‘Principiantes’: mirar la vida como lo haría Carver
Andrés Lima y Juan Cavestany destilan para el teatro la esencia de dos cuentos del maestro del relato estadounidense
El equivalente de Raymond Carver en el teatro podría ser David Mamet. Realismo sucio, diálogos minimalistas, vidas cotidianas, personajes atrapados por sus fantasmas, alcohol, violencia. Pero también encontramos en los escritos del maestro del relato estadounidense una huella del vacío beckettiano: ese no saber por qué ni para qué se vive.
Un poco de todo eso hay en Principiantes, el montaje que lleva a las tablas dos cuentos de Carver, aderezados con algunos pasajes de otros relatos, con dramaturgia de Juan Cavestany ...
El equivalente de Raymond Carver en el teatro podría ser David Mamet. Realismo sucio, diálogos minimalistas, vidas cotidianas, personajes atrapados por sus fantasmas, alcohol, violencia. Pero también encontramos en los escritos del maestro del relato estadounidense una huella del vacío beckettiano: ese no saber por qué ni para qué se vive.
Un poco de todo eso hay en Principiantes, el montaje que lleva a las tablas dos cuentos de Carver, aderezados con algunos pasajes de otros relatos, con dramaturgia de Juan Cavestany y dirección de escena de Andrés Lima. Empieza con uno breve titulado Una cosa más, pero el grueso del espectáculo se centra en el segundo, Principiantes, que transcurre durante una tarde de borrachera de dos matrimonios que conversan sobre qué cosa es el amor. Lima y Cavestany han elegido las versiones iniciales de Carver, publicadas en 2009, en lugar de las que aparecieron en 1981 recortadas por su editor Gordon Lish. Más allá de la polémica que se desató sobre quién era el verdadero autor del “estilo Carver” cuando salieron a la luz sus escritos originales, lo cierto es que son más adaptables para el teatro estos que los editados por Lish porque dan más pistas sobre la psicología de los personajes o el porqué de sus acciones. Agarrado ahí, el montaje tira más Mamet que a Beckett e incluso por momentos se acerca al melodrama. Pero hay un elemento escenográfico que parece destilar la esencia misma de Carver: una ventana. Sobre ese hueco se proyectan distintos paisajes no tanto para mostrarnos el exterior de la casa como para invitarnos a mirar como lo haría el propio autor: desde dentro y a la vez desde fuera. A veces como si miráramos a través de un cristal sobre el que resbalan gotas de lluvia. Otras veces con el ánimo sobrecogido por la belleza de la nieve o reseco como un desierto.
Dado que la acción es mínima, el peso del espectáculo cae sobre estas proyecciones y, por supuesto, sobre los actores: Vicky Luengo, Daniel Pérez Prada, Mónica Regueiro y Javier Gutiérrez. Destaca este último, que protagoniza uno de los mejores momentos de la función, cuando su personaje parece hallar la respuesta a la discusión sobre el amor en dos ancianos que se echan de menos cada minuto pese a llevar toda su vida adulta juntos. Pese a todo, había esperanza en Carver.
Principiantes. Texto: Raymond Carver. Adaptación: Juan Cavestany. Dirección: Andrés Lima. Reparto: Vicky Luengo, Daniel Pérez Prada, Mónica Regueiro y Javier Gutiérrez. Teatros del Canal. Madrid. Hasta el 5 de febrero.
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