‘El lector por horas’: oscuridad, lectura y sadismo
La Sala Beckett de Barcelona programa un ciclo dedicado al dramaturgo y pedagogo José Sanchis Sinisterra, fundador de la sala en 1989 como sede del Teatro Fronterizo
La Sala Beckett ha iniciado su Tardor Sanchis, un ciclo dedicado al dramaturgo y pedagogo José Sanchis Sinisterra, fundador de la sala en 1989 como sede del Teatro Fronterizo. El corazón de este otoño sinisterriano es El lector por horas, texto que no se representaba en Cataluña desde su estreno en 1999, en un montaje muy recordado del TNC que protagonizaron Jordi Dauder, Juan Diego y Clara Sanchis. El direc...
La Sala Beckett ha iniciado su Tardor Sanchis, un ciclo dedicado al dramaturgo y pedagogo José Sanchis Sinisterra, fundador de la sala en 1989 como sede del Teatro Fronterizo. El corazón de este otoño sinisterriano es El lector por horas, texto que no se representaba en Cataluña desde su estreno en 1999, en un montaje muy recordado del TNC que protagonizaron Jordi Dauder, Juan Diego y Clara Sanchis. El director Carles Alfaro ofrece una puesta en escena que se podría sintetizar con la palabra “empaque”. La escenografía de Luis Crespo y el propio Alfaro es un destilado de la mansión de Celso, un rico hombre de negocios: frialdad minimalista, negro sobre negro y sillones Chéster (rígidos e incomodísimos, por supuesto). El director también firma la iluminación, que juega muy elegantemente con las sombras y la oscuridad, y que dialoga con las proyecciones de Francesc Isern: luz manchada o color negro con destellos de claridad, depende de cómo se mire. ¿Saben esas formas abstractas que vemos cuando cerramos muy fuerte los ojos?
El lector por horas es un alegato a favor y en contra de los libros, una traslación escénica de las teorías sobre el lector como creador y la imposibilidad de neutralidad en la lectura. Pep Cruz es Celso, un culto y afable empresario que contrata a un lector (Ismael) para que su hija Lorena pueda leer con los oídos. Celso busca “un órgano, una máquina”, no se interesa en absoluto por la vida personal de Ismael y muestra con orgullo su vasta biblioteca, que evidentemente nunca podrá leer. Pere Ponce encarna a Ismael con delicadeza y precisión: el carácter servil del criado, la discreción del empleado y la falsa humildad del profesor. Quien realmente brilla en esta función es Mar Ulldemolins como Lorena: descrita por su padre como “un sismógrafo”, en cuestión de segundos pasa de la tranquilidad burguesa del piano a los estallidos de cólera.
El lector por horas es una historia de poder y sumisión, de literatura y clase, un noir de misterio y letras. Todo regado con textos de Lampedusa, Conrad, Schnitzler o Rulfo. “¡Eres menos que un criado!”, le espeta Lorena a Ismael: su relación laboral es la del sádico y el masoquista. Dominatrix de buena casta y esclavo con titulación académica (“Soy el perro de una loca ciega”), el lector no puede evitar desnudarse con su lectura. Los adjetivos siempre nos traicionan. A todos.
‘El lector por horas’. Texto: José Sanchis Sinisterra. Dirección: Carles Alfaro. Sala Beckett, Barcelona. Hasta el 29 de octubre.
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