LIBROS | ENTREVISTA

Tomi Adeyemi: “Hay magia en la realidad, pero a mí me gusta ponerle un poco más de brillantina”

La autora de ‘Hijos de sangre y hueso’ es una de las escritoras más importantes de la literatura juvenil actual con solo 27 años

La escritora estadounidense Tomi Adeyemi.Ronke Champion (Tomi Adeyemi)

Tomi Adeyemi ha inventado un mundo de fantasía inspirado en África en el que sus personajes negros tendrán que restaurar la magia para tratar de liberar a una sociedad oprimida por el poder. A través de este universo, la escritora estadounidense de 27 años pretende reflejar la discriminación, la desigualdad y el racismo que sufre su país. Una parábola de la realidad que se traduce en dos libros (Hijos de sangre y hueso e Hijos de virtud y venganza), a la espera d...

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Tomi Adeyemi ha inventado un mundo de fantasía inspirado en África en el que sus personajes negros tendrán que restaurar la magia para tratar de liberar a una sociedad oprimida por el poder. A través de este universo, la escritora estadounidense de 27 años pretende reflejar la discriminación, la desigualdad y el racismo que sufre su país. Una parábola de la realidad que se traduce en dos libros (Hijos de sangre y hueso e Hijos de virtud y venganza), a la espera del final de la trilogía, con la que Adeyemi se ha convertido en una de las autoras más importantes de la literatura infantil y juvenil actual.

Han pasado tres años desde que Adeyemi escribió Hijos de sangre y hueso (en España sus libros los publica RBA). Se convirtió en una de las debutantes más jóvenes en firmar un contrato millonario —de esos de siete números, recalcaron en la prensa estadounidense—. Desde entonces, ha sumado más hitos a su corta carrera. Estuvo más de 90 semanas entre los libros más vendidos de The New York Times, publicó la segunda entrega y volvió a la zona reservada de las librerías para los bestsellers. Firmó otro contrato —millonario— con los estudios Fox y Lucasfilm para llevar al cine sus libros, pero el proyecto se ha retrasado por la pandemia. Apareció en la lista de Forbes de las 30 figuras más destacadas menores de 30 años de 2019 y, recientemente, en la de la revista Time con los personajes del año.

Cuando se conecta por Zoom desde su casa en San Diego y se le plantea cómo lleva esto de la fama se le amontonan las palabras. Le pasará más de una vez durante la conversación. Adeyemi detiene un momento el torbellino de ideas en su cabeza y responde: “Es una gran medalla para colgarme, pero siento que aún estoy empezando. El éxito para mí es la libertad de poder hacer lo que me gusta”.

Adeyemi ha llegado a esta conclusión después de sufrir ataques de ansiedad y “entregarle su salud mental y física”, en sus propias palabras, al mundo editorial. El estrés llegó en 2012, con el asesinato de Trayvon Martin, un joven afroamericano, a manos de un policía. La escritora aún estaba en el instituto. Tenía miedo, cuenta, a conducir sola y a salir por la noche. Se sentía vulnerable por el color de su piel. La literatura fue su terapia.

En sus historias solo hay personajes negros, con distintos tonos de piel y de pelo, y las mujeres son protagonistas. Su trabajo es una mezcla de Blanck Panther y la literatura de Chimamanda Ngozi Adichie. Como la escritora, Adeyemi es de origen nigeriano. Creció entre Chicago y California. Y ha sido en la fantasía donde Adeyemi ha encontrado una manera de representación. “Desde niña he sido consciente de lo que significa no sentirse representada. Lo sentí especialmente en mis lecturas, en las películas y la televisión: no encontraba personajes negros y mucho menos mujeres negras. Esa experiencia se tradujo en mi literatura”, explica. Con 10 años, cuando empezó a escribir, solo creaba niñas blancas con el pelo rubio o pelirrojo. A los 18 se dio cuenta de que ni ella ni lo que le rodeaba estaba en sus textos. Fue gracias a Los juegos del hambre. “Cuando vi a los personajes negros me di cuenta de que no era la única que sentía esa falta de representación y de alguna manera de amor propio. Fue muy necesario que una película mainstream expusiera esa realidad ante millones de espectadores”.

Sus referentes están en la fantasía. Cita constantemente a Harry Potter, Juego de Tronos, Black Panther, Star Wars… “Las grandes historias de todos los tiempos”, las define. Los mundos donde encontró personajes que no fueran blancos, pero también a través de los que cree que se pueden transmitir mensajes antirracistas. “Cambié mi manera de entender la literatura: ya no era solo una forma de terapia, quería que los lectores negros supieran que podían hacer magia o tener superpoderes. Y para el resto, que a través de mis historias se dieran cuenta de que compartimos más cosas de las que nos dividen; acabar con los estereotipos y prejuicios”.

La literatura antirracista se ha convertido en un género en sí mismo en Estados Unidos impulsada por el movimiento Black Lives Matter (La vida de los negros importa). Los libros de Adeyemi responden a esta tendencia y la rebosan al intentar convertir las cifras de la desigualdad que pueblan la no ficción en historias concretas. Le interesa más conseguir que sus lectores empaticen con esas historias de amor, amistad y superación de los negros que contribuir a las estadísticas. “¿Qué hubiera pasado si Harry Potter hubiera sido negro?, ¿habrían matado a Trayvon Martin?”, se ha cuestionado en diversas ocasiones.

Zelie y Amari, las protagonistas de sus libros (y dos versiones de ella misma, reconoce), representan a la oprimida y la poderosa, pero también a la luchadora, la vulnerable, la fiel amiga. Dos enemigas que tienen que colaborar por un objetivo en concreto. Aunque al conseguirlo se den cuenta de que es difícil acabar con las estructuras de poder. “Tengo una visión muy pesimista del ser humano y del mundo. Pero soy muy optimista respecto a la vida. La pandemia me ha hecho darme cuenta de que el mundo nunca ha sido un lugar pacífico”, dice confiada en que cierto cambio es posible.

“A través de la invención de estos mundos consigo un efecto distinto al realismo. Ya conocemos este mundo, a través de los medios sabemos lo que sucede. Cuando abro un libro no quiero volver a leer sobre eso. La magia te da claves para interpretar el universo en el que vives de otra manera”, defiende. “Soy consciente de que hay magia en la realidad, pero a mí me gusta ponerle un poco más de brillantina”.

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