Las dos orquestas valencianas se unen para tocar en la calle contra los recortes

Sólo se unieron una vez para ofrecer un concierto hace siete años; y este lunes han repetido la experiencia para protestar por los recortes en la cultura y en el mundo de la música interpretando obras de Mozart y Rossini. Fue en la plaza de la Virgen de Valencia y numeroso público aplaudió a la formación formada por la Orquesta de Valencia (del Palau de la Música) y la Orquestra de la Comunitat Valenciana (del Palau de les Arts), dirigida alternativamente, por sus directores titulares, Yaron Traub y Omer Meir Wellber.     

Los músicos de los conjuntos valencianos se sumaron así la prote...

Sólo se unieron una vez para ofrecer un concierto hace siete años; y este lunes han repetido la experiencia para protestar por los recortes en la cultura y en el mundo de la música interpretando obras de Mozart y Rossini. Fue en la plaza de la Virgen de Valencia y numeroso público aplaudió a la formación formada por la Orquesta de Valencia (del Palau de la Música) y la Orquestra de la Comunitat Valenciana (del Palau de les Arts), dirigida alternativamente, por sus directores titulares, Yaron Traub y Omer Meir Wellber.     

Los músicos de los conjuntos valencianos se sumaron así la protesta nacional en la que participaron más de un millar de músicos de una veintena de ciudades. Mostraron su rechazo a los "recortes" a sus agrupaciones musicales y a la subida del IVA cultural. La convocatoria, impulsada por la Asociación de Músicos Profesionales de Orquestas Sinfónicas (AMPOS), busca "dar una respuesta colectiva y llamar la atención de la ciudadanía sobre la situación crítica en la que se encuentran las orquestas sinfónicas en España".

Durante el acto, se hizo un intermedio en el que el periodista y escritor Fernando Delgado leyó un manifiesto donde se pidió a los presentes "apoyo y solidaridad a cambio de calidad y compromiso social para hacer de puente entre la ciudadanía y la cultura". Reclamó un pacto de la música y advirtió de que España pueda volver a "la penosa situación musical de hace 30 años".

"Destruir una orquesta es tan grave como cerrar una biblioteca o un museo", subrayó un portavoz de los intérpretes.