvencia como gestor y ejecutivo. Antes de trabajar en L’Aliança, Guasch, casado y con dos hijos de 8 y 4 años, fue director general de una empresa familiar, Manufacturas Metálicas Canals, y director del área industrial de Chupa Chups. Durante dos años dirigió la filial española de Solving, consultora especializada en reestructuraciones empresariales en época de crisis.

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