Operación y competitividad de calidad: fortalece tu compañía con Electricidad 4.0
En la antesala de un compromiso ambiental a contrarreloj en el mundo, el sector automotriz tiene por delante un desafío y responsabilidad decisivos. ¿Cómo reconfigurar la fabricación de autos de forma eficiente ponderando el compromiso ecológico?
Las transformaciones de la última década han puesto en jaque no sólo la estabilidad económica de los países y el umbral de desarrollo de las empresas; conceptos esenciales como seguridad social, calidad de vida, incluso modernidad y hasta esperanza de vida se encuentran en entredicho, en un presente en donde la impronta ambiental demanda acciones claras, regulaciones adecuadas y compañías más eficientes.
En contexto, un ejemplo importante se puede apreciar de forma clara al interior del sector automotriz, en donde las metas de descarbonización y los costos de producción son de una complejidad importante. En países de impronta manufacturera como México, en donde el aporte de este sector representa un porcentaje importante (3.5% al PIB y casi 20% al PIB manufacturero, según la AMDA), las soluciones empresariales y energéticas más sostenibles, eficientes y con una alta respuesta a cambios que puedan poner en riesgo la seguridad, rentabilidad, operación y competencia, es una necesidad urgente.
De acuerdo con cifras del Inegi, en 2020, durante la pandemia las ventas totales de vehículos ligeros comercializaron 950 mil 63 unidades, lo que lo convierte en el año de mayor afectación económica. Y en esta historia, la energía constante, eficiente y con un grado de respuesta tecnológica superior en las plantas, una que además brinde beneficios ambientales y financieros por arriba de lo esperado se proyecta como una pieza clave y vital para enfrentar los desafíos presentes. La oferta de compañías como Schneider Electric es una de ellas.
Un historia (eficiente y sustentable) de éxito
El principal beneficio de la digitalización en el sector automotriz proyecta no sólo menos emisiones contaminantes, modernización, seguridad operativa y ahorro para las automotrices, también trae consigo un eficiencia importante en la disminución de tiempos de fabricación e incidencias de defectos, permitiendo la prueba de prototipos de forma virtual, además de una optimización en las cadenas de montaje. En suma, mayor productividad, mejor gestión de recursos y una flexibilidad visible para lograr una producción masiva y mucho más personalizada en tiempo real.
Volviendo al caso de Schneider Electric, uno de los pocos competidores que ha desarrollado con antelación soluciones empresariales en torno a la Electricidad 4.0, la industria automotriz ha sido sinónimo de éxito e incentivo hacia la posibilidad de un mejor futuro tanto para los negocios como para la sociedad y el planeta. Su presencia en las armadoras de China son ejemplo de ello.
No obstante, cada país, región, compañía y área de desempeño representa necesidades puntuales, planteando ecuaciones complejas específicas, a las que hay que integrar las metas, los recursos y la estrategia de la compañía dentro de esta transformación. En México, el caso de Audi en Puebla resulta paradigmático.
La implementación de tecnología de última generación y un sistema de gestión de edificios inteligente por parte de Schneider Electric en 2014, ayudó a la armadora alemana con sede en Puebla, a fabricar el modelo de lujo Audi Q5, gracias en buena medida a los altos estándares de control y calidad que demanda la solución SmartStruxure y el Sistema de Gestión de Edificios (BMS, por sus siglas en inglés) a cargo de Schneider Electric, implementaciones que permitieron administrar, medir y aprovechar de mejor forma los recursos energéticos de la planta.
De cara a un futuro en donde la industria automotriz puede echar mano de las soluciones integrales que brinda la Electricidad 4.0, desarrollos que han ido creciendo de forma ralentizada debido ala falta de infraestructura como lo es el auto eléctrico, vendrán a integrarse de forma mucho más ágil y eficiente a la vida de las personas. Esto sin mencionar los beneficios adyacentes como la generación de empleo, las tareas de responsabilidad social, así como el campo abierto que la eficiencia eléctrica permite para enfocar mejor la creatividad, el desarrollo e ingeniería de soluciones en otras áreas igual de importantes para las automotrices.