Navarro emplaza al PSOE a “leer bien los papeles” del pacto fiscal
El colectivo Avancem cree que el PSC debería haber sido “más valiente”
El primer secretario del PSC, Pere Navarro, emplazó ayer al PSOE a defender un pacto fiscal federal, distinto del concierto económico que propone CiU, por entender que respeta la Constitución y el Estatuto y hasta puede ser “generalizable” a otras autonomías. En declaraciones a la agencia Efe, Navarro invitó a sus compañeros del PSOE a que “se lean bien los papeles” de la propuesta aprobada esta semana por el Parlament, antes de criticarlo o rechazarlo.
“Estamos teniendo un problema de terminología. Lo que rechaza el PSOE, al igual que el PSC, es que Cataluña tenga un concierto económic...
El primer secretario del PSC, Pere Navarro, emplazó ayer al PSOE a defender un pacto fiscal federal, distinto del concierto económico que propone CiU, por entender que respeta la Constitución y el Estatuto y hasta puede ser “generalizable” a otras autonomías. En declaraciones a la agencia Efe, Navarro invitó a sus compañeros del PSOE a que “se lean bien los papeles” de la propuesta aprobada esta semana por el Parlament, antes de criticarlo o rechazarlo.
“Estamos teniendo un problema de terminología. Lo que rechaza el PSOE, al igual que el PSC, es que Cataluña tenga un concierto económico como el vasco; pero un modelo de pacto fiscal federal es perfectamente asumible por el PSOE, incluso el partido podría impulsar un instrumento generalizable a otras autonomías”, esgrimió Navarro.
El líder del PSC considera que el pacto fiscal federal —que se basa en un consorcio Gobierno-Generalitat para recaudar y gestionar los impuestos— es aplicable en otras comunidades, porque “mejora la financiación para que sea más justa con los que más aportan”. El presidente andaluz, José Antonio Griñán, fue uno de los primeros en criticar el pacto fiscal y sugirió que Cataluña pretendía “prosperar a costa de Andalucía”. Al poco, Navarro y Griñán se reunieron para limar asperezas y acordaron que defenderían un cambio de modelo de financiación que garantice un mínimo para todas las autonomías y que respete el principio de ordinalidad, de forma que las comunidades que más aportan, una vez hecha su aportación a la solidaridad, nunca queden por debajo en la lista del PIB per cápita de las que reciben esos fondos.
El PSC apoyó parcialmente la propuesta que salió el pasado miércoles del Parlament y se abstuvo en la columna vertebral del pacto fiscal en la línea del concierto económico que defiende CiU. Pero, además de las críticas vertidas desde el PSOE, el PSC ha tenido que lidiar también con los reproches internos de los sectores más alejados de la actual dirección, como el colectivo Avancem, que considera que el PSC debería haber sido “más valiente” en la votación. Según este movimiento, liderado por el exalcalde de Vilanova i la Geltrú Joan Ignasi Elena, “la centralidad de la vida política catalana ha cambiado y el PSC debería recentralizarse”.
Navarro considera que “estas personas deben saber dónde están. Los documentos dicen lo que dicen, y el consejo nacional del PSC los aprobó el pasado sábado por unanimidad. Insisto, que se lean bien los papeles”, zanjó Navarro. La discrepancia más sonada fue la del exconsejero Ernest Maragall, que votó a favor de la hacienda propia para Cataluña y ahora la dirección del PSC estudia qué medidas toma contra él por romper la disciplina de voto.
Por su parte, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, no dejó pasar la ocasión para acusar al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de querer instaurar el concierto económico. Y eso pasa, dijo la popular, o por falta de control de su partido en Cataluña o porque conocía lo que su partido estaba aprobando. En el debate parlamentario Sánchez-Camacho ya dejó entrever que lo que se estaba votando no sería aprobado por el Gobierno. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría consideró inoportuna la reclamación.