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La inseguridad irrumpe en la campaña electoral argentina aupada por las noticias falsas en redes sociales

La muerte violenta de una niña de 11 años y la búsqueda del culpable encienden el debate sobre la seguridad en una elección marcada por la crisis económica

Policía antimotines durante una protesta por la muerte de Morena Domínguez, en Buenos Aires.
Policía antimotines durante una protesta por la muerte de Morena Domínguez, en Buenos Aires.Natacha Pisarenko (AP)
José Pablo Criales

Morena Domínguez, de 11 años, murió el miércoles en un hospital de la provincia de Buenos Aires luego de que dos delincuentes en motocicleta la golpearan para quitarle su teléfono mientras iba de camino a la escuela. Los vecinos denuncian que no fue fortuito: en una zona castigada de la periferia bonaerense, donde nunca ven policías, la banda que la atacó ya era conocida. La muerte de Morena, viralizada en redes sociales por el vídeo de seguridad, ha cautivado al país y destapado la olla de noticias falsas que ha copado la agenda política antes de las primarias presidenciales de este domingo. Dos hombres de 25 y 28 años fueron detenidos en la tarde del miércoles e imputados por el asesinato, pero durante gran parte del día el culpable fue un adolescente de 14 años.

El sospechoso tenía un largo historial de detenciones, y su fotografía, nombre y prontuario circularon por los medios de comunicación mientras se encendían los discursos a favor de la mano dura contra la delincuencia y una bajada en la edad de imputabilidad, hoy en 16 años. Entre los gritos al aire, la oposición encontró a su primer culpable. En febrero de este año, la diputada peronista Natalia Zaracho había sido detenida durante un altercado con la policía de la provincia de Buenos Aires. Según relató entonces, volvía del Congreso cuando vio que los policías golpeaban a un menor de edad y frenó su coche para enfrentarlos. “Le estaban pegando en el piso, estaba drogado, y te dabas cuenta de que era menor de edad”, dijo. Zaracho intentó separar a los oficiales identificándose como diputada, pero terminó esposada en una patrulla. El menor era el mismo que la policía detuvo el miércoles como sospechoso del crimen de la niña.

Ambos sucesos pasaron en el oeste de Lanús, un distrito que linda con la ciudad de Buenos Aires donde vive medio millón de personas. La provincia de Buenos Aires es territorio del peronismo, que espera seguir en el Gobierno tras las generales de octubre, pero Lanús es uno de los bastiones más importantes de la oposición en tierra enemiga. La crisis económica es el gran tema de las elecciones de este año, pero en la provincia prima el debate sobre la inseguridad. Allí viven unos 13 millones de personas —el 37% de la población votante de Argentina— y su Fiscalía investiga un promedio de 277 robos cada día.

Victoria Villarruel, precandidata a vicepresidenta que acompaña al ultraderechista Javier Milei, fue la primera política en señalar a Zaracho. Exigió en redes sociales que la diputada peronista respondiese “por ser cómplice de un delincuente” y afirmó que le debía explicaciones a la familia de la joven asesinada. La versión de que un adolescente “defendido” por una diputada peronista, surgida a la política desde los movimientos sociales, era el responsable del crimen, empezó a correr sin cadena. Era falsa, pero copó la discusión de los últimos días de la campaña.

“Yo vivo en un barrio popular, con mis vecinos y vecinas sufrimos a diario estas situaciones, no nos van a venir a explicar lo que es la inseguridad cotidiana para nuestras familias”, respondió Zaracho, vecina de las mismas barriadas del sur de Buenos Aires donde murió Morena Domínguez. El líder del brazo social que integra en el peronismo, Juan Grabois, ofreció un poco más de contexto: el padre de Morena, trabajador cartonero como Zaracho, era parte de una de las cooperativas fundadas por su sindicato, el Movimiento de Trabajadores Excluidos, que integra trabajadores de la economía informal.

“Los familiares de Morena son nuestros compañeros, son nuestros hermanos, y la niña que hoy no está con nosotros podría ser nuestra hija”, descargó Grabois, precandidato presidencial del oficialismo que corre por izquierda al actual ministro de Economía, Sergio Massa, que se presenta como el precandidato de unidad aupado desde el Gobierno.

Grabois, gran referente de los movimientos sociales en Argentina, genera especial recelo entre la oposición, que le ve como el operador que maneja la fuerza de las calles en favor del Gobierno. “Tiene montado un negocio fenomenal en los barrios vulnerables”, le criticó este jueves Diego Kravetz, responsable de la seguridad de la ciudad de Lanús y candidato a la sucesión en su intendencia. Su jefe político y actual intendente, Néstor Grindetti, espera ser gobernador de la provincia. Ambos pretenden encabezar un cambio de signo político de la provincia bajo el paraguas de Patricia Bullrich, adalid del ala dura de la alianza Juntos por el Cambio, que pelea una apretada interna contra el alcalde de la capital, Horacio Rodríguez Larreta, por encabezar a la oposición después de las primarias del domingo.

Kravetz fue el único político que levantó la voz en un jueves marcado por el luto. En otra entrevista radial, se cruzó con el periodista Ernesto Tenembaum, que le preguntó por qué su oficina había apuntado contra el adolescente como responsable del crimen e insistía en señalar la responsabilidad de Grabois y Zaracho. “El chico dijo ‘fui yo’, está escrito en la causa judicial”, argumentó Kravetz. La Fiscalía lo desmintió en la misma radio.

El crimen de Morena, y los dedos apuntando a otro menor como responsable del crimen, devolvieron el debate sobre la “mano dura” a una campaña electoral que estuvo meses atascada en la crisis económica. “Todos esperamos que haya castigos para los responsables del crimen”, dijo el actual gobernador de la provincia, el peronista Axel Kicillof, que espera renovar su mandato en octubre. “Ayer estuve trabajando todo el día y hasta la madrugada. Solo salí por un medio de comunicación, intentando no generar sobre esto una discusión de trincheras porque es un tema tremendamente delicado”. Desde su partido entraron al ruedo. Massa señaló que “hace falta un nuevo régimen penal juvenil” para los menores de entre “14 y 18 años”; Sergio Berni, ministro de Seguridad de Kicillof, afirmó que “pelea por bajar la edad de imputabilidad” desde “hace años y en absoluta soledad”.

El resto del jueves se ha adelantado al silencio de la veda electoral, que comienza este viernes, mientras los vecinos de la barriada de Villa Diamante despedían en procesión a Morena.

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Sobre la firma

José Pablo Criales
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Trabaja en el diario desde 2019, fue redactor en México y parte del equipo de la mesa digital de América. Es licenciado en Comunicación por la Universidad Austral y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS.

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