Empresarios, congresistas, banqueros, periodistas, encuestadoras: Petro multiplica sus choques en el cierre del año

El presidente de Colombia arrecia sus críticas a quienes percibe como frenos a sus políticas

El presidente de Colombia, Gustavo en el 7º Congreso Empresarial Colombiano de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) en Cartagena,Colombia.RICARDO MALDONADO ROZO (EFE)

“Creo que la ANDI enloqueció“, escribió el domingo antes de Navidad el presidente Gustavo Petro en referencia al principal gremio empresarial de Colombia. ”Malditos”, dijo 10 días antes sobre los congresistas que se opusieron a su reforma tributaria. “Otra vez ruptura de los principios estadísticos”, espetó el mismo domingo a la encuestadora Invamer, tras un nuevo estudio que señala su debilitada imagen. Ese mismo fin de semana señaló al diario El Colombiano de mentir, a un periodista de La Silla Vacía de desinformar por plegarse al poder, a la mayoría de codirectores del Banco de la República de buscar “que la economía no crezca en el gobierno progresista”. El mandatario cierra 2024 fustigando a una cantidad creciente de sectores que, siente, se han convertido en frenos a su ímpetu de cambio en un mandato que ya superó su meridiano.

No es nuevo que Petro tensione el debate político desde su cuenta de X o sus discursos. El primer presidente de izquierda de la Colombia contemporánea ha ido avanzando, a lo largo del año, la tesis de que es víctima de un “golpe blando” en el que se sumarían políticos de derecha y magistrados de varias cortes para sacarlo del poder. Ya no al viejo estilo, por un golpe de mano de los militares (que no han sido blanco de sus críticas), sino con una supuesta manipulación de las formas jurídicas. Pero en las últimas semanas, a medida que ha ido perdiendo fuerza en un Legislativo que ha sido central en su estrategia de implementar el cambio vía reformas legales, ha reactivado ese señalamiento, con menos eco que a inicios de año pero con acusaciones más fuertes y más individualizadas, dirigidas especialmente a políticos tradicionales.

“Somos víctimas de una persecución política usando magistrados, por parte de una familia política que ha decidido usar su influencia en la justicia“, escribió la semana pasada. Se refería, aparentemente, al veterano político Germán Vargas Lleras, nieto del expresidente liberal Carlos Lleras, con dos hermanos en instancias de poder en el sector salud y la Cámara de Comercio de Bogotá, y líder del opositor partido Cambio Radical. Pocos días antes, la crítica fue al presidente del Congreso y senador conservador, Efraín Cepeda. “Espero no termines tu vida parlamentaria como rémora de la historia; si quieres ser presidente, no lo busques a través del golpe de estado: te odiaría el pueblo colombiano”, le escribió en X. Y, tras anunciar que en 2025 vendrá “el golpe parlamentario”, le dedicó nuevas palabras: ”Empuñas las peores armas senador Cepeda. Las armas que permiten que los niños por miles se mueran de hambre.”

Ese tipo de señalamientos son los que se han ampliado para abarcar a un número amplio de actores sociales. “Me dicen que no me meta en como informan los medios, pero es que por respeto a la ciudadanía toca”, argumentó para cuestionar una información de W Radio. “Así una cadena de televisión privada volvió héroes a los mayores narcos de la historia del país”, escribió este viernes como comentario a un video de hace un par de décadas en el que Noticias RCN difundía un comunicado del asesinado jefe paramilitar Carlos Castaño.

Es una visión amplia de las funciones presidenciales, que suma a las constitucionales de la jefatura del Estado, el liderazgo del Gobierno y la dirección administrativa del Estado, las de señalar la información que a su juicio es correcta o deseable, develar complots y entramados de poder, y denunciar las que serían interpretaciones incorrectas de la realidad o los datos. “Esta es la clasificación de países en el mundo por la tasa de muertes evitables del 2021 o años anteriores. Miren como los llamados expertos que llama la prensa nos mienten”, escribió el viernes 27.

Para el analista político Hubert Ariza, el mandatario aumenta la polarización y por esa vía busca mantener vivas las emociones que llevaron a la izquierda al poder en 2022, en cabeza suya. En las últimas semanas, tras el anticipado hundimiento del proyecto de ley de financiamiento con el que el Ejecutivo buscaba financiar un presupuesto más abultado para el 2025, el foco ha estado en señalar a quienes se opusieron a ella y señalarlos como responsables de problemas actuales o futuros. “Si su dolor es genuino por las pequeñas y medianas empresas de Colombia, señora Katherine Miranda. ¿Por qué usted buscó el hundimiento de la ley de financiamiento que reducía del 35 al 30% el impuesto de renta a esas empresas?“, escribió a una congresista opositora que lamentaba una información que señala que las pequeñas empresas son las que más mueren en el país.

El año que marcó la mitad del cuatrienio termina con la mayor crispación política desde las elecciones de 2022. Aunque Petro ha logrado sacar adelante avances sustanciales, como un nuevo régimen pensional o el mayor avance descentralizador en tres décadas, se enfrenta a la presión de haber prometido que el suyo sería “el Gobierno del cambio”: no uno más que logre mejoras graduales, sino una transformación de marca mayor. Para ello se le agota el tiempo, y se encuentra con una oposición con la mira puesta en las elecciones nacionales del primer semestre de 2026 y con la ilusión de recuperar el poder. La mesa para tener más choques está servida.

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