Los bonos argentinos se derrumban y se dispara el índice de riesgo de la deuda
El banco central vende 379 millones de dólares de sus reservas para contener la disparada del tipo de cambio


Argentina atraviesa potentes turbulencias financieras. El riesgo país elaborado por el banco JP Morgan, que mide el diferencial que pagan los bonos de un país por encima de los de Estados Unidos, cerró este jueves en 1.453 puntos básicos, un 16,6% más que en la víspera. La disparada del índice es el mejor indicador de la pérdida de confianza de los inversores en la fortaleza del Gobierno de Javier Milei para llevar adelante el ajuste fiscal que le permitiría cumplir con sus compromisos externos. En enero de este mismo año, el riesgo país argentino había rozado los 500 puntos. Aunque todavía alto, reflejaba el interés de los mercados en el proyecto económico de la ultraderecha en Argentina. Ocho meses después, el panorama ha cambiado dramáticamente.
Los títulos en moneda extranjera argentinos se derrumbaron el jueves hasta un 14%. El banco central, en tanto, debió vender 379 millones de dólares de sus reservas para contener la disparada del tipo de cambio, que por segundo día consecutivo alcanzó el techo de la banda de flotación de 1.474 pesos establecida por el Gobierno. El miércoles, la entidad emisora ya había desembolsado 53 millones de dólares, en la primera intervención desde el rescate de 20.000 millones que le otorgó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril pasado. El dólar minorista oficial que se vende en bancos cerró en 1.509 pesos por unidad, casi un 1% por encima de la víspera. Los dólares financieros, que flotan sin intervención del Estado, subieron hasta los 1.564 pesos, casi un 4% más que el miércoles. Las acciones cayeron cerca de un 9% en la Bolsa de Buenos Aires.
Las turbulencias son cada vez más fuertes desde el 7 de septiembre pasado, cuando el partido de Milei sufrió ante el peronismo una paliza inesperada en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires. El temor de los mercados es que el resultado se repita en las nacionales del 26 de octubre. El Gobierno esperaba llegar a esos comicios en buena forma, suficiente para sumar poder de fuego en el Congreso, donde está en minoría desde el inicio de la gestión, en diciembre de 2023. Sin esos votos, la duda es cómo hará para sostener el superávit fiscal, acumular reservas y avanzar en las reformas estructurales que prometió.
En el arranque del día, el Gobierno intentó llevar calma en una jornada que esperaba agitada. La Cámara Baja había tumbado el miércoles el veto de Milei a una ley de financiamiento universitario y a otra que otorga más recursos a la atención pediátrica. El Senado hizo lo propio este jueves con una ley impulsada por los gobernadores que reduce la discrecionalidad con la que la Casa Rosada reparte los fondos que corresponden a las provincias. “Nunca vamos a tener problemas para salir a comprar pesos, por la consistencia del plan”, dijo por la mañana Manuel Adorni, portavoz de Milei, con una referencia a la intervención que más tarde haría el banco central para sostener la moneda.
Argentina tiene reservas internacionales por 39.400 millones de dólares, según la última cifra informada por el Gobierno. Pero de ese total, solo unos 6.000 millones serían de libre disponibilidad, es decir, aptos para vender en el mercado de cambios.
Milei se negó a atesorar reservas cuando aún podía, con el argumento de que una subida del tipo de cambio impactaría negativamente en su guerra contra la inflación. Ahora que las necesita, tiene las elecciones a la vuelta de la esquina y las manos atadas. No solo porque los mercados ya no ocultan su cansancio. La oposición “dialoguista” le ha quitado su apoyo, como quedó en evidencia en la anulación sucesiva de tres de sus vetos legislativos por una abrumadora mayoría de votos. Los gobernadores le han dado la espalda por la insistencia de Milei de presentar candidatos propios en sus territorios. Parte del Pro, el partido del expresidente Mauricio Macri que fue determinante en la gobernabilidad del primer año de Gobierno, se ha alejado víctima del destrato presidencial.
El calendario de vencimientos de deuda que el país sudamericano tiene por delante no ayuda demasiado a despejar los temores. Según un informe del banco Barclays, que recuerda que Argentina no tiene acceso al crédito externo, tiene hasta diciembre vencimientos por 2.000 millones de dólares, 12.000 millones en 2026 y 19.000 millones en 2027.
La duda es ahora si Milei podrá mantener luego de las elecciones el ancla cambiaria y el torniquete monetario que aplica como estrategia contra la inflación. Además de la tensión que supone sobre las reservas del banco central, el modelo necesita de tasas de interés en pesos altísimas, hoy en torno al 50%, para desalentar la dolarización de los ahorros. La combinación de sequía de pesos, tipo de cambio sobrevaluado y tasas por las nubes terminó por impactar sobre la actividad económica.
El Indec, la oficina oficial de estadísticas, informó el miércoles que el PIB cayó 0,1% en el segundo trimestre de 2025 con respecto al anterior. Fue el corolario de una escalera descendente iniciada a mediados de 2024 que, si no se revierte, tarde o temprano se convertirá en una recesión.
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