Democracia, ‘work in progress’
Manuel Cruz analiza con lucidez y rigor los proyectos políticos emancipatorios como una utopía en continua evolución y advierte de las amenazas que les acechan
Quizá no hay cuestión más relevante en estos momentos que escudriñar la situación por la que atraviesan las democracias. De ello depende la buena o mala salud de todos los demás problemas que nos acucian. A este asunto dedica Manuel Cruz su último ensayo, en un ejercicio de lucidez y rigor intelectual. Empieza el autor por señalar que la cuestión no afecta solo a la política o al co...
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Quizá no hay cuestión más relevante en estos momentos que escudriñar la situación por la que atraviesan las democracias. De ello depende la buena o mala salud de todos los demás problemas que nos acucian. A este asunto dedica Manuel Cruz su último ensayo, en un ejercicio de lucidez y rigor intelectual. Empieza el autor por señalar que la cuestión no afecta solo a la política o al control del Estado, sino a todos los poderes de la sociedad, lo que conduciría a que la necesaria vigorización de la democracia debería comprender el espacio público por entero. De ahí que el profesor Cruz dedique una buena parte de su trabajo a un contundente y documentado análisis de las amenazas que se ciernen sobre la democracia, en forma de populismos, iliberalismos, “trumpismos”, vaciamientos, desigualdades y manipulaciones tecnológicas o mediáticas. Amenazas que, como observa el autor, con formas diferentes también existieron en el pasado y que condujeron a lo que califica como “el fracaso de los proyectos emancipatorios”. Un fracaso relativo, pues con evidente valentía intelectual el autor resalta saldos positivos de estas derrotas en forma de Estado de bienestar, anhelo de democracia y se podrían añadir procesos de descolonización o la propia construcción europea.
De ahí que este ensayo contenga una concepción de la democracia que el conjunto de la izquierda nunca debió haber abandonado —la derecha nunca la tuvo—, es decir, la democracia como proceso (working in progress) o “utopía en movimiento”, cuyo progreso no está garantizado, pero en cualquier caso vale la pena intentarlo. Razón de que resulte tan sugerente la reflexión que hace sobre el tránsito del Estado liberal de derecho (siglo XIX) al Estado social de derecho (siglo XX) —quizá ahora tendríamos que incluir el Estado digital de derecho— que nuestra Constitución recoge. Un avance trascendental porque en la concepción del autor no se trata solo de derechos políticos, sino también sociales; no consiste solo en una cuestión de libertad, sino además de igualdad. Por eso afirma con razón que la universalización de los derechos representa la concreción de la igualdad, “una igualdad que solo será plena si se entiende como igualdad material”. En este sentido, tiene sumo interés su elaboración sobre la famosa triada de la Revolución Francesa de “Libertad, Igualdad y Fraternidad” que el autor, sutilmente, sostiene que no son aspiraciones o, en su caso, realidades yuxtapuestas, sino fusionadas e inseparables. De su disociación han surgido las desgracias y el daño para la democracia. Como buen federalista, el autor desliza un oportuno apunte cuando trae a colación el federalismo en su vertiente de fraternidad.
Hay otra tríada, ésta más moderna, a la que el ensayo dedica amplio espacio y que seguramente no dejará a nadie indiferente. Me refiero al verde, violeta y rojo, o ecologismo, feminismo, socialismo. Porque han surgido tendencias, aquí y allá, que afirman que los dos primeros representan nuevos sujetos emancipatorios que pondrían en cuestión el sistema. Se parte de la idea de que la tradicional cuestión capital/trabajo o social ya no es central, a partir de lo que se ha llamado “la derrota de la clase obrera”, después de la implosión de la experiencia “comunista” y el triunfo del ultraliberalismo. El autor, con buen criterio, no cae en estas simplificaciones de los procesos. De entrada, se pregunta si esta derrota es definitiva o no. Y llega al convencimiento de que no es acertado llegar a conclusión tan drástica. La revitalización de una nueva reindustrialización, el aumento de la afiliación sindical, los avances de la izquierda en países centrales de Europa y Estados Unidos, y el retroceso de políticas ultraliberales indicarían más bien lo contrario. De otra parte, sostiene que, si bien el ecologismo y el feminismo son grandes fuerzas motrices necesarias, no son suficientes en un proyecto de emancipación. Lucidamente, el autor concluye que el capitalismo existente no se agotará por sí solo, ni por los límites “internos” ni por los “externos”, como puede ser el cambio climático, etcétera.
Sin embargo, quizá el plato fuerte de este ensayo aparece cuando el profesor Cruz plantea la cuestión de si el capitalismo es incompatible o no con la democracia. Literalmente escribe: “Que haya devenido incompatible la democracia y el capitalismo no significa que lo hayan sido”. A continuación desarrolla una rigurosa explicación de las razones de tal disociación, basándose en el papel y el control de las nuevas tecnologías en el “capitalismo de la vigilancia” y otras anomalías. A partir de aquí, el autor propone, entre otras cuestiones, recuperar el concepto de democracia económica, que no debía haberse perdido. Con esta observación llegamos al final de este importante ensayo, cuyo último capítulo lleva por título “Democracia y socialismo: dos caras de la misma moneda”. Se sitúa así en la línea de pensamiento que ensambla socialismo y democracia y, en consecuencia, en la hipótesis de un proceso de superación del actual capitalismo, que se iría realizando a través de la profundización de la democracia, en esa simbiosis de libertad, igualdad y fraternidad. Pues para que la sociedad sea realmente de personas libres e iguales —nos recuerda— y no se convierta dicha aspiración en una frase vacía, hay que abordar las cuestiones del trabajo, la propiedad y el Estado. Lo que supone plantearse una cuestión insoslayable: “El carácter estructuralmente injusto por desigual del sistema en el que viven todos los habitantes del planeta”.
Democracia. La última utopía
Autor: Manuel Cruz.
Editorial: Espasa, 2021.
Formato: tapa blanda (368 páginas. 19,90 euros) y e-book (9,99 euros).
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