Artesanía sobre dos ruedas

El sestaoarra José Luis Sánchez es uno de los pocos fabricantes de motos con licencia en España. Ganó la última edición del Mulafest

José Luis Sanchez en su taller de Balmaseda a lomos de ‘Herejía’, la moto ganadora del último Mulafest.santos cirilo

José Luis Sánchez (Sestao, 1965) es peluquero de profesión, aunque hace años que dejó las tijeras por el soplete de sus orígenes metalúrgicos y se lanzó a construir motos. Partiendo de cero. La semana pasada se proclamó campeón en el Mulafest de Madrid, donde la moto que presentó, Herejía, competía con más de un centenar. Además de los 8.000 euros que se embolsó, reconoce que ganar este festival, el mas importante a nivel nacional en cuantía de premios y número de motos, “es una plataforma para darse a conocer”.

Sánchez empezó escribiendo artículos esporádicos en revistas de motos. Como...

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José Luis Sánchez (Sestao, 1965) es peluquero de profesión, aunque hace años que dejó las tijeras por el soplete de sus orígenes metalúrgicos y se lanzó a construir motos. Partiendo de cero. La semana pasada se proclamó campeón en el Mulafest de Madrid, donde la moto que presentó, Herejía, competía con más de un centenar. Además de los 8.000 euros que se embolsó, reconoce que ganar este festival, el mas importante a nivel nacional en cuantía de premios y número de motos, “es una plataforma para darse a conocer”.

Sánchez empezó escribiendo artículos esporádicos en revistas de motos. Como aficionado al mundo de las dos ruedas hacía “chapucillas” en su tiempo libre. En 1999 se enteró de que, por un cambio en la normativa, podía construirse un vehículo de cero y homologarse. “Fue una revolución en el sector y me lancé a montar el taller No Stock Bikes, porque vi que podía ofrecer un servicio que entonces nadie ofrecía".

Fabrica una media de cinco motos por año y cada una ronda los 30.000 euros

“Una cosa es montar una moto como si fuese un mueble de Ikea, y otra es partir de un tubo y ponerle chasis”. Autodidacta, cada moto artesanal lleva detrás dos meses de dedicación completa y su precio mínimo ronda los 30.000 euros. Es un mercado casi fetichista, con muy poca rotación, así que se saca “unas perrillas” customizando motos de serie. Defiende que el mundo de la estética motera no se marchitará, como ocurrió con el tunning en los coches, porque lo sustenta una base cultural muy importante de “rock y tatuajes”. Sánchez fabrica una media de cinco motos por año. “Me iba mejor con la peluquería”, bromea.

Apenas una decena de personas tienen licencia de fabricantes de motos en España. La normativa de 1999, que daba “mucho margen”, cambió en 2010. ”Fue por la presión de los mal llamados fabricantes españoles”, lamenta Sánchez, “que en el fondo son importadores que quieren copar el mercado”.

“Tenemos la ley más restrictiva de Europa para la customización de vehículos”
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El resultado, explica, “es que ahora tenemos la legislación más restrictiva de toda Europa y tenemos que cumplir unas exigencias iguales o mayores que los que fabrican 5.000 de serie”. La Asociación Nacional de Constructores y Customizadores de Vehículos de Dos, Tres y Cuatro Ruedas se creó en 2010 para pedir más flexibilidad en la legislación ante el Ministerio de Industria. Hoy la forman 300 personas, entre ellas José Luis Sánchez.

Llegó a estar muy metido en el mundo de los eventos moteros como uno de los organizadores del Fantasy Show Bike de Sestao. El certamen se celebró durante 12 años, reunía a 50.000 personas en la localidad y llegó a ser prueba afiliada al campeonato del mundo de constructores de motos. Pero hace cuatro años dejaron de celebrarlo: “No cuadraban las cuentas, organizar un evento de 48 horas con un presupuesto de 100.000 euros era demasiado para un millar de inscritos. La gente quería una fiesta vikinga”.

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