Las ideas políticas se erigen como el principal factor de discriminación en Argentina
Un estudio de la Universidad de Buenos Aires revela que el 45,2% de las personas que sufrieron discriminación se sintieron excluidas por su ideología
Ni la raza y la clase social, ni la religión y la orientación sexual: los motivos por los que los argentinos dicen sufrir discriminación se relacionan con sus creencias políticas. Después de años de polarización alrededor de los gobiernos kirchneristas, ahora profundizada en torno a la figura del presidente ultraderechista Javier Milei, un estudio de la Universidad de Buenos Aires (UBA) indica que el 45,2% de las personas que se sintieron discriminadas fueron excluidas por su ideología. La mayoría de los casos afectó a las mujeres y se registró en las redes sociales y el espacio público.
Realizado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología (UBA), el estudio abarcó a 1.747 personas de todo el país entre el 19 y el 22 de junio. Un 35% de los consultados aseguró haber experimentado algún tipo de discriminación durante el último año. “Estos valores pueden estar reflejando solo la ‘punta del iceberg’. Muchos actos discriminatorios se encuentran naturalizados e invisibilizados y, lamentablemente, no son percibidos y condenados como tales”, advierte el informe de los investigadores del Conicet Joaquín Ungaretti y Edgardo Etchezahar.
Un 57% del total de las personas que sufrieron discriminación se identificaron como mujeres. “La diferencia en los niveles de discriminación percibida en función del género es una constante en los estudios sobre discriminación y constituye una verdadera problemática. Sistemáticamente, las mujeres reportan haber sido víctimas de discriminación en mayor medida que los hombres”, indican los autores del trabajo.
El principal motivo de discriminación alegado fue “ideología o creencias políticas”. Ungaretti y Etchezahar detallan que un estudio previo, fechado en 2020, había arrojado resultados similares “pese a que los actores y partidos políticos involucrados eran otros. Esto indicaría que décadas de extrema polarización política no han sido inocuas para las relaciones entre los ciudadanos argentinos. Por el contrario, se ha convertido en el eje central sobre el que gira el problema de la discriminación en la Argentina”, concluyen. La “grieta” es la denominación con que se popularizó en Argentina el enfrentamiento sistemático por razones políticas.
Otros factores de discriminación fueron, según los consultados, la edad (en un 18,8% de los casos), la condición fíisica o mental (14,4%), el género (12,4%), la religión (5,7%), el color de piel (1,8%), la orientación sexual (1,1%) y la etnia (0,6%).
Los hechos de discriminación se registraron principalmente en las redes sociales e internet, de acuerdo con lo que señaló el 23,7%. El espacio público fue señalado por el 21,1%. Luego siguieron el ámbito laboral (16,5%), el familiar (14,3%), el educativo (12,3%) y el entorno de amistades (12,1%). A partir de la correlación entre los motivos y los espacios de discriminación, los investigadores infieren que hoy en las redes sociales “se potencian las polarizaciones políticas y se vehicula la descarga emocional”. También allí “se potencian los estereotipos sobre la juventud y los ideales de belleza imperantes”.
Víctimas y percepción
El estudio también indagó la percepción de los consultados sobre quiénes son las personas más discriminadas. El mayor nivel de prejuicio lo sufren los habitantes de asentamientos populares —denominados como “villeros”—, con 6,84 puntos en una escala del 1 al 10. Las personas en situación de pobreza (6,5) y los indígenas (6,24) están, asimismo, entre los grupos más discriminados. Otros grupos apuntados como víctimas son las personas con obesidad (6,16), con discapacidades (6,04), los homosexuales (5,92), los inmigrantes latinoamericanos (5,62), los adultos mayores (5,54), feministas (5,52) y mujeres (4,82). “En un contexto de profunda crisis económica”, explican los investigadores, “no llama la atención que los grupos percibidos como más discriminados sean quienes presentan mayor escasez de recursos económicos”.
Otro capítulo del estudio de la UBA se propuso rastrear los prejuicios de los consultados respecto de seis grupos sociales. Los niveles más altos de discriminación se dirigieron hacia los inmigrantes latinoamericanos, con 6,02 puntos en una escala del 1 al 10. Luego siguieron los prejuicios respecto de personas con discapacidad intelectual (5,92), hacia las mujeres (4,96), personas obesas (4,76), ancianos (4,76) y homosexuales (4,22).
Un dato saliente de las conclusiones del informe fue que “las personas de género masculino presentaron mayores niveles de prejuicio hacia casi todos los grupos considerados en comparación con el género femenino, a excepción del prejuicio hacia la homosexualidad”.
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