La carrera por la presidencia del Senado termina de fracturar al partido Verde
Los congresistas Ariel Ávila, Inti Asprilla, Angélica Lozano e Iván Name no se han puesto de acuerdo sobre quién de los cuatro será el nuevo presidente de la corporación
El partido Alianza Verde está más dividido que nunca. Falta solo un día para que comience el nuevo periodo legislativo y los 13 congresistas de la coalición Verde Esperanza, a la que le corresponde dirigir el Senado desde el próximo 20 de julio, aún no se ponen de acuerdo sobre quién será el nuevo presidente de esta corporación en remplazo de Alexander López. Por el momento, hay cuatro senadores que han hecho pública su aspiración a ocupar el máximo cargo del Congreso: ...
El partido Alianza Verde está más dividido que nunca. Falta solo un día para que comience el nuevo periodo legislativo y los 13 congresistas de la coalición Verde Esperanza, a la que le corresponde dirigir el Senado desde el próximo 20 de julio, aún no se ponen de acuerdo sobre quién será el nuevo presidente de esta corporación en remplazo de Alexander López. Por el momento, hay cuatro senadores que han hecho pública su aspiración a ocupar el máximo cargo del Congreso: Angélica Lozano, Inti Asprilla, Iván Name y en los últimos días se sumó Ariel Ávila.
Los senadores, que representan corrientes políticas distintas y opuestas dentro de la misma bancada, se reunieron el martes en la mañana en el Club del Comercio de Bogotá, pero no lograron llegar a un acuerdo definitivo. Se espera que este miércoles haya un último encuentro para intentar definir un candidato único del partido y presentarlo en la plenaria del Congreso. De lo contrario, la elección quedaría abierta y podría pasar cualquier cosa, incluso que se presente y gane un candidato distinto, como Berenice Bedoya o Guido Echeverri. En río revuelto, ganancia de pescadores.
Esta pelea interna por la presidencia del Senado es solo el capítulo más reciente de la profunda división que ha sufrido desde hace meses el Partido, al que pertenece la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, esposa de Lozano. Aunque el partido oficialmente pertenece a la coalición de Gobierno, hay sectores que han expresado sus desacuerdos con el presidente Gustavo Petro. Por ejemplo, el senador Jota P Hernández, el más votado del partido, es uno de los principales opositores a las reformas sociales presentadas por el Ejecutivo.
En los últimos días de la legislatura pasada, Hernández protagonizó una pelea en la plenaria del Senado con el senador Inti Asprilla, el candidato más cercano al Gobierno de los cuatro opcionados, pero el que menos apoyo tiene dentro de su partido y el que más rechazo genera en los partidos tradicionales. Gustavo Bolívar, exsenador del Pacto Histórico, expresó esta semana su respaldo a Asprilla: “El presidente del Senado debería ser Inti Asprilla. Luchador, frentero, transparente y del ala del partido Verde que impulsa las reformas del Gobierno”.
A Angélica Lozano le pasa lo opuesto que a Asprilla: tiene el apoyo de las mayorías del Partido Verde, pero no el del Gobierno de Gustavo Petro. Lozano, que en principio era la elegida a ocupar el cargo por su liderazgo y su trayectoria política, ya no tiene tan fácil su elección. En una entrevista con el periódico El Tiempo, la senadora Lozano reconoce que esta sería la primera vez en los nueve años que lleva en el Congreso en que un partido llega divido a la votación para elegir al presidente. “La regla es que decide la bancada y que el resto de la plenaria respeta lo que ella decida. Por ejemplo, el año pasado, toda la plenaria votó por Roy, porque es a quien escogió el Pacto. La excepción, que yo no he visto en estos nueve años en el Congreso, es ir divididos a la plenaria”, detalló Lozano. Y añadió: “Lo absurdo sería que no tomemos una decisión de bancada”.
En medio de esa puja entre Asprilla y Lozano surgieron los otros dos candidatos: Iván Name, que tampoco genera confianza en el Gobierno, pero que es el más cercano a los partidos tradicionales por sus posiciones de centro-derecha; y Ariel Ávila, que en la última legislatura defendió las reformas de Petro e ideológicamente está más en la centro-izquierda. En diálogo con EL PAÍS, Ávila explicó las razones de su tardía candidatura. “Decidí aspirar a la presidencia del Senado esta semana por una razón sencilla: el Congreso necesita una persona que tienda puentes; que no espante a los partidos más tradicionales y que genere confianza a la coalición más dura del Gobierno. El único que cumple esos requisitos soy yo”, dice Ávila por teléfono. Ni Asprilla, ni Lozano, ni Name respondieron las preguntas de EL PAÍS.
El senador Humberto de la Calle, que no es del partido Alianza Verde pero sí de la coalición Centro Esperanza, hizo un llamado para que sus compañeros dejen los egos a un lado y escojan un solo candidato. “Es una lástima que hasta ahora no se hayan puesto de acuerdo para presentarle un solo nombre a la plenaria del Senado, yo confío en que de aquí al 20 de julio lo logren. Sería lo correcto”, dijo de la Calle en entrevista con EL PAÍS.
El senador explica que desde hace unas semanas expresó su apoyo a la candidatura de Angélica Lozano. “Lo mejor para la democracia colombiana es que lleguen a un acuerdo, puede ser alrededor de Angélica, a quien en principio le daré mi voto, o de otro, no tengo resistencia frente a ninguno, pero me parece que el ritual ortodoxo es una candidatura única, es lo que ha ocurrido en el Senado desde hace muchos años”, dijo.
Fuentes del Partido Verde que hablaron con EL PAÍS, pero prefirieron no dar su nombre, expresaron que lo que está pasando es un “desorden absoluto”, una “vergüenza”. Que cuatro senadores no sean capaces de ponerse de acuerdo para elegir un solo nombre, “demuestra la profunda división, y las rupturas que hay actualmente en el partido”, dijo una persona que lleva años trabajando en el Verde. Y añadió: “El hecho de que se estén atacando mutuamente en los medios de comunicación, y que no sean capaces de resolver las diferencias en privado, como cualquier partido organizado, evidencia que está fracturado y sin fuerza electoral para las elecciones locales en octubre”.
De hecho, otra muestra del mal momento que viven los verdes es que este martes anunciaron que no tendrán candidato único a la Alcaldía de Bogotá, tras conocerse los resultados de una encuesta privada que habían contratado sus dirigentes. En el sondeo, ninguno de los concejales que aspiraba a tener el aval del partido obtuvo el porcentaje necesario. Ni Lucía Bastidas, ni María Fernanda Rojas ni Luis Carlos Leal podrán aspirar a remplazar a su copartidaria Claudia López en el segundo cargo de elección popular más importante del país.
El representante de Alianza Verde explicó que en este punto los cuatro candidatos pueden estar negociando entre ellos ceder la candidatura a la presidencia del Senado a cambio de cargos públicos. “La presidencia del Senado dispone de puestos no tan conocidos, pero muy codiciados, como los jefes de las divisiones del Senado, el jefe financiero, el de recursos humanos, el de bienes y servicios”, dijo. Al final, cualquiera de los cuatro senadores que quede como presidente del Senado tendrá la difícil tarea de sacar adelante las reformas sociales del Gobierno de Gustavo Petro: la de salud, que comenzará la discusión en la plenaria de la Cámara de Representantes; la pensional, que está lista para la discusión en plenaria del Senado; y la laboral, que la Ministra de Trabajo tendrá que presentar de nuevo en los primeros días de la legislatura. Esa labor requiere de diálogo, concertación y capacidad para llegar a consensos, tres cosas que hoy le faltan al Partido Verde.
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