Construir más allá de la innovación y habitar la evolución industrial
Diseñados y edificados con materiales y tecnologías innovadoras que permiten la integración automática de los sistemas que permiten su funcionamientos, los edificios inteligentes hoy tienen en las soluciones eléctricas más modernas y eficaces un engrane evolutivo importante para los desafíos del futuro
Durante los dos últimos años diversas empresas y negocios, especialmente aquellas que se vieron en la necesidad de mantener sus instalaciones físicas en operación, con o sin personal humano de por medio, se enfrentaron a un dilema logístico y operativo sin precedentes, el cual puso en jaque sus dinámicas de eficiencia, productividad, incluso impacto ambiental y gastos no contemplados.
Tan solo el simple hecho de “mantener la luz encendida” históricamente ha sido el Talón de Aquiles de miles de corporativos, instituciones o empresas con plantas, edificios o construcciones que dependen de la energía eléctrica. Y si bien estas edificaciones nos hablan de un escenario que no es nuevo, y que de alguna manera ha sido uno de los fundamentos de los llamados edificios inteligentes, los picos más altos de la pandemia dispararon los efectos negativos de forma importante, escenario para el que nadie estaba preparado, especialmente hoteles y hospitales, que han sido clave durante los meses más álgidos de la contingencia, pero también en diversos momentos de cambios climáticos, crisis humanitaria o sencillamente durante el flujo calendarizado de su actividad habitual.
En contexto, la contracción de la economía mundial en 2020 afectó todas y cada una de las actividades del sector energético. De acuerdo con información del Fondo Monetario Internacional, el pronóstico positivo a nivel mundial de 3.3% del Producto Interno Bruto para dicho año, se transformó en un decrecimiento de -3%, que a la postre cayó a -4.9% para junio de 2020. El escenario proyecta una contracción general, la cual alargará de forma importante las metas de crecimiento, desarrollo y consumo para edificaciones clave para el futuro.
Algunas empresas líderes del sector especializadas en soluciones eléctricas inteligentes, ya han trabajado de forma importante incluso previo a la pandemia -especialmente durante la última década- para integrar soluciones a la medida de las empresas, negocios y organismos, sin importar su giro o actividad, que de alguna manera tienen en la eficiencia eléctrica una zona neurálgica sobre la cual gira su desarrollo.
En el tenor de convertir los momentos críticos en oportunidades, la creciente adopción tecnológica y los procesos inminentes de digitalización, acelerada de forma involuntaria a nivel global, para muchos ha sido el sinónimo de una “tormenta perfecta”, para integrar, solucionar, ahorrar y, de paso, generar un ecosistema de alta competitividad industrial desde la innovación y eficiencia de primer orden, incorporando el cuidado ambiental y la conciencia social en pos de un mejor futuro.
Los propietarios y administradores de los edificios han puesto en la mira de forma urgente los costos operacionales subyacentes de sus activos, ligados de forma importante al mantenimiento y funcionamiento de la energía. Actualmente se estima que los beneficios de la eficiencia energética y las soluciones, en un escenario conservador puede traducirse en un ahorro por arriba de 11% en el valor de arrendamiento, e incluso alcanzar valores de venta de entre 5% y hasta 35% o más altos.
Es ante este contexto que destacan propuesta de alto sentido de digitalización focalizada, interconectada, pero sobre todo segura y eficiente como la que empresas como Schneider Electric plantean para edificios que claman por una implementación tan particular como lo puede ser un hospital o un hotel, los cuales, vistos desde cualquier punto de vista, fungen como una entidad “viva”, a la cual hay que estar manteniendo, alimentando y actualizando para mantener en función lo que en esencia son: centros de resguardo y salud de las personas.
Al respecto, el enfoque de Edificios con “Cero Neto” de Schneider Electric, mantiene no solo una óptica de eficiencia operativa digital segura, con enfoque de ahorro y eficiencia al frente, sino que también procura una meta importante de descarbonización, al ser los edificios, en general, responsables de más del 36% de las emisiones contaminantes en el planeta.
Además de energías más limpias y una eficiencia operativa mucho más sostenible y viable, las tecnologías existentes alrededor de la Electricidad 4.0 para los edificios, proyectan un beneficio neto para todos los involucrados en la cadena de valor, desde dueños, administradores y managers, pasando por personal operativo y proveedores, llegando de forma importante al consumidor final.
De cara a un futuro en donde la digitalización de los edificios es sinónimo de descarbonización, pero también de competitividad y ahorro, esquemas como el planteado por compañías como Schneider Electric integra un cúmulo de beneficios importantes, tales como mantenimiento predictivo, mejor conocimiento de los datos y estadísticas de la compañía (big data), además de un uso más razonado del espacio, hasta llegar a un aumento del valor del mismo. El futuro de los edificios es hoy, conoce más al respecto, aquí.