El PSC insta a CiU a que escoja un socio estable en Barcelona

Jordi Martí pide un “gesto socialdemócrata” para pactar

Xavier Trias, alcalde de Barcelona por CiU.MARCEL·LÍ SÀENZ

Cuando se gobierna en minoría, la vida es más cíclica. En diciembre pasado, con las cuentas municipales por aprobar, el PP apretaba al gobierno de Xavier Trias (CiU) para llegar a un pacto. Hasta se habló de un Alberto Fernández Díaz teniente de alcalde. Los presupuestos llegaron a buen puerto, pero tanta presión popular terminó en humo. Ahora, con la aprobación del Programa de Actuación Municipal (PAM) sobre la mesa, la historia se repite. Quien giró la tuerca ayer fue Jordi Martí. El líder del PSC le dejó un deber a Trias para el verano: que mientras mira el mar en Menora, donde suele verane...

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Cuando se gobierna en minoría, la vida es más cíclica. En diciembre pasado, con las cuentas municipales por aprobar, el PP apretaba al gobierno de Xavier Trias (CiU) para llegar a un pacto. Hasta se habló de un Alberto Fernández Díaz teniente de alcalde. Los presupuestos llegaron a buen puerto, pero tanta presión popular terminó en humo. Ahora, con la aprobación del Programa de Actuación Municipal (PAM) sobre la mesa, la historia se repite. Quien giró la tuerca ayer fue Jordi Martí. El líder del PSC le dejó un deber a Trias para el verano: que mientras mira el mar en Menora, donde suele veranear, escoja “hacia dónde quiere ir”. Es decir, si él o Fernández Díaz.

Martí, en su balance del primer año de CiU al timón del Consistorio, lo tachó de “medio gobierno”. Los socialistas consideran que Trias administra “pero no gobierna”. Esta inacción la atribuyen a su minoría —CiU tiene 14 regidores, la mayoría son 21— y por ello piden que se busque un acuerdo que ofrezca estabilidad.

El PSC quiere que la respuesta venga en forma gesto, un guiño “socialdemócrata”. Mañana comienza una nueva ronda de contactos para lograr un acuerdo sobre el PAM. Las deliberaciones, sin embargo, también buscan tantear el camino para las cuentas del próximo año. Martí le pide a Trias que defina una veintena de proyectos estratégicos, con partidas asignadas.

En mayo ya se había dado un intento de sociovergencia. CiU le aceptó al PSC un pacto social para la educación. Martí, en aras del consenso, moduló puntos espinosos (del texto final desapareció “la prevalencia del sistema de gestión pública” de las escoles bressol, por ejemplo). Pero más allá del voto, CiU no soltó prenda.

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