Las críticas de teatro y danza de la semana: el debut fallido de David Trueba, ración doble de tragedia griega, baile que convence y una comedia de mujeres
Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados
Los guapos. Había mucha curiosidad el miércoles pasado en Madrid por el debut teatral de David Trueba: Los guapos. ¡Qué menos ante este triple salto mortal!: escritor y cineasta de renombre se estrena como dramaturgo y director de escena no en un escenario cualquiera, sino en la codiciada sala principal del teatro María Guerrero, sede del Centro Dramático Nacional. Eso es j...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Los guapos. Había mucha curiosidad el miércoles pasado en Madrid por el debut teatral de David Trueba: Los guapos. ¡Qué menos ante este triple salto mortal!: escritor y cineasta de renombre se estrena como dramaturgo y director de escena no en un escenario cualquiera, sino en la codiciada sala principal del teatro María Guerrero, sede del Centro Dramático Nacional. Eso es jugársela a lo grande: tanto Trueba como la institución. Tal vez por esas altas expectativas los aplausos al final fueron muy tibios. Excepcionalmente fríos para lo habitual en un estreno. No convenció la propuesta.
Ifigènia. El teatro posdramático está más relacionado con el teatro predramático de lo que podría parecer a primera vista. Con 2.500 años de diferencia, el antinaturalismo, la narratividad y el fuera de campo unen las tragedias griegas con la escena más actual. A Alícia Gorina le van los retos: después de subir a sus padres al escenario, de dirigir textos de Sarah Kane (Blasted) y Víctor Català (Solitud), o de hacer un espectáculo a partir de la película Las vírgenes suicidas, la directora se enfrenta ahora a su primera tragedia. Y no a una, sino a dos: Ifigenia en Áulide e Ifigenia entre los tauros, de Eurípides, con la adaptación del creador y cómplice Albert Arribas.
Alter Ego. El espectáculo arranca con cuatro sillas y cinco intérpretes. Y ese guiño de escenografía minimalista introduce el concepto de juego, clave en los 75 minutos que dura la obra y, posiblemente clave también en lo que llevó a estos dos bailaores, Alfonso Losa y Patricia Guerrero a indagar en el encuentro artístico que es Alter ego.
Camino largo de vuelta a casa. En un siglo caben tres generaciones, cada una de las cuales se mide por las circunstancias con las que le tocó lidiar. Íñigo Guardamino, autor de Camino largo de vuelta a casa, reúne en un piso de protección oficial a una madre que está atravesando la crisis de la edad madura, a su hija al borde de la treintena y a la abuela de esta, nonagenaria. Filomena, la vieja, ya no está para vivir sola. Luisa, la nieta, después de perder su trabajo ha roto con su novio, porque no es binario. A través de esta tríada obligada a convivir en una coyuntura adversa, Guardamino muestra la pasta de la que está hecha cada una de sus integrantes, representativas en buena medida del conjunto de su generación y de su clase social.
'Los guapos', de David Trueba
'Ifigènia', de Alícia Gorina
'Alter Ego', de Alfonso Losa y Patricia Guerrero
'Camino largo de vuelta casa', de Íñigo Guardamino
Puedes seguir a Babelia en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.