José Ángel Mañas: “Una vez me compararon con Corín Tellado”

Tres décadas después de ‘Historias del Kronen’, el escritor publica la novela histórica ‘Guerrero’, sobre un colono español que se integró entre los mayas

Casi 30 años después de Historias del Kronen, José Ángel Mañas (Madrid, 1971) ha dejado atrás sus correrías de juventud para dedicarse a la novela histórica. La última es Guerrero (Algaida), centrada en la figura de Gonzalo Guerrero, colono español que acabó integrándose entre los mayas, casándose con una princesa indígena y luchando contra sus propios compatriotas.

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Casi 30 años después de Historias del Kronen, José Ángel Mañas (Madrid, 1971) ha dejado atrás sus correrías de juventud para dedicarse a la novela histórica. La última es Guerrero (Algaida), centrada en la figura de Gonzalo Guerrero, colono español que acabó integrándose entre los mayas, casándose con una princesa indígena y luchando contra sus propios compatriotas.

De Historias del Kronen a la historia de España. ¿Qué pasó por el camino?

La vida. Siempre me gustó verla de frente, pero empiezo a cogerle el gusto a mirar por el retrovisor.

¿Qué queda por decir de la conquista de América?

Mucho. Es la aventura histórica más extraordinaria de los últimos dos mil años. El encuentro, sangriento y brutal, entre dos mundos. Todavía hoy me cuesta creer que una cuarta parte de la Tierra permaneciese sin descubrir. En América caben todas las novelas.

Una vez dijo que sus novelas de los noventa eran la versión literaria del punk. ¿A qué estilo musical se parece lo que escribe ahora?

A una sinfonía clásica. Siempre me gustó la novela decimonónica. Creo que la historia me ha permitido ampliar mi registro.

¿Por qué se marchó de España?

Porque me abrumó el éxito de mi primera novela.

¿Por qué volvió, siete años más tarde?

Porque el éxito había pasado. De todas formas, nunca llegué a marcharme: uno lleva siempre dentro el país en el que se cría.

¿Se identifica con Gonzalo Guerrero, alias El Renegado, porque usted también lo es?

Hay un cuento de Borges en el cual un pintor tiene sensación de estar pintando el mundo; se aleja y comprende que el conjunto de lo que pinta forma su propio rostro. Un novelista no está nunca en uno de sus personajes sino en todos.

¿A qué hora del día prefiere escribir? ¿Y en qué lugar prefiere hacerlo?

Escribo a todas horas; creo que se entiende, vista mi producción. Escribo en la buhardilla de mi casa, mirando los tres Rottweiler que tiene mi vecino en el jardín de al lado.

¿Cuál es la mejor crítica que ha recibido?

El crítico Juan Ángel Juristo me comparó una vez con Corín Tellado.

¿Y la peor?

Esas se olvidan. Soy optimista por naturaleza.

¿Qué libro tiene ahora mismo en su mesilla de noche?

Un thriller de Ian Rankin, los poemas de César Vallejo y una biografía de Berenguela de Castilla. Alterno los tres. Soy ecléctico y culturalmente hiperactivo.

¿Y uno que no lograra terminar?

El Ulises. Siempre me pareció un tostonazo insufrible.

¿Qué escritor admirado por todo el mundo le parece más bien del montón?

Haruki Murakami me aburre soberanamente.

¿A qué autores de novela histórica aspira a imitar?

Hombre, entre Galdós y Tolstoi. De hecho, la primera serie de Los episodios nacionales es un Guerra y Paz a la española. La pena es que se deshilacha a partir de Gerona. Si quieres añadir más, Bomarzo es muy molona; y Salambó me gusta tanto como Madame Bovary. Son muchos los novelistas que han alternado el mundo contemporáneo y la historia.

Recomiéndenos un cómic.

Watchmen. Fue a los cómics de superhéroes lo que el Quijote a las novelas de caballería.

¿Cuál es la librería más bonita del mundo?

Me harías quedar mal. Cualquiera que tenga mis libros.

¿Un músico al que admire especialmente? (y por qué)

Creo que he comprado y escuchado todos los discos de Miossec. Sus letras me fascinan.

¿El mejor concierto de su vida?

Uno de los Beastie Boys en la sala Revólver. Año 1994. Pero no por las buenas razones.

¿El disco que se llevaría a una isla desierta?

Desire, de Bob Dylan. Las canciones son muy largas. Hurricane es como una novela.

¿La última canción que le obsesionó?

Ai, Dolors, de Manel, me animó a aprender un poco de catalán. Es una preciosidad de canción.

¿Cuál es la película que ha visto más veces?

Ahora mismo dudo entre Cautivos del mal, El crepúsculo de los dioses y El padrino. Cualquiera de las tres se puede ver mil veces.

¿Y una que le recuerde a su infancia?

Historias del Kronen.

¿Quién le interpretaría en un biopic sobre su vida?

Supongo que le tocará a Juan Diego Botto. Pero yo no soy tan gentleman.

¿Un estreno reciente que le fascinara?

As bestas. Creo que Sorogoyen va por el mejor camino…

Cite sus tres series favoritas de todos los tiempos.

Breaking Bad, The Wire y, por cambiar de registro, las dos primeras temporadas de Los Durrell.

¿Y cuál fue la última que vio del tirón?

Huy, ahora ya solo miniseries. The Split y El último artefacto socialista. Las dos en Filmin.

¿En qué museo se quedaría a vivir?

En El Prado, por supuesto. Y leyendo a D’Ors.

¿Tiene algún placer culpable en materia cultural?

El trap.

¿Cuál es su personaje histórico favorito?

Dios.

¿Qué está socialmente sobrevalorado?

Dios.

¿A quién le daría el premio Cervantes?

A Andrés Trapiello.

De no ser escritor, le habría gustado ser…

Dios.

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