Un detenido por el apedreamiento de un helicóptero de Aduanas en Sanlúcar
Más de un centenar de personas impidió la aprehensión de un alijo de hachís
Cuando los efectivos de Vigilancia Aduanera estaban a punto de recoger un alijo de hachís en la playa de Bonanza, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), se vieron sorprendidos por más de un centenar de personas, familias enteras, que, mientras recogían los fardos abandonados minutos antes, lanzaban piedras contra el helicóptero que perseguía a los narcotraficantes. Los agentes se vieron obligados a huir. El suceso, ocurrido hace una semana, ha conmocionado a los responsables de la Agencia Tributaria de Cádiz. Creen que es un he...
Cuando los efectivos de Vigilancia Aduanera estaban a punto de recoger un alijo de hachís en la playa de Bonanza, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), se vieron sorprendidos por más de un centenar de personas, familias enteras, que, mientras recogían los fardos abandonados minutos antes, lanzaban piedras contra el helicóptero que perseguía a los narcotraficantes. Los agentes se vieron obligados a huir. El suceso, ocurrido hace una semana, ha conmocionado a los responsables de la Agencia Tributaria de Cádiz. Creen que es un hecho asilado pero “muy preocupante”, que recuerda a los peores años del narcotráfico del Campo de Gibraltar dos décadas atrás, cuando los vecinos se enfrentaban cara a cara a los que trataban de poner coto al contrabando de tabaco u otras sustancias estupefacientes.
El helicóptero de Vigilancia Aduanera realizaba aquel día un viaje rutinario cuando observó que dos embarcaciones maniobraban de manera sospechosa. Una, con motor fueraborda, se aproximó a otra de madera a la que se trasvasaron varios bultos. Los agentes del helicóptero pidieron refuerzos en tierra pero, antes de que estos llegaran, los narcotraficantes huyeron y dejaron abandonada la mercancía. El helicóptero tomó tierra y fue en ese momento cuando un nutrido grupo de personas, al principio una veintena y después más de un centenar, comenzó a increpar a los agentes y a arrojarles piedras y otros objetos, mientras se llevaban los fardos de droga. Los efectivos de Vigilancia Aduanera optaron por retirarse para evitar que se produjeran daños personales y materiales.
Según algunos testigos, entre los asaltantes había familias enteras, incluidos niños, aunque la investigación sigue abierta para identificar al mayor número de personas posible. El Cuerpo Nacional de Policía anunció ayer la detención de un hombre que presuntamente portaba uno de los fardos de droga sustraídos en la playa.
Los agentes le encontraron con un paquete de 30 kilos. Vigilancia Aduanera cree que, en total, pudieron ser sustraídas unas dos toneladas de hachís, repartidas en un número no determinado de entre 60 y 90 fardos. Los hechos ocurrieron al anochecer, con lo que la visibilidad era escasa.
El delegado de la Agencia Tributaria en Cádiz, Ignacio Martínez, mostró su preocupación y la de todos los cuerpos de seguridad por este hecho. “Con estas características nunca habíamos visto esto. Quizá hace muchos años con el contrabando de tabaco en el Campo de Gibraltar, pero no con este grado de violencia y de peligro real. Es un hecho aislado que a nosotros mismos nos ha sorprendido”. Martínez subrayó que ninguna razón económica podía servir para apoyar actuaciones como esta. “No podemos pensar que se les puede respaldar bajo ningún concepto de paro, crisis o desesperación. Es una actuación ilegal. No se está llevando una lavadora o una bicicleta. Se están llevando droga, que es un producto que afecta a la salud pública”.
Un juzgado de Sanlúcar se encarga de las diligencias abiertas para esclarecer lo ocurrido. Cádiz es la provincia de España con mayor número de incautaciones de hachís del país. En lo que va de año, Vigilancia Aduanera ha intervenido en la provincia alrededor de 15 toneladas de hachís y 900 kilos de cocaína, una cifra muy aproximada a lo alcanzado en 2011, cuando Cádiz acaparó casi la mitad del hachís aprehendido en toda España.
El Ayuntamiento de Sanlúcar y otras Administraciones se han apresurado en destacar que se trata de un hecho aislado, que no puede criminalizar a toda la ciudad. “Esto enturbia nuestra imagen”, afirmó la alcaldesa, Irene García, quien a continuación sostuvo que, con los medios policiales destinados a ese cometido en la actualidad, era imposible controlar toda la entrada de droga por el Guadalquivir.