El Apocalipsis se retrasará, perdonen las molestias

Paco Gámez estrena en el Español un sainete amable, vitalista, sentimental e inclusivo sobre lo que podría suceder ante el anuncio de la inminencia de la hora postrera

Una escena de la obra 'El fin', en el Teatro Español.vanessa rábade

En La última noche del mundo, Ray Bradbury describe a una pareja que, ante la inminencia del Apocalipsis, sigue haciendo lo de todos los días. Lava los platos, los apila con cuidado, acuesta a sus niños amorosamente, escucha algo de música y observa la danza de las brasas en la chimenea. Luego se besa. Antes de irse a la cama, la mujer revisa que los grifos no goteen. Y en el lecho, se ríe de su precaución, mientras entrelaza sus manos con las de su amado. Este cuento, publicado en 1951, respira verdad. En ...

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En La última noche del mundo, Ray Bradbury describe a una pareja que, ante la inminencia del Apocalipsis, sigue haciendo lo de todos los días. Lava los platos, los apila con cuidado, acuesta a sus niños amorosamente, escucha algo de música y observa la danza de las brasas en la chimenea. Luego se besa. Antes de irse a la cama, la mujer revisa que los grifos no goteen. Y en el lecho, se ríe de su precaución, mientras entrelaza sus manos con las de su amado. Este cuento, publicado en 1951, respira verdad. En El fin, comedia de Paco Gámez coproducida por el Teatro Español, el anuncio de un colapso planetario inmediato precipita una cascada de cancelaciones, desplazamientos, reencuentros y alteraciones del orden. Todo el mundo tiene una urgencia que atender o un anhelo por cumplir. Sin embargo, los personajes más creíbles de la función siguen con su vida habitual.

Este asunto distópico lo es también de sendas películas del 2011: Melancolía, de Lars von Trier, y 4:44, de Abel Ferrara; de un corto de Manu Carbajo; de la comedia generacional Que s’acabi el món és culpa meva, escenificada hace dos años por las chicas de La Intempèrie, o, volviendo al cine, de Un sol radiant, opera prima de Mònica Cambra y Ariadna Fortuny, estrenada el mes pasado.

En El fin, sainete de costumbres, Gámez habla con desenfado de una familia donde confluyen cuatro generaciones: un abuelo, su hija, su nieta y su bisnieto, que se reúnen para afrontar la llegada de la hora postrera. Ganadora en 2021 del II Certamen de Comedia del Teatro Español, la obra dirigida por José Martret tiene los ingredientes propios del teatro comercial: es amable, idealista, positiva a todo trance, sentimental e inclusiva, pero le faltan verosimilitud y mordiente. En el curso de su frágil trama aparecen algunos apuntes sugestivos (como lo relativo a cómo la maestra va descubriendo el valor de su hijo a través de la mirada de terceros) y ciertos destellos irónicos. Lo mejor es el compromiso de su elenco, en el que destacan el swing de Marta Malone, la vis cómica de Esperanza Elipe, la buena forma física de Toni Acosta, la flema que Pepe Sevilla le imprime a su personaje y el duende con el que Silvia Abril, grabada, se mete al público en el bolsillo desde la pantalla.

El fin’. Texto: Paco Gámez. Dirección: José Martret. Madrid. Teatro Español, hasta el 14 de julio.

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