Imputado un gestor de caza por envenenar fauna

Fue sorprendido cuando colocaba trampas no autorizadas para eliminar conejos, perdices y liebres

El Juzgado de Instrucción de Balaguer (Noguera) ha abierto diligencias por un presunto delito contra la fauna al gestor de un área privada de caza que utilizaba veneno y trampas no selectivas para eliminar animales salvajes, una práctica que está prohibida y que puede comportar penas de hasta dos años de prisión y la suspensión temporal para cazar.

Miembros del cuerpo de Agentes Rurales sorprendieron en flagrante al gestor del coto cuando colocaba veneno y trampas no autorizadas para eliminar mamíferos predadores de las especies que se pueden cazar en la zona, como conejos, perdices y l...

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El Juzgado de Instrucción de Balaguer (Noguera) ha abierto diligencias por un presunto delito contra la fauna al gestor de un área privada de caza que utilizaba veneno y trampas no selectivas para eliminar animales salvajes, una práctica que está prohibida y que puede comportar penas de hasta dos años de prisión y la suspensión temporal para cazar.

Miembros del cuerpo de Agentes Rurales sorprendieron en flagrante al gestor del coto cuando colocaba veneno y trampas no autorizadas para eliminar mamíferos predadores de las especies que se pueden cazar en la zona, como conejos, perdices y liebres.

Ante la proliferación de casos de envenenamientos de fauna en las áreas privadas de caza, el cuerpo de Agentes Rurales creó hace unos años un grupo especial para luchar contra esa práctica ilegal no selectiva que suele provocar la eliminación de todo tipo de animales salvajes o domésticos, incluso de especies protegidas o en peligro de extinción.

El uso de venenos, además, da lugar a lo que se conoce como “efecto cadena”, que se da cuando el animal que ingiere el cebo envenenado muere y sirve a su vez de alimento para otros animales, carroñeros o no, que también acaban muriendo.

En este caso, la rápida intervención de los agentes rurales en el momento de la colocación de los cebos envenenados y de las trampas ilegales ha evitado la muerte de un número elevado de animales, puesto que se encontraron dentro del vehículo del acusado 30 trampas más preparadas para ser utilizadas.

Los primeros indicios de que en dicha área privada de caza se estaban eliminando animales predadores se detectaron hace un año, cuando un perro de la localidad de Cabanabona quedó atrapado en una de las trampas. El uso de veneno está tipificado como un delito contra el medio ambiente en el Código Penal.

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