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Mariano Pérez, el ‘youtuber’ más influyente de la ultraderecha argentina: “Si Milei fracasa, la semilla quedará”

Con 23 años y más de un millón de suscriptores, fue pionero de la ola ultra que recorre la Argentina. Ahora amplifica el estilo provocado y agresivo del presidente, y su audiencia se expande en la región

Mariano Pérez, el youtuber del presidente Javier Milei, participa del acto de lanzamiento del partido político La Libertad Avanza, en el barrio de San Telmo, Buenos Aires, el 28 de septiembre de 2024.
Mariano Pérez, el youtuber del presidente Javier Milei, participa del acto de lanzamiento del partido político La Libertad Avanza, en el barrio de San Telmo, Buenos Aires, el 28 de septiembre de 2024.MARIANA NEDELCU

Mariano Pérez (Necochea, 23 años) tiene un protocolo para sus coberturas de las marchas contra el Gobierno de Javier Milei. La persona que graba sus entrevistas no debe defenderlo ni dejar de filmar en caso de agresión. Ese contenido tiene un potencial de viralización y, entre repudios y adhesiones, suma suscriptores al millón que tiene en su canal Break Point.

En la manifestación contra el veto del presidente argentino a una ley de financiamiento universitario, en el que participaron 270.000 personas en el centro de Buenos Aires, según el cálculo del diario La Nación, Pérez recibió insultos de adultos y niños, críticas a su peinado, a sus ideas o a su higiene personal. Pocos manifestantes aceptaron responder a sus preguntas. Con traje azul, camisa blanca y zapatillas para ganar agilidad, el conductor de Break Point parecía a gusto en ese esgrima en desventaja numérica.

— ¿Qué opina de la gente que dice que los políticos están queriendo aprovechar de una causa noble como la defensa pública viniendo acá a robar cámara?—, le preguntó a Martín Lousteau, senador nacional y presidente de la Unión Cívica Radical (UCR)

—Yo no escuché a nadie diciendo eso. Yo escuché al Gobierno diciendo eso.

—Lousteau, ¿no le molesta marchar con el kirchnerismo?

El senador decidió cortar la entrevista.

—¿A cuantos maestros se le paga con los nueve 9 millones [de pesos, unos 9.000 dólares] que se aumentó usted levantando la mano al costado de la mesa?—, insistió Pérez unos metros más adelante.

Cuando pasaban por un kiosko de venta diarios, recibió una cachetada.

—¿Qué haces, papá? Es una cosa de locos lo que pasó. ¿Filmaste como me pegó ese muchacho? ¿Qué es esto? Enfocame al hincha de Boca—, pidió.

Aunque el protocolo falló —el camarógrafo no registró la cachetada— Pérez fue noticia, alcanzó un nuevo pico de popularidad y el presidente salió en su defensa en X. “FOPEA [Foro de Periodismo Argentino]: ¿van a decir algo de los gorutas del Guga [sobrenombre de Lousteau] que le pegan a un periodista? Ah... me olvidaba, cierto que ustedes sólo se solidarizan con aquellos que son de izquierda de distintos pelajes”, escribió.

— El video de la agresión tiene 3 millones y medio de vistas y sumé 6.000 seguidores en X— cuenta Pérez a EL PAÍS—. Salieron canales a solidarizarse, canales a pegarme, canales a difamarme. Uno se va dando cuenta que es cada vez más la repercusión que voy teniendo. Es el resultado del trabajo que uno ha hecho todo este tiempo. La gente me sigue mucho y me banca mucho. Muchas veces las notas eran: ‘Agredieron a un youtuber libertario o insultaron a un youtuber libertario’. Ahora es ‘a Mariano Pérez”.

Pregunta. ¿Por qué está a favor del veto a esa ley?

Respuesta. Me da bronca el hecho de que lo quieran politizar tanto con la idea de que la educación está mal por culpa de Milei.

P. Usted afirmó que en la marcha no había estudiantes ni profesores.

R. Yo no los vi, no me los crucé. Yo vi esta vez, a diferencia de la marcha anterior de abril, que el aparato político se apropió muchísimo y terminó siendo una marcha más de aparato político que de profesores y alumnos. Nos acusan de violentos a nosotros, pero nosotros no hemos salido a pegarle a la gente en patota.

P. ¿No vió a ningún estudiante, ningún profesor?

R. Por lo menos no identificados a simple vista.

P. Contó que le gustaría estudiar Derecho. ¿Lo haría en la Universidad de Buenos Aires?

R. Sí, me gustaría estudiar en la UBA. Me fijaría más que nada en la carga horaria porque por el programa mis tiempos son escasos.

En una pizzería del barrio de Chacarita a 500 metros del cementerio, Pérez se explaya sobre su súbita popularidad en Venezuela. La transmisión de la noche de la elección presidencial tuvo 5,6 millones de vistas y le reportó ganancias por 6.000 dólares. En pocas semanas, Break Point pasó de 623.000 suscriptores a 1.275.000, y los venezolanos superaron a los argentinos.

P. En uno de sus últimos programas en vivo se discutió cómo juntar el dinero para matar a Nicolás Maduro.

R. No llamo abiertamente a donar. Cuento y doy la noticia de cómo es, qué es lo que están haciendo. Lo trato más de manera informativa y doy mi opinión.

P. ¿Está a favor de matar a Maduro?

R. Me parece una opción interesante. A un tipo así no se lo saca por las buenas: han matado y torturado gente. La única manera de sacarlos es yendo a matar o morir.

Nieto de pastores evangélicos, su madre es tesorera en una empresa cerealera, y su padre trabajaba en un banco hasta que abrió un restaurante que debió cerrar en pandemia. El primer pronunciamiento de Pérez sobre un tema de interés público fue a los 9 años:

—A los chorros (los ladrones) hay que matarlos—, dijo.

P. ¿Recuerda el origen de esa certeza?

R. No me gustaba que me tocaran mis juguetes. Era algo así: no quiero que me roben, no me gusta que me toquen los juguetes.

El youtuber del presidente Javier Milei, Mariano Pérez durante un acto de lanzamiento del partido político La Libertad Avanza.
El youtuber del presidente Javier Milei, Mariano Pérez durante un acto de lanzamiento del partido político La Libertad Avanza.MARIANA NEDELCU

P. ¿Cuándo empezó a interesarse por la política?

R. La primera campaña de Trump me llamó mucho la atención. Era muy políticamente incorrecto. Todo eso era tan fuerte, tan chocante. A mí siempre me gustó mucho Estados Unidos y el capitalismo y verlo a él con la bandera y de candidato era muy fuerte.

En la escuela de Necochea sintió un primer rechazo a lo establecido. Fue cuando la profesora de Matemática redactó una pregunta en el pizarrón: ¿Dónde está Santiago Maldonado? [en referencia al artesano que en 2017 apareció ahogado en el río Chubut de la Patagonia después de estar 78 días desaparecido]

— Me apareció en YouTube un video de [el agitador y escritor Nicolás] Márquez diciendo: ‘No me duele el hippie de Maldonado´. Era disruptivo, provocador, polémico. Yo coincidía en todo. Me pasaba lo mismo con Milei: me llamaba la atención lo que decía, cómo lo decía, el pelo, todo. Me hacía acordar a Trump.

El fútbol ocupaba aún el lugar más importante. Pasaba el día viendo partidos y programas deportivos de televisión, tenía una columna semanal deportiva en una radio de Necochea y cuando terminó el secundario decidió mudarse a Buenos Aires para hacer una carrera de periodismo deportivo en River Plate. Llegó el 8 de marzo de 2020 con la idea de quedarse tres años —sus padres costearían sus estudios y gastos en la ciudad—, pero debió volverse a la semana por la pandemia.

—Quedé en un limbo. No tenía ni mi vida vieja de Necochea, ni la vida nueva que fui a buscar a Buenos Aires. Me tuve que quedar un año. Eso me molestó mucho. Igualmente lo pude aprovechar, porque ahí arranqué el canal con la computadora que me compré para estudiar online.

Lanzado como podcast, el primer episodio de Break Point tuvo ocho reproducciones y amplió la audiencia gracias a la atenta escucha de tías y parientes lejanos. En su primera incursión a temas políticos, recibió una respuesta que recuerda insultante, de un compañero del colegio. Fue una revelación, porque se había propuesto no hablar de política porque quería llegar a un público más amplio. Con 20 años, hizo de su programa un manifiesto en contra de la cuarentena.

— Yo no me pienso encerrar. No acataremos las normas totalitarias de Alberto Fernández y la ministra de Salud debe renunciar—, exigió.

En diciembre de 2020, entrevistó a Carlos Maslatón, influencer senior, broker financiero, expolítico profesional. Como Youtube consideró que el primer título contenía información médica errónea —Carlos Maslatón, la pandemia es un invento— debió cambiarlo y fue su primer hito: llegó a las 10.000 vistas. Creyó que el filón estaba en las entrevistas y el mes siguiente consiguió hablar por primera vez con Milei. “Este Gobierno mató a 30.000 personas”, dijo y no hubo penalización de Youtube.

En 2021, Pérez se instaló en un departamento que compartía con dos personas a diez cuadras del estadio de River Plate, donde cursaba presencialmente su carrera. Empezó a conocer a sus referentes del mundo libertario. Pudo, por primera vez, monetizar su canal: en junio ganó dos dólares.

Encontró un nicho con las caminatas de Milei en la campaña legislativa de ese año. “Al principio eran tres personas y él entraba a los negocios a hablar con los comerciantes”, recuerda. El 13 de agosto del año 2021, un joven le preguntó qué debía hacer para cerrar el Banco Central. “Javier Milei da clase de economía en la calle”, tituló. Llegó a 100.000 vistas en un día, 10 veces más que la entrevista a Maslatón. En un mes pasó de 1.000 suscriptores a 10.000. En su carrera de métricas un número se come a otro.

“Triunfo de la libertad”, escribió en el grupo de whatsapp de sus amigos de Necochea la noche en la que Milei ganó las elecciones presidenciales. Habían hecho una vida juntos, pero en pocos minutos, sin responderle, seis de los nueve integrantes salieron del grupo, incluido su mejor amigo desde el jardín de infantes.

— Me dejó de hablar. Y él sabía lo que yo pensaba y yo sabía lo que pensaba él , militaba en el Partido Comunista, y no había ningún problema. Pero de repente no hubo más contacto. Me dolió. Calculo que tendrán que demostrarle a sus compañeros del Partido Comunista que me odian tanto como ellos a mí.

En el ecosistema libertario en Buenos Aires armó un nuevo grupo de amigos, en su mayoría influyentes en redes sociales: pasan de la virtualidad a encuentros en bares y restaurantes. Son unos 15 y tienen un nombre que los identifica, pero Pérez no lo revela porque dice que es confidencial.

En público se llama La Misa, un programa nocturno de streaming del canal Carajo, que conduce Daniel Parisini, alias el Gordo Dan, el más connotado de los tuiteros libertarios.

El vivo desde un estudio de Palermo, con una versión de Elon Musk en tamaño natural con botas, jeans y los dos pulgares arriba, y retratos de Rocky Balboa y Javier Milei, empieza con la canción “Me chupa la pija la opinión de las kukas [una manera de llamar a los kirchneristas]”.

El último martes de septiembre —el día fijo al que va Pérez— los cinco panelistas hacen percusión con sus manos, modulan, precalientan. Un par toma una bebida energizante. El clima es festivo.

— Me chupan la pija la opinión de las kukas. Hubieran ganado las elecciones—, cantan todos

—Veo mucho travesti en el chat—, dice uno.

—Nos defolteó [se ausentó] el ministro de seguridad de [Nayib] Bukele, que metió presas 70.000 personas—, cuenta el conductor Parisini. Tuvo una urgencia y no puede venir. Oué importante lo de Bukele ¡Cómo lo trollean los trolos con SIDA de la ONU. Está dando una batalla cultural importante!

Pérez cubrió la visita de Bukele a Buenos Aires para su canal. “Me gusta cómo arregló la seguridad de El Salvador, pero hay cuestiones económicas donde no me gusta. Lo veo mucho más proteccionista y tirado a la izquierda. Milei lo puede evangelizar”, dice.

En el programa prueban el chat gpt del trotskista Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Le preguntan por el género, por las razones de la inflación.

—Todos los clichés de los zurdos meados con SIDA—, dice un panelista al escuchar las respuestas

El tema del SIDA es recurrente en los comentarios.

—¿Qué es una mujer?, preguntale—, pide el conductor

—No hay respuesta—, contesta uno de los siete hombres que trabaja detrás de cámara.

Hablan de ovnis, de películas, de sus vidas. El programa se va. “Son las 23.27. Episodio 59″, cierra Parisini.

En la calle, antes de despedirse, uno de los panelistas saluda a Pérez.

—Suerte, gordo con SIDA.

**

Mientras cae la noche del último sábado de septiembre en el Parque Lezama, en la frontera entre San Telmo y La Boca de la ciudad de Buenos Aires, el conductor de Break Point se abre entre una multitud que lo reconoce y celebra sin excepción ni duda.

—Viva las fuerzas del cielo, papá—, le grita uno.

—Marianito, felicitaciones por el millón—, le dice una mujer.

Pérez habla en voz baja.

— Me trae nostalgia esto. El primer acto fue acá y bajé por las escalinatas con Javier. Decían que no llegaría a nada y ahora es presidente.

El arco de la nostalgia va de la campaña legislativas de 2021 que le permitió entrar al Congreso con la vicepresidenta, Victoria Villarruel, presente en aquel acto y ausente en el de 2024 por las divergencias con su compañero de binomio.

Se forma una fila para sacarse selfies en los que expone una media sonrisa. Lleva un micrófono inalámbrico en el bolsillo del jean.

La multitud convocada emprende contra un economista briánico que nació en el siglo XIX:

—Keynes sos cagón. Sos cagón, Keynes sos cagón.

Una mujer, con una cacerola en mano, le grita a Pérez y a los congregados:

—Afuera el Gobierno de Milei.

Tiene la sola compañía de un niño de unos 5 años.

Pérez no contesta y sigue con su búsqueda de wifi. Si no lo encuentra, no habrá Break Point en vivo. Cuando se resigna, busca un lugar en el público a 10 metros del escenario y junto a algunos de sus amigos de La Misa. Su canal subirá la transmisión en vivo de Todo Noticias (TN), la señal del Grupo Clarín.

Es el lanzamiento de La Libertad como partido nacional, un paso decisivo para las elecciones legislativas de 2025 en las que el oficialismo quiere aumentar sus bloques parlamentarios para depender menos de los acuerdos con otros partidos, como el PRO del expresidente Mauricio Macri.

En el acto habla, por primera vez, Karina Milei, secretaría general de la presidencia y responsable de armar el partido. En algunas ensoñaciones libertarias, compañera de fórmula de su hermano de 2027: Milei-Milei en la boleta.

— En la campaña de 2021 empezó a armarse el mito. Estaba desayunando en un hotel de [la provincia] de Tucumán y como estaban todas las mesas ocupadas se sentó conmigo . ‘Qué miedo’, pensé. Se me puso a charlar y era lo más normal del mundo, re sencilla. Obviamente, en un lugar de poder como el que está, tiene que ser estricta en ciertos momentos.

No es posible conocer la voz de Karina con nitidez por una gripe:

—Van contra todos nosotros. Javier nos necesita.

Pérez recibe el número de audiencias mientras transcurre el acto: TN tiene 37.000 personas, La Nación 25.000 y Break Point 18.000. En los actos de Milei, cuando está en vivo y con señal, dice que suele estar en 70.000.

Desde el escenario el Presidente retoma sus diatribas contra la prensa.

— Hijos de puta—, grita sonriente Pérez con la multitud.

— Esto es lo que la gente siente por ustedes—, continúa el Presidente

Pérez dice lo que más le gusta del discurso son las apelaciones a reducir el gasto y que se meta con los periodistas.

—Esta vez escaló a los propietarios de La Nación.

—¿Por?

—Por la mención a Julio César Saguier: aunque no dijo el apellido se refería a uno de los accionistas.

—Uy, justo ahora después del acto tengo entrevista en La Nación + [el canal de noticias del periódico homónimo].

Los temas del presidente siguen.

—Cerrá el Congreso, Javo—, grita uno junto a Pérez.

**

En el departamento que alquila sobre la avenida 9 de Julio, a pocas cuadras del Teatro Colón, Pérez tiene el estudio de Break Point. Atesora recuerdos de campaña, un Milei muñeco con motosierra, una foto en blanco de Bolsonaro con un pescado, la placa que le mandó Youtube por su millón de suscriptores. En el living, amplio y sin fotos, exhibe muñecos de Marvel, de Star Wars y algunos clásicos como Superman. En esta etapa de grandes ganancias ha invertido en equipos para su programa y en su colección de muñecos. Cuando quiere irse del mundo juega a la play, al FIFA, o ve películas de Marvel.

Un tema lo tiene contrariado: fue a la entrevista para pedir la visa de ingreso a los Estados Unidos y lo rebotaron después de preguntarle si alquilaba, el motivo del viaje y con quien viajaría. Tenía el plan de conocer Miami con un amigo.

Cuenta que en los últimos tres años engordó 20 kilos. Encuentra la explicación en la ansiedad de los vivos, en las métricas y en un momento de mayor holgura económica. “Ahora puedo pedir hamburguesas y comer lo que quiero. Antes, puro arroz y fideos”, dice. La ansiedad de los números es ingobernable.

— Por mes son entre tres y cuatro millones de usuarios únicos y la ciudad de Buenos Aires tiene cuatro millones de habitantes. Vengo de Necochea, que tiene 100.000 habitantes.

P. ¿Qué es lo que más le gusta de Milei?

R. Siempre lo han subestimado, siempre le han dicho que no iba a llegar y que él siempre ha ido al frente siempre. La fortaleza de ir para adelante siempre, es algo muy valorable.

P. ¿Qué es lo que menos le gusta?

R. ¿Lo que menos me gusta? Tendría que pensarlo. No se me ocurre rápidamente.

P. Hay tiempo.

R. Que no se pueda ir más rápido, por las limitaciones lógicas.

P. Eso no tiene que ver con él.

R. Me gustan sus tan cuestionadas formas, a mí me encantan. Me gusta, te diría, prácticamente todo lo de hoy. No sabría qué decirte realmente, que es lo que menos me gusta.

P. ¿Cuáles cree que son los principales logros de estos 10 meses de gobierno?

R. Nos estamos acostumbrando a que bajó la inflación. Cuando decía ‘la inflación está cerca de dar un dígito’, tenía 200.000, 300.000 vistas. Cuando la inflación terminó bajando mucho más que eso, no tuvo tantas vistas porque creo que nos estamos empezando a acostumbrar a esos números. La inseguridad también ha bajado muchísimo.

P. En el Parque Lezama Milei dijo “no somos trolls”.

R. Hay que ver que se considera por trolls, no sé cuál es el concepto de trolls al cual se hace alusión. Muchas veces se hace alusión al concepto de trolls como que son bots, porque fue lo que se usó con Marcos Peña [jefe de gabinete de Mauricio Macri]. Es una discusión muy interesante porque muestra que la política no entiende las redes sociales, piensan que se puede manejar y digitar todo desde una oficina. Hay veces que uno dice algo que a la gente no le gusta y, por más que te sigan y tengas seguidores, no te va a dar me gusta. La gente tiene pensamiento propio y eso es lo que ha demostrado, porque han invertido millones y millones en campañas de redes sociales, y les ha ido como les ha ido. Lo que se impone es la realidad.

P. ¿Por qué cree que son tan fuertes en las redes?

R. Primero, nos acompañó la realidad. Para que estemos nosotros tiene que haber una demanda. No es que aparecimos de un día para el otro, todo el mundo nos empezó a seguir y todo el mundo nos empezó a amar. A estas ideas les llegó su tiempo y nosotros supimos encontrar un humor, una identificación con la gente. Yo también era un chico, un adolescente, detrás de la computadora viendo a otros influencers. Abrí mi cuenta de Facebook a los ocho años para jugar a unos juegos: desde entonces estoy en redes. Ahora me toca estar de este otro lado del mostrador y entiendo qué es lo que buscan ellos.

P. ¿En qué momentos cree que todo esto puede no durar?

R. Una vez que Mile ganó dije ‘estos van a ser cuatro años de estar luchando todo el tiempo’. Tengo toda la fe de que Milei va a hacer un buen cambio, que va a ir bien el rumbo del país. En el hipotético caso de que fracasara, le fuera mal, yo creo que igualmente la idea, la semilla de la idea, quedó y está. El año pasado todos los políticos empezaron a virar hacia el discurso de achicar al Estado, que tiene que ser más eficiente porque es muy grande.

P. ¿Por qué cree que el Gobierno debe cerrar los medios públicos?

R. Los números han demostrado que la gente no los consume, me parece un gasto innecesario.

P. Las buenas televisiones públicas del mundo intentan contar historias y llegar a lugares muchas veces desatendidos por los medios con fines comerciales.

R. Parado desde donde estamos hoy, no. No hay plata. Al existir las redes sociales, una persona puede contar su historia y llegar a mucha gente. Pueden reemplazar a las televisiones o radios públicas. Sólo se necesita un celular.

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