El Japan Weekend toma Madrid (y Super Mario el Japan Weekend)
El fontanero de Nintendo vuelve con un título que deja las mejores sensaciones y que se pudo jugar en la feria del manga y el anime
En la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de 2016, cuando tocó pasar la antorcha a la nueva sede (sería Tokyo 2020), Shinzo Abe, el entonces primer ministro nipón apareció vestido de Super Mario. De todos los referentes con los que Japón quería mostrarse al mundo, el mayor icono que encontraron fue este fontanero nacido entre píxeles hace ahora 38 años. No es casualidad: Mario es la punta de lanza de la cultura japonesa, un arma im...
En la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de 2016, cuando tocó pasar la antorcha a la nueva sede (sería Tokyo 2020), Shinzo Abe, el entonces primer ministro nipón apareció vestido de Super Mario. De todos los referentes con los que Japón quería mostrarse al mundo, el mayor icono que encontraron fue este fontanero nacido entre píxeles hace ahora 38 años. No es casualidad: Mario es la punta de lanza de la cultura japonesa, un arma imparable que se abre camino en las mentes de la juventud a través de los dos elementos artísticos más efervescentes de la actualidad: los videojuegos y el manganime.
Este fin de semana tuvo lugar en Madrid el Japan Weekend, la mayor feria de la cultura japonesa. Hablamos de decenas de miles de jóvenes de toda España que tomaron Madrid buscando algo que se le escapa a la mayor parte de los adultos pero que encierra un inmenso poder: una forma de comunión a través de los aspectos más exportables de una cultura extranjera que les fascina por su eclecticismo. Esos aspectos están atravesados por todas las formas de consumo, sí, pero es innegable que el manganime es una forma de comunión, al fin y al cabo.
En la feria, la socialización se lleva a cabo a través de lo que quiere la juventud de hoy: conciertos, videojuegos, libros, cómics, clases de kendo, arquería, gastronomía japonesa (más bien tirando hacia los snacks y la comida rápida, no a la alta gastronomía), coleccionables y merchandising hasta un nivel casi mareante de absolutamente todos los aspectos de las series de moda. Por supuesto, claro, cosplay, porque es cierto que cada día más jóvenes (aunque también se vio a mucho padre disfrazado) se suman a esta forma de empoderamiento imitativo que se obtiene al estar vestido como el protagonista de tu manga o anime favorito. Miles y miles de jóvenes comparecieron para performar, para mostrarse en sociedad con los conjuntos que han construido con esmero. A veces, durante meses.
Al conjunto se le podría sacar, sí, un cierto aire cutre por la nula voluntad de construir un espacio expositivo más allá de salpicar los tres pabellones de Ifema —tres pabellones de Ifema no es un espacio menor— con todo tipo de stands. No hay pasillos, no hay techo, no hay una voluntad organizativa fuerte. Tampoco es que pase nada, esto no es Arco ni falta que hace, porque lo que aquí prima es el disfrute puro de una juventud criada al calor de sus referentes japoneses.
Y entre todos los espacios del Japón destacó uno teñido de rojo. Nintendo ofreció la oportunidad de jugar al próximo juego de Mario: Super Mario Bros. Wonder, que en puridad saldrá a la venta el 20 de octubre. El juego respira las mejores sensaciones de las aventuras en scroll horizontal del héroe bigotudo. Y novedades jugosas. Para empezar, además del multijugador local, el juego ofrecerá un multijugador online. Y luego están los nuevos escenarios, personajes y poderes de los que disfrutará el héroe en su aventura en un nuevo mapa: el Reino Flor. El juego tiene la misma pulida jugabilidad de siempre y nuevas mecánicas, que aportan los tres nuevos trajes de Mario: el elefante, el taladro y la burbuja. Además, está la joya de la corona en cuanto a nuevas mecánicas se refiere: la Flor Maravilla, un alucinante Power-Up con consecuencias casi cuánticas para alterar todo el nivel que estemos jugando.
Entre los asistentes, entre los peinados imposibles y las espadas gigantes, en el Japan Weekend había muchas gorras rojas. Es normal. Y es que ayer fue Ataque a los Titanes, hoy es Kimetsu no Yaiba y Chainsaw Man,y mañana será otra cosa. Por qué hay algo que está claro: Japón puede tener muchos embajadores efímeros, pero solo uno eterno. Por mucho que sea fontanero y que en realidad sea italiano. Ya saben: ¡It’s a me!
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