Un país, siete ciudades

Uno, dos o tres.Una universidad, dos o tres. Un aeropuerto, dos o tres. Una autovía a Santiago o dos para comunicar Lugo con A Coruña y Ourense con Vigo. Un puerto exterior o dos. Una ciudad de la cultura o ninguna. Una orquesta, dos o tres. Realidades con aciertos y desaciertos. Un país con siete ciudades o solo un país. ¿Quién asume la gobernación? Las ciudades canónicas no lo son tanto. París, Londres o Nueva York esconden sus miserias en las periferias metropolitanas. En los países en desarrollo la pobreza se ve a primera vista, forrando los montes y llanos con la autocons...

Uno, dos o tres.Una universidad, dos o tres. Un aeropuerto, dos o tres. Una autovía a Santiago o dos para comunicar Lugo con A Coruña y Ourense con Vigo. Un puerto exterior o dos. Una ciudad de la cultura o ninguna. Una orquesta, dos o tres. Realidades con aciertos y desaciertos. Un país con siete ciudades o solo un país. ¿Quién asume la gobernación? Las ciudades canónicas no lo son tanto. París, Londres o Nueva York esconden sus miserias en las periferias metropolitanas. En los países en desarrollo la pobreza se ve a primera vista, forrando los montes y llanos con la autoconstrucción de los que se aproximan al bienestar de las grandes urbes. Orhan Pamuk tiene razón cuando dice que los gecekondu, especie de chabolas ocupadas por los nuevos habitantes venidos del campo, son también geografía y alma de la ciudad.

Pragmatismo y no patriotismo. Gobierno y oposición deben llegar a acuerdos más por pragmatismo, pensando en los ciudadanos y en las políticas de estado, que por patriotismo, que aún suena al Por Dios, por la Patria y el Rey que nos enseñaron de pequeños.

Dos libros sugerentes. Federico López Silvestre, un joven profesor gallego experto en temas de paisaje, publica Micrologías en el contexto de una ya consistente producción ensayística. Otro joven americano, Edward Glaeser, dedica al triunfo de las ciudades un libro que, al lado de opiniones interesantes, muestra en materia de seguridad y libertad un sesgo neoliberal inadmisible. Ambos sugieren más de lo que dicen y hay que leerlos bolígrafo en mano.

Otra vez la vivienda. Más del 80% de los españoles son propietarios de su casa. Si el precio sigue descendiendo, situándose por debajo de lo que la burbuja lo ha inflado, las hipotecas ya no corresponderán siquiera al valor de las viviendas y se verá aún más mermada la economía familiar.

Un país irreconocible. Lo que se hizo en los últimos 20 años con las orquestas, los auditorios, los conservatorios y escuelas, ha dado un vuelco al panorama musical de Galicia. Cada vez hay más y mejores jóvenes intérpretes, directores y compositores.

África pobre, África rica.Geografía, clima y situación todavía marcan mucho el ritmo del desarrollo. Buena parte de África tiene un subsuelo riquísimo en agua. China y Rusia están comprando millones de metros cuadrados pensando en el control de los precios agrícolas y en el futuro de sus graneros. Mientras tanto, la sequía y el hambre persisten.

Acuicultura.Si, al final, se empeñan en dar vía libre a las piscifactorías en la Red Natura, la excepcionalidad debe ser la regla. No destrozar las masas rocosas, garantizar la reversibilidad de las operaciones, tratar con criterio paisajístico las superficies, evitar crear espacios estancos respetando la accesibilidad… Ejemplos como el de cabo Vilán muestran lo que no se debe hacer. Paisaje y arquitectura también son importantes factores de economía.

Vigo metropolitano.Vale la pena un esfuerzo de todos para recuperar el consenso y poner a andar el proyecto de forma que, a 15 años vista, pueda llegar a ser una auténtica ciudad metrópoli.

Más planes y menos leyes.Necesitamos planes de calidad en lugar de intentar sustituir el planeamiento con artículos legales que casi dibujan el crecimiento. Planes generales que no se limiten a definir lo inmobiliario y sean capaces de compatibilizar e hilvanar lo económico, lo social y lo cultural.

Profesor Lazhar, Nader y Simin. Hay todo un mundo de cine que trata de lo próximo, sin moralina, un cine en el que podemos reconocernos tal como somos, incluso en otras culturas. Hay otro cine de la imaginación desbordante, espectacular, más maniqueo. En cualquier caso, las películas de calidad valen para hacernos soñar o vernos reflejados.

Mercados enfadados, insatisfechos, preocupados. Y para demostrarlo disponen de un mantra: la prima de riesgo. Cuanto más riesgo, más intereses por el dinero prestado. ¿De qué se quejan?