Un elogio a la historia de la televisión

Mikel Lejarza y Santiago Gómez Amigo son los autores de Televisores cuadrados, ideas redondas, un libro editado por Temas de Hoy (288 páginas, 19 euros) que supone todo un reconocimiento al papel que desempeña la televisión. Con el subtítulo de algunas historias de la televisión, los autores, dos doctores en Comunicación, que comparten inquietudes y pasión por el Athletic, además de impartir clases en la misma universidad, son conscientes de que "la pequeña pantalla tiene muchas buenas historias que contar".

Los dos autores han ido detallando desde que salió el libro a la calle...

Mikel Lejarza y Santiago Gómez Amigo son los autores de Televisores cuadrados, ideas redondas, un libro editado por Temas de Hoy (288 páginas, 19 euros) que supone todo un reconocimiento al papel que desempeña la televisión. Con el subtítulo de algunas historias de la televisión, los autores, dos doctores en Comunicación, que comparten inquietudes y pasión por el Athletic, además de impartir clases en la misma universidad, son conscientes de que "la pequeña pantalla tiene muchas buenas historias que contar".

Los dos autores han ido detallando desde que salió el libro a la calle, el pasado 17 de enero, cómo coincidieron en la conveniencia de realizar este elogio a la televisión. Televisores cuadrados, ideas redondas cuenta algunos de los hitos de la televisión, en los que aparecen desde los Beatles o Elvis Presley a muchos de los principales rostros de las series y programas más populares de los últimos años, en un viaje que transcurre por comisarías de Chicago, bares de Boston, islas en el Pacífico, cabinas de Madrid, ciudades habitadas por familias de color amarillo y platós de televisión llenos de emociones e ideas que a todos nos han hecho la vida mejor.

Los dos autores, vinculados a Bilbao, repasan historias de la pequeña pantalla

Según se recoge en el prólogo, el sector audiovisual, y el televisivo en particular, no son la plasmación de un plan previamente establecido por nadie, y en ocasiones tampoco una consecuencia lógica de las ideas de sus creativos o los gustos de los telespectadores. La televisión es mucho más sorprendente de lo que creen sus críticos más furibundos, porque más allá de su capacidad única para crear y contar historias, son muchos los factores técnicos y estructurales que la condicionan y, al final, las respuestas a los retos planteados siempre llevan el inequívoco sello de quienes viven todos los días con la obligación de tener que inventar algo inexistente para seguir viviendo.