El embajador argentino expulsado por Ecuador: “El secretario de la Presidencia entró a los gritos diciendo ‘los argentinitos lo tienen todo armado”
Gabriel Fuks acusa al Gobierno de Guillermo Lasso de “mentir” sobre su responsabilidad en la huida de la exministra María Ángeles Duarte de la embajada argentina para ocultar problemas internos
A horas de regresar a Buenos Aires desde Bogotá, adonde llegó tras ser expulsado como embajador por el Gobierno de Ecuador, el argentino Gabriel Fuks niega cualquier complicidad con la huida de la sede diplomática de María Ángeles Duarte, la exministra de Rafael Correa asilada en la residencia desde agosto de 2020 tras ser condenada por corrupción. Fuks acusa a la Administración de Guillermo Lasso de “mentir” para tapar sus problemas de política interna. En esta entrevista telefónica con EL PAÍS, el diplomático considera que fue “insultado y maltratado” por las máximas autoridades ecuatorianas.
Pregunta. ¿Con que sensación regresa a Buenos Aires después de todo lo que ha pasado?
Respuesta: Pienso que la diplomacia en América Latina tiene un deterioro muy fuerte y esto es un indicador. La diplomacia es el último hilo a cortar ante una crisis y ya no es así. Lo vimos en México, con la expulsión del embajador en Perú por parte de Dona Boluarte; y ahora en Ecuador, donde sin ninguna prueba, solo con conjeturas y muchas mentiras, en 48 horas me expulsan.
P. ¿Cómo fue aquel encuentro con las autoridades ecuatorianas tras la fuga de Duarte?
R. Después de que el canciller [argentino, Santiago] Cafiero informara de la situación fui convocado a una reunión, yo solo con siete funcionarios locales: el jefe de la Policía Nacional, el secretario de la Presidencia, el canciller por comunicación virtual, el vicencanciller y tres funcionarios menores que no recuerdo. Fue todo en un tono irrespetuoso, a los gritos y sin dejarme hablar.
P. ¿Considera que las formas fueron poco diplomáticas?
R. No solo eso. A mi me maltrataron, me insultaron. El secretario de la Presidencia entró a los gritos diciendo ‘los argentinitos lo tienen todo armado’.
P. Ecuador lo acusa de no entregar las grabaciones de las cámaras de seguridad de la embajada.
R. Cuando me piden las cámaras les recuerdo que cualquier archivo que esté en una delegación diplomática es inviolable. Por eso les digo que voy a consultar con mis superiores, porque yo no podía tomar la decisión de entregar las grabaciones. A la mañana siguiente titulan ‘Fuks se negó a entregar las cámaras’. Yo nunca dije que no las iba a entregar. De hecho, lo consulté con el canciller y el canciller lo hizo con el presidente. Además, Duarte no era mi prisionera y hasta tuvo el buen tino de no comunicarme lo que iba a hacer, para no involucrarme. En distintos medios hasta se habló de la participación de la inteligencia cubana, venezolanos que nunca estuvieron.
P. ¿Se refiere a los invitados a un asado que se celebró en la embajada previo a la fuga de la exministra?
R. Ese asado fue para despedir al coronel Ochoa, agregado militar de la embajada. No hubo ningún invitado externo. Yo no sé si Duarte eligió ese día [para salir de la embajada] porque hubo un asado. Podría haber elegido el día de la final del Mundial, cuando hubo 1.300 personas en la residencia y 200 autos estacionados. O el primer miércoles de cada mes, que hay una milonga de tango con 60 personas.
P. Ecuador dice tambioé que usted pidió el retiro de un coche de la policía para liberar la zona.
R. La embajada está ubicada en una calle de unos 30 metros que termina en la residencia. Y tiene un policía nacional ecuatoriano en custodia. Del lado de afuera había un patrullero justo en la reja. Pregunté que estaban haciendo y me dijeron ‘seguridad ciudadana’. Entonces les pedí que lo corriesen diez metros, porque parecía que nos estaban custodiando, y así lo hicieron.
P. ¿En qué condiciones estaba Duarte en la embajada cuando usted llega como embajador?
R. Llevaba un año y medio como huésped humanitaria. En diciembre de 2022, el presidente comunica la decisión del Estado argentino de concederle el asilo.
P. ¿Por qué Duarte decide ir a la embajada argentina en Caracas?
R. Otra mentira. Estando en Caracas tiene una reunión con el embajador Oscar Laborde para ver la situación legal de su hijo, que es argentino. El embajador la recibió, tomó nota de la situación e informó, eso es todo. Ella no está en la embajada argentina en Caracas y la única conexión fue esa reunión.
P. ¿Y sabe dónde está ahora?
R. En Caracas, porque lo manifestó en un tuit, pero no estoy en contacto con ella.
P. ¿Considera que la relación con el Gobierno de Lasso ya era mala antes de este incidente?
R. En diciembre, cuando el presidente Fernández le concede el asilo a Duarte, la reacción fue bastante dura. Menos que esto, pero fui sometido a careos.
P. ¿Cómo interpreta la reacción de Ecuador?
R. Lo que pasó no lo menosprecio, pero si alguien miente para romper relaciones con un país que tiene un papel importante en la región, donde hay 15.000 estudiantes ecuatorianos, que tiene 1.100 millones de dólares de intercambio y en menos de 48 horas se tomó una decisión como la que se tomó, no fue por mi acción. No tienen una sola prueba de que yo colaboré con la fuga o que participé de una conspiración.
P. ¿Y cómo sigue esto, en términos diplomáticos?
R. Espero que Ecuador no escale la crisis, porque nosotros en ningún momento la escalamos.
P. ¿Cómo podría ser peor?
R. Podrían seguir con una cadena de calumnias al estilo de lo que están haciendo. El canciller [Juan Carlos] Holguín hablaba bien de mí y ahora soy como un apestado de la Edad Media. Ecuador tiene sus propios problemas, el presidente está bajo el riesgo de un juicio político y su acción fue motivada por cuestiones de política interior.
P. ¿Existió una conversación entre el presidente argentino y el canciller ecuatoriano?
R. Existió y fue con mi teléfono. Como Lasso se negaba, Fernández habló con Holguín cuando me estaban entregando el decreto de expulsión. Hizo un esfuerzo para decirle que estaba dispuesto a evaluar todos los temas. Holguín se limitó a decirle que lo consultaría con Lasso.
P. ¿Qué es lo primero que hará cuando aterrice en Buenos Aires?
R. Dormir durante tres días, porque hace una semana que no duermo.
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