Los Lobos: alma hispana convertida en canción

Por más de medio siglo, la agrupación comandada por David Hidalgo ha logrado darle voz a una de las culturas clave del ámbito fronterizo de Estados Unidos, siendo protagonistas clave de la evolución de la música popular, siempre desde un ojo digno y orgullosos de sus raíces hispanoamericanas.

Los Lobos celebremos juntos
Rick Kern (WireImage)
Ricardo Pineda

En 1984, tras una carrera musical de más de una década en el ámbito local, situada al este de la ciudad de Los Ángeles, David Hidalgo y Louie Pérez nombraban a su segundo trabajo discográfico How Will The Wolf Survive?, quizás como un cuestionamiento personal sobre la permanencia del grupo en el siempre competido y complejo ámbito de la escena musical norteamericana.

Y es que si bien la herencia e intercambio cultural a partir de la música entre México y Estados Unidos siempre ha sido nutrido y generoso, también tiene una loza de complejidad política, racial e idiosincrática notoria. Además, Los Lobos eran un grupo especial y de una lectura compleja, toda vez que en ellos convergía lo que implicaba ser un chicano de la época...pero de otra era.

En pleno despertar del rap chicano y la amplitud sonora hispanoamericana de Estados Unidos, Los Lobos llegaban con una depuración inusual del rock and roll estadounidense más poderoso de finales de los cincuenta, barnizado por letras en inglés y en español, además de unos giros de tuerca estilísticos notables, en donde la polka, la cumbia y la más poderosa música norteña fundían un punto de equilibrio notable de lo que “mexicoamericano” podía ser.

Al escuchar temas tempranos como “Corrido #1″, uno no sabía si había un country rock o unas norteñitas para bailar, si esperar un corrido o una descarga de blues eléctrico. Su fusión de sonoridades mexicanas con las influencias rock más anglosajonas les granjeó a Los Lobos la fama de osados pero también de vivaces y poderosos.

Siempre fuera de la moda musical y con un mensaje que hoy trasciende su origen chicano, extendiéndose a ser importantes para la comunidad hispana de todo Estados Unidos, Los Lobos han llevado el mensaje del orgullo, las tradiciones y la diversidad por más de 50 años, a través de cerca de una veintena de álbumes de estudio, pero con una música que siempre anima al alma, los oídos y el cuerpo.

Arriba del escenario, sus presentaciones lo mismo se versan en inglés que en español o spanglish, con letras pro-inmigración, el amor a uno mismo, así como a la comunidad hispana y a la profunda herencia mexicana.

En buena medida, ésta ha sido la llave maestra, o “el ingrediente secreto” en la música de Los Lobos, una que aún se presume como urgente, vital y necesaria. Pese a un discurso social en pro de una comunidad que ha pasado por momentos duros, o incluso a pesar de la complejidad de su entramado sonoro, las canciones hablan por sí mismas, son fiesta, celebración, goce y unión hispanoamericana desde todos los frentes posibles.

Para muestra basta con revisar su cover a “La Bamba”, la versión que otro pionero chicano, Ritchie Valens inmortalizara de la música tradicional de Veracruz, o sus grandes versiones a piezas de Lalo Guerrero o el Flaco Jiménez (pioneros hispanos) y otros compositores clave del cancionero tradicional mexicano. Incluso en canciones hoy inmortales y sofisticadas como “Kiko And The Lavender Moon”, “I Wan’na Be Like You (The Monkey Song)” o “Set me Free (Rosa Lee)”, la genialidad se traduce como sencillez popular, un rostro moreno y una sonrisa bajo el inclemente sol californiano.

Guitarra 100% mexicana. César Rosas, guitarrista de la banda, Rosas es conocido por sus icónicas gafas de sol negras, su peinado hacia atrás, tocar las cuerdas en “modo zurdo” y ser el único miembro de la banda originario de México.
Guitarra 100% mexicana. César Rosas, guitarrista de la banda, Rosas es conocido por sus icónicas gafas de sol negras, su peinado hacia atrás, tocar las cuerdas en “modo zurdo” y ser el único miembro de la banda originario de México.Scott Dudelson (Getty Images)

Los Lobos son piedra angular del rock latino en el mundo, mote innegable que incluso ha influenciado el sonido de otras bandas. Grupos hoy famosos en el ámbito conocido como alt-folk estadounidense han dado fe de ello: Calexico, Wilco, o incluso artistas como Elvis Costello o Rubén Blades se han declarado fans absolutos.

Multilagardonados en más de una ocasión por la industria discográfica, Los Lobos han ganado sendos premios Grammy y han participado en películas como El Infierno (2010) de Luis Estrada Rodríguez, protagonizada por Damián Alcázar. No obstante, su presencia fuera de Estados Unidos, si bien es amplia, clara y respetada, no suele ser una constante, en cuanto a presentaciones en vivo se refiere. Como ellos mismo lo vaticinaron de forma irónica al inicio de su carrera, son “una banda más del Este de Los Ángeles”, máxima en cierto modo simbólica, la cual da cuenta de la recurrencia chicana (“no soy de aquí ni soy de allá”).

De cara a un futuro en donde el trap y el reggaetón sigue siendo el color de la música popular mundial, la pregunta en torno a la permanencia de una trascendencia atemporal como la que articulan Los Lobos sigue flotando en el aire, como si fuera aquel lejano 1984.

En un mundo de pausa y distanciamiento físico, la banda integrada por Steve Berlin, David Hidalgo, Conrad Lozano, Louie Pérez, César Rosas y Enrique “Bugs” González sigue al pie del cañón, siendo una de las primeras en regresar a los conciertos y giras en vivo, con sus respectivas medidas de seguridad e higiene. How Will The Wolf Survive? Aún no lo sabemos, y si bien en algún punto dejará de escucharse su potente aullido musical, lo cierto es que sus canciones quedarán como un testimonio hispano único en el mundo, para toda la eternidad, festejando en “La feria de las flores” con “Anselma” y “Bertha”, esperando a que suene “Angels With Dirty Faces”, “El puñal y el corazón” o “Bella Maria De Mi Alma”. “Come on, let’s go”, ¡Celebremos juntos!

Sobre la firma

Ricardo Pineda
Es branded content analyst para El PAÍS México. Periodista, locutor y especialista en contenidos y estrategias digitales. Trabajó en Forbes México, El Financiero, Radio UNAM e Infosel Financiero. Ha colaborado también como columnista sobre temas culturales en diversos medios locales. Es egresado de la UNAM y actualmente vive en Ciudad de México.

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