“El papel de las organizaciones también es influir en las autoridades sobre las condiciones que afectan la salud”
El presidente del Hospital Einstein, Sidney Klajner habla sobre los desafíos en la búsqueda de mayor equidad en el acceso a la salud en Brasil y la responsabilidad del sector para comprometerse con este objetivo
Las necesidades de salud más apremiantes de América Latina están estrechamente vinculadas a factores socioeconómicos. En Brasil, la mayor economía de la región, no es diferente: es imposible discutir el acceso a la salud sin considerar las cuestiones sociales que lo determinan.
“En Brasil, el acceso claramente no es el mismo en las diferentes regiones del país, ya sea en términos de capacidad de servicio o calidad del acceso”, dice el doctor Sidney Klajner, presidente de la Sociedade Beneficente Israelita Brasileira Albert Einstein, organismo responsable de uno de los hospitales líderes de América Latina, de acuerdo con el ranking mundial de la revista Newsweek.
Durante el 7º Foro Latinoamericano de Calidad y Seguridad Médica, realizado por el Einstein y el Institute for Healthcare Improvement (IHI), Klajner destacó que cuando se habla de salud, la falta de equidad en Brasil trae obstáculos para personas mucho antes de la atención, y que las organizaciones de atención médica tienen responsabilidades más allá de sus paredes.
“Nuestro rol es tratar de incidir en el gobierno para que se atienda la falta de equidad en todos los aspectos: social, ambiental, de salud. Para que no haya una diferencia tan grande de condiciones que puedan perjudicar la calidad de vida de las personas”.
Einstein, organización sin fines de lucro, tiene 22 unidades de salud complementarias y también tiene una fuerte presencia en el sistema de salud pública de Brasil, donde administra, en asociación con el SUS (Sistema Único de Saúde), 27 unidades de salud, entre hospitales y unidades de atención primaria.
El País: ¿Cuáles son los desafíos actuales para que busquemos la equidad en el acceso a la salud en Brasil?
Sidney Klajner: Hablar de equidad es entender que todas las personas deben tener una oportunidad justa de alcanzar su potencial de salud y que nadie puede estar en desventaja para lograr este objetivo.
En Brasil, el acceso a la salud claramente no es el mismo en las diferentes regiones del país, ya sea en términos de la capacidad de atención o la calidad del acceso. Pudimos probar esto analizando las tasas de mortalidad durante la pandemia de covid-19. Por ejemplo, comparando datos de las regiones Sureste y Norte del país; en la región Norte, la mortalidad fue mayor, en un escenario en el que la falta de equipos adecuados y de profesionales de la salud impactó severamente en el tratamiento.
¿Cuál es el papel de los gobiernos y las organizaciones de salud para superar estos desafíos?
El primer paso es promover el debate, hablar de estos problemas con quienes forman parte del sistema de salud y con los tomadores de decisiones, que es lo que hicimos en el 7º Foro Latinoamericano de Calidad y Seguridad en Salud. Este año elegimos la equidad como tema central de discusión.
Como organización de salud, nuestro rol es tratar de incidir en el poder público para que se atienda la falta de equidad en todos los aspectos: social, ambiental, de salud. Para que no haya una diferencia tan grande de condiciones que puedan perjudicar la calidad de vida de las personas.
Pero también podemos ir más allá de los muros de la organización de la salud, trabajando en comunidades cercanas a nuestras unidades, como lo hace Einstein, por ejemplo, en Paraisópolis, región de São Paulo donde hay una situación de gran vulnerabilidad social.
Invertir en la educación y profesionalización de jóvenes y adultos, brindando más oportunidades de empleo e ingresos, es una forma de ayudar a esta población a tener una vida más digna y no enfermarse. La inclusión de la equidad como punto de vista estratégico es el rol de las organizaciones en todos los sectores.
¿Qué se ha hecho al respecto en Brasil que pueda servir de ejemplo dentro del país y hacia América Latina?
Brasil cuenta con el SUS, el Sistema Único de Salud, que garantiza el acceso universal a la atención. Sin embargo, los programas de alianzas entre organizaciones de salud y hospitales privados han ayudado a brindar atención de calidad, con equipos más modernos que arrojan un diagnóstico y tratamiento mucho más preciso.
Por ejemplo, tan sólo en Sao Paulo, Einstein administra 27 unidades públicas que incluyen dos hospitales municipales, M’Boi Mirim y el Hospital Municipal Vila Santa Catarina, pero también Unidades Básicas de Salud (UBS) que ofrecen atención primaria, Unidades de Atención de Emergencia (UPA) y Centros de Atención Psicosocial (CAPS), entre otros. En Goiás, Einstein también dirige el Hospital Municipal de Aparecida de Goiânia.
Nuestro servicio en el SUS es mayor que en salud complementaria en varios tipos de atención, como partos y consultas. Pero más que cantidad, necesitamos llevar al sistema público una atención de calidad con tecnología, docencia e investigación de punta.
¿Qué hemos aprendido de la pandemia en términos de equidad?
Lo que hizo la pandemia fue abrir una realidad que ya existía en la salud. Siempre hemos sabido que el acceso es desigual, pero, como en otras zonas, ha dificultado y agudizado aún más el problema.
Otra realidad que la pandemia ha hecho aún más evidente es la importancia del cuidado del trabajador de la salud, en especial su salud mental. Esto era algo que ya teníamos como meta en Einstein antes de la pandemia, pero que se intensificó con programas de atención, como Calmamente -dirigido a la salud mental de los empleados-, en un momento de gran desgaste físico y emocional para los profesionales de la salud de todo el mundo.
¿Qué papel juega la innovación tecnológica y cómo puede ayudar en esta búsqueda de equidad en salud?
No es posible pensar en la innovación tecnológica en salud sin que tenga como uno de los fines la mejor atención y el mejor tratamiento para cualquier persona. Ya tenemos algunos ejemplos de cómo la tecnología puede ayudarnos a lograr un acceso de calidad en los lugares más remotos. La expansión de la telemedicina es una de ellas.
Un proyecto de Einstein con el Ministerio de Salud, en el marco del Proadi-SUS (Programa de Apoyo al Desarrollo Institucional del Sistema Único de Salud), atendió con médicos especialistas en siete áreas, como neurología, neumología y cardiología, a 120 unidades básicas en el norte de Brasil. Solo en 2021, hubo 14.000 llamadas. Médicos especialistas se conectan con los profesionales del SUS en la atención primaria durante la consulta e intercambian conocimientos.
Así es como tenemos que usar las nuevas herramientas, y esto también se aplica a la creación de una base de datos de salud unificada y al intercambio y desarrollo de nuevas tecnologías.